Parte 22 La ciudad de los jardines

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Despertad en la ciudad de los jardines y oler la fragancia de los jazmines, mirar a los jardineros regar
y a las aves cantar, el arco iris de la primavera muestra una mañana venidera.
Enséñame a ser jardinero y valorar mas que el dinero las semillas a cuidar para que crezcan sin imitar
y sean unidas de verdad...


Y se nos dio a cada jardinero semillas de un corazón sincero. Para ubicarlas en parcelas según su especie, cuidarlas aún cuando naciese, la inmensa primavera de la sonrisa que se esconde bajo la brisa. Cada jardinero con cada semilla únicamente para cuidar las flores que han de perdurar, cuando aya frío, cuando aya calor, siembren jardineros con amor.

Y de la semilla florecerá los pétalo de rosas que del sol renacerá las sonrisas hermosas de una mañana de setiembre y camino al campanario cuando la niebla empape mis ojos y oculte sus enojos. Conversaré con las estrellas enlutadas por palabras pasadas y le diré a las nubes que lloren para que así los campos se rieguen de paz, y el viento se lleve, lo que nunca debió entrar.

Si los jardineros fuéramos responsables las semillas florecieran estables, si los jardineros fuéramos constantes las semillas sonreirían resonantes si los jardineros fuéramos de corazón las semillas crecerían de emoción, si los jardineros fuéramos atentos las semillas no sufrirían lamentos, si los jardineros fuéramos, fuéramos, fuéramos...

Y dijo el dueño de la ciudad de los jardines: !Jardineros, mirad la tierra y tomad cada uno sus semillas! !el tiempo de sembrar llegó!
Bueno, costará bajo este inclemente sol y el polvo sobre las narices empolvarse las vestimentas y sudar sobre las raíces pero valdrá la pena cuando llegue la primavera y el jardín  se vea resplandeciente de distintas flores y aromas sin fin.

Y dijo el dueño de la ciudad de los jardineros: !Preparad la tierra aun descendiendo la noche! Aun caminando a puertas de la medianoche tiempo para descansar habrá  y respirar el aroma que tiene el conjugado de esfuerzos....

Y me mostró los campos a sembrar, cogí las semillas y me puse a contar; cada grano a esparcir en el tierra madura que con la lluvia ligera perdura; estoy para trabajar la tierra aprender y no hacer guerra.

Enséñame jardinero a sembrar para futuro limpiamente cosechar, enséñame jardinero, enséñame...

Deberíamos ver lo que no se puede ver, pararnos en la alta montaña y esperar la mañana, la congruencia existencial de acordes unidos que definen sentidos, ecos de una voz que se pierde en la letanía para dar paso a alegría que ha de venir.

Paciencia, hay mucho por aprender...

Del amor y la paciencia he sembrado en mi conciencia, que el tiempo es el jardín a regar y el corazón que tengo que guardar...

Del dolor al olvido he sembrado en mi oído, el sonido del viento, el sonido de tu amor...

Memorias futurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora