Parte 18 Solía

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Solía abrir las ventanas de casa cada martes previo a salir de ella, pero las aves trinaban en una armonía tan especial que me hicieron quedar sentado sin abrirlas, supuse que era un árbol grande y frondoso sobre el cual posaban alegres y primaveralmente brotando, ondas sonoras que alegraban la mañana de la gran ciudad, pero al intentar abrir las ventanas ellas no estaban, su imagen se había ido y fue entonces que me di cuenta que no era martes sino sábado por el mediodía...

Y fue como respirar en el vacío y asumir mis alteraciones verbales, un paleativo a mi ignorancia y mi ceguera tan nítida sobre sus ánimos de no volver a ver volar y trinar las aves por mi ventana...



Solía caminar temprano cerca al campanario, aunque fuera tarde, sé que estamos ahí, impregnados de poesía y vacilante alegría, pernoctada de estrellas en el día.

Solía visitar las mañanas posibles, un momento aleatorio lleno de miedo y cobardía, moribundo en el sueño plácido de mi existencia...

pero vosotros sois la esencia de esto y esto es poesía, lápices y colores que pintan la mañana soleada de tantas nubes, un café y poemas, un escritorio y una luz de noche, que mecen la silueta de lo desconocido, haciendo dibujos que se pierden en mi memoria futura, en lo pasado por venir...

Solía mirar el cielo y ver el ocaso, acompañado de mi libro de teorías físicas, y modelaba en mi memoria el pronóstico de las precipitaciones adjuntas a vuestros faroles que daban luz por la madrugada...

Solía permanecer callado y ahora hablo para callarme, el silencio de las avez, el sonido del mar, dormir y despertar...



En el mundo cromático, se realza los colores de la primavera, estación ajena al feneciente verano y el reflejo del naciente otoño descolorido, llovizna que vaga sobre la frente y baja sobre las mejillas para caer en el piso de la plaza de los descalsos.

Son como las escalas de los colores, acordes que mueven los racimos y las aves que comen de la palma de los ancianos...

No he disfrutado tanto sentir conmoverme por el otoño que susurra en mis oidos, tiritandome el frío y el acoplamiento de su sonido con el tiempo...

Mañana tal vez sea tarde o mañana sea muy temprano, son cosas que no suceden en vano...

Y sonarán las estrellas en el cielo, mientras duerma el sol en el suelo...



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