La brisa matutina apenas lograba colarse por las ventanas, que se encontraban mínimamente abiertas con la intención de que el aire pasara y no murieran de agobio dentro de aquella camioneta de última generación.
El peso de Jimin descansaba plenamente en el cuerpo ajeno, mostrando lo profundo que estaba en su sueño, con su respiración lenta y sus ojos cerrados suavemente. No parecía tener ganas de despertar pronto y parecía disfrutar el ambiente de cercanía y calma, como una fantasía soñada.
Por otra parte, Min acababa de abrir los ojos con confusión, sintiendo un dolor de cabeza punzante atacarlo como un enorme tornillo incrustado en su sien. Su brazo estaba dormido y sentía el peso ajeno aplastarlo contra el semicuero del asiento, no terminaba de comprender de qué se trataba hasta que unos finos cabellos rubios le rozaron la nariz apenas, como una cosquilla leve que le hizo arrugar la nariz.
Tenía a Park encima, dormido con placer, casi a punto de roncar por la comodidad. Yoongi sentía restos del sabor de las cervezas de ayer en su boca, que se mezclaban con un sabor mentolado, como si hubiese comido mentas, lo cual no era así. O al menos no era él quien había comido mentas. Pudo sentir el fresco olor a caramelo en la boca ligeramente abierta de su amigo.
Claro, se habían estado comiendo la boca.
Min normalmente no pasaba por la situación de amanecer con alguien en sus brazos o siquiera en su misma habitación, así que su mente se encontraba en blanco y su cuerpo no respondía.
Por su mente vagaban los recuerdos de la noche anterior, los besos, las palabras, los suspiros desesperados de amor que ambos soltaban como hálitos en la noche deseando ser callados por alguien que rellenara sus deseos.
Pero esto se le había salido de las manos, esto era íntimo, se creería que era algo casi romántico si alguien más los veía, lo cual no era así. No era romántico como el peso del rubio aplastaba su abdomen, haciendo la tela de su ropa rozar sus heridas, no era romántica su aliento mentolado matutino, no era romántico como descansaba en su pecho, nada de eso lo era.
Con suma precaución, el mayor se fue despegando de a poco del tacto, tratando de safarse del agarre y salir de aquel vehículo que cada vez se le hacía más pequeño debido al tacto entre su cuerpo y el de su amigo.
Cuando finalmente estuvo fuera, lo único que pudo hacer fue encender un cigarro y permitirle a los primeros rayos del sol verlo fumarlo con angustia ante la situación en la que se encontraba, ver el humo escapar de la punta como si así pudiera llevarse sus preocupaciones y arrancarle la aflicción. Y, quizás también, acercar el lado ardiente del cigarrillo en un rojo vivo acercarse a su piel para decorar con una mancha roja que le recordara lo mal que estaba obrando...
O no.
— Yoongi —había sido interrumpido por aquella voz angelical, algo cansada ya que acababa de comenzar la mañana y aquel joven no llevaba más que minutos despierto—. ¿Llevas mucho despierto? —cuestionó con suavidad, acercándose al muchacho, tratando de tocar su hombro. Ante el contacto, el pelinegro se apartó con rapidez, casi se diría con asco y miedo.
Claro, ya no estaba ebrio.
— No, apenas unos diez minutos —respondió de forma tosca, evitando mirar directamente a sus ojos porque posiblemente se partiría a llorar por horas. No terminaba de comprender aquella sensación que le escalaba desde la boca del estómago hasta el pecho, como si ebullera en angustias y ardiera en desconsuelo.
— ¿Puedes llevarme a mi casa? —preguntó Jimin en un murmullo, aceptando aquel rechazo como algo que sabía que surgiría y no podía hacer más que sobrellevarlo.
Min no siquiera se dignó a hablar, tan solo dio un tarareo de afirmación y se dirigió al Rover, encendiendo música lo suficientemente alta como para que las palabras que cualquiera de ambos dijera se perdieran en la melodía y las conversaciones se evitaran a toda costa. Jimin no tuvo más remedio que esperar su destino, sobreviviendo a aquella ley del hielo y aguantando las ganas de gritarle a Yoongi que era un imbécil.
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wish you were sober | yoonmin
Fiksi PenggemarJimin estaba cansado de ir a fiestas, de los destellos coloridos de las luces, de la música a todo volumen, de la gente pretendiendo ser alguien que no era, de que Yoongi solo lo amara cuando estaba pasado de copas. "Llévame donde la música no sea...