Capítulo X
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Mi respiración se mantenía agitada, no podía controlar los pequeños sonidos ahogados que yo mismo producía. Estaba inmovilizado, comenzando a notar la presión de la sangre abandonando mis dedos, mis manos.
Nuit se paseaba a mi alrededor con una calma angustiante, deleitándose con su obra. Comprendí en ese momento que estar desnudo no era la única forma de sentirse vulnerable.
Cerré los ojos con una mezcla de placer y sorpresa, cuando el extremo de la fusta que ella sostenía me acarició lentamente el costado tatuado. Un sonido proveniente de su boca acentuó el deseo, tanto suyo como mío.
—Mmm...
Era la primera vez que la veía disfrutar.
Su aliento chocó contra el sitio que parecía desear y cerré los ojos. Cuando su lengua tocó mi piel, apreté los puños y escuché sonar las cadenas. El calor subió. Mi sexo peleó, prisionero de la correa que Nuit había ajustado en torno a él. El ansia me mordió el vientre, y volvió a hacerlo cuando la fusta golpeó la zona de mi tatuaje.
La miré
Sus ojos se mantuvieron fijos en los míos. Había una nota de profundo sadismo en la sonrisa que sus labios apenas dibujaban. Esos labios que deseaba profanar.
Cuando la fusta golpeó mi costado, respiré violentamente. Nuestras miradas continuaban unidas en su contienda. Luego su boca se acercó a la zona agredida y el aire que había contenido se escapó de mis labios como un suspiro agónico.
En ese momento de letargo, observé la gruesa cadena que cruzaba el techo y que sostenía mis manos que cosquilleaban por la falta de sangre. Debía estar muy loco para permitir que alguien doblegara de este modo mi voluntad, pero en ese momento, otro golpe del instrumento que Nuit estaba usando, me hizo sisear. Mi sexo respondió a aquella caricia primitiva.
Volví a mirarla. Sus ojos avivados por la posesión. Y de sus labios asomó lentamente la lengua, que me quemó la piel, más caliente y dolorosa que el extremo de la fusta. Su recorrido fue más largo. Cerré los ojos cuando noté que ondeaba, bajando por mis costillas. Me retorcí, y aspiré el aire entre los dientes cuando llegó a mi cintura. Un quejido doloroso brotó de mi boca cuando me mordió.
Ansioso y exaltado la observé. Nuit se encontraba frente a mí otra vez. La piel de la fusta recorría mi torso, mis brazos, mi cuello. Buscaba un nuevo sitio para desplegar su castigo. Me tensé de deseo y temor cuando acarició mi sexo. Lo sentía oprimido por la correa e incapaz de llenarse a pesar de la excitación.
Su boca se acercó a la mía. Nuestros cuerpos se encontraban escasamente separados. Esperé a su siguiente movimiento. Apreté los puños hasta que me dolieron las muñecas por la presión de los grilletes.
Ella se alejó tras de mí y yo resoplé como una bestia.
El sonido de la madera contra el piso despertó mi curiosidad, ésta desapareció cuando vi a Nuit arrastrando una silla. La posicionó a unos metros delante de mí, se sentó y cruzó sus largas piernas. Observándome.
¿Qué tenía pensado hacer?
Por un momento me sentí absurdo. Atado, desnudo y escrutado.
Pero mis inquietudes se esfumaron tan rápido como habían llegado. Nuit acarició la punta de su bota con la fusta. Extendió su larga pierna, mientras la piel del instrumento que manipulaba ascendía por ella, acariciando el entramado de cordones. Noté como el ansia volvía a florecer desde mi vientre con aquel simple gesto.
Nuit no dejaba de mirarme. Separó los labios y respiró profundamente cuando la fusta toco la piel desnuda de su muslo al final de la bota. Descruzó las piernas. Yo aún no era capaz de dilucidar lo que pretendía, pero los dedos de su otra mano aportaron luz, comenzando a desatar la cinta que aseguraba su ropa intima.
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ROJO
Mystery / ThrillerTítulo: Rojo Categoría: Hetero/BDSM Rating: M (+16) Resumen: La rutina, el hastío y el exceso de control, llevan a Bill a las puertas fascinantes de una nueva pasión: el dolor. Rojo - (c) - Anyara Archange