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Los días pasaban más lentos que de costumbre para Bella, quién ya se había acostumbrado a ver a los chicos de Gorillaz, y ahora que el álbum había terminado, sentía una cierta tristeza sabiendo que esos días habían quedado atrás.

El día de hoy había sido verdaderamente monótono, yendo al set y almorzando con Regina para hablar de distintos proyectos, pero lo único que quería era que el día acabara ya.

-Bella, realmente no te entiendo- dijo Miles a su amiga mientras veía como ella estaba sentada en el sofá, con su pijama de ositos y una copa de vino.

-Entiendo que el final de un proyecto siempre deja una sensación de vacío en cierto punto, pero ya llevas una semana estando triste.- Continuó el músico con cierta preocupación.

-No sé que me pasa. Lo siento- contestó Bella sintiendo como las lágrimas volvían a sus ojos.

-Bella, no tienes que disculparte conmigo, sólo quiero que no estés así.

Es que era cierto, Bella jamás había experimentado algo así. Cuando su primer disco estuvo listo, claro que había sentido aquello que describía Miles, pero esto era diferente.
Sentía una especia de pérdida, cómo que había perdido algo que realmente no quería perder.

-¿Esto tendrá que ver con tu pequeño crush, tal vez?- preguntó Miles.

Bella sólo se limitó a mirarlo mientras se terminaba su vino de un trago.

-Bella, quizás deberías hablar con él.

-¿Para decirle qué, exactamente? Mi, él no es absolutamente nada mío, ni siquiera somos amigos. Realmente estoy siendo patética.- Dijo Bella tapando su cara con sus manos.

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Había llegado el sábado y como era de esperarse,  Bella tenía a Miles rogándole que salieran de fiesta, cosa que realmente era usual, pero más ahora que ella estaba tan ermitaña sin querer ver a nadie.

-Bella, por el amor de Dios, tienes 21 años, no puedes quedarte encerrada un sábado por la noche- dijo Miles en la puerta de la habitación de Bella, quien se encontraba arropada en su cama viendo una película.

-Sólo quiero ver "Orgullo y prejuicio" sin que nadie me moleste.

-Necesitas salir de esta casa.

-Mi, realmente aprecio que te preocupes por mí, pero en serio no quiero hacer otra cosa más que quedarme en la cama.

Miles suspiró pesadamente, sabiendo que no había forma de convencer a Bella de absolutamente nada ese día. Así que siguiendo los deseos de su amiga, le dio su espacio mientras el terminaba de preparse para salir.
Bella se sentía culpable por rechazar la invitación de Miles, después de todo, él sólo quería hacerla sentir mejor y realmente estaba siendo un excelente amigo, pero ella no encontraba ganas de salir de fiesta, ni de nada que requiriera ponerse otra cosa que no fuera un pijama y salir a la calle.

Unos golpes en la puerta de su dormitorio la sacaron abruptamente de sus pensamientos mientras se incorporaba en su cama sobresaltada.
De inmediato pausó su película y se levantó de la cama para abrir la puerta de su habitación.

-Por el amor de Dios, ¿Qué sucede?- Preguntó alarmada mirando a Miles.

-Si pudieras pedir un deseo, ¿Qué pedirías?- susurró Miles rápidamente.

-¿Por qué estas preguntándome esto? Y... ¿Por qué susurras?- cuestionó Bella sin enteder nada.

-Damon Albarn esta en nuestra sala- Soltó Miles de repente.

La mandíbula de Bella casi toca el suelo al escuchar esas palabras.

-¿¡Qué!?- Preguntó Bella atónita luego de un momento en completo silencio- Estas de broma.

The selfish giant (Damon Albarn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora