Parte 32: Si Chopin me viera

11 0 0
                                    

Si Chopin me viera navegar en sus acordes y armonías menores, me daría un abrigo en la mitad del invierno de mi poesía, y declamaría en Varsovia ante miles de voces y ojos claustricos, escena tras escena pediría caer al piso para ver el suelo y respirar ante este mundo ansioso de sueños y colores...

No lo se pero la calle se cae a pedazos, rimas vuelan por las azoteas, prosas se unen al jardín de la belleza, versos mueren alegres en la quebrada de los silencios; amanece y anochece, perpetuo socorro de mi morriña...

Si Chopin me viera concatenar ese interfase de dolor en sus acordes, con el suave aroma de mi verso, los jardines de Polonia verdecerían en invierno y los tulipanes volarían sobre su sueño, adornando la gala teatral de mi tácita respuesta verbal...

Pero, yo aquí...

Viéndome envuelto en confitura de la fantasía verbal de la nada, acomodo la cabeza sobre el regazo de mi balance, muriendo para sobrevivir en el tiempo que se detiene sobre los plañidos de mi catástrofe...

Ayer fue mi mañana y hoy estoy feneciendo al tiempo, prefiero caerle bien a las nubes, que perder verbos al viento;  prefiero plañir en mi ventana, que reír en el desvelo de los campos; prefiero verte en abril, que morir en diciembre...

Tu lo sabes y mueres como yo, lento como las hojas se van al mar, del viejo árbol que posó sobre tus veranos, tu lo sabes y te quedas a un lado de todos, mientras todos ríen en la calle, te apartas como yo en la vereda de los ingratos, paseando las analogías verbales de lo que vivieron ellos lejos de ti...

Si vieran todos que me oculto sobre la orilla de mi litera, cerrando los ojos al frío y navegando en la imaginación de la vida, cuerdas y acordes que se pierden en la cocina y suben las escaleras al concierto de los olvidos...

No confío en tu desvelo, ni en tu miedo al acerbo de tus palabras hirientes y tapiadas, prefiero correr con los niños que juegan en la plaza de mi casa, ellos me sonríen en la simpleza de sus primeras cifras de existencia, no confío en la noche ante la mañana, cuando callas en la mesa y hablas por la madrugada...no soy beneplácito de tu desvelo...




Memorias futurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora