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Olympic Studios era bastante amplio, aunque un tanto oscuro y sin ventanas, pensaba Bella.

Había algo con respecto a sus altas paredes y sus alfombras estampadas con estilo antigüo que hacían que tuviera la necesidad de tomarse cinco minutos para ver el sol y volver.

A pesar de su necesidad de luz, realmente estaba muy a gusto acompañando a Miles, en plena grabación de su nuevo disco.

Habían sido un par de meses sin descanso prácticamente, en donde vivir de hotel en hotel, de escenario en escenario, fueron su rutina. Y ya de nuevo en Londres, aunque sea por unos cortos días de descanso para luego retomar la gira, supo que por más que realmente había sido un sueño perfecto, extrañaba la simplicidad de estar con su amigo grabando música, donde todo parecía todavía tan íntimo, aunque sea por un rato.

Observaba como Miles repasaba acordes y melodías con todos los productores, realmente se veía muy feliz, estaba animado y se notaba por la adrenalina con la que expresaba.

-Suena excelente, Miles. ¿Por qué no entras a la cabina a grabar?- sugirió uno de los productores.

Miles asintió con una sonrisa y se adentró a aquel  cubículo.

Bella le dio una pequeña sonrisa de ánimo para luego, una vez que su amigo ingresó, dejar salir un bostezo. 
Se estiró incómodamente en la silla, intentando despertar un poco sus sentidos, los cuales estaban un tanto apagados, ya que tampoco había tenido demasiado tiempo para descansar ultimamente, siendo que había bajado del avión ese mismo día y ni había tenido tiempo de dormir aunque sea un poco.

Su mirada se cruzó de repente con la de Gruff Rys, productor principal del inminente disco de Miles, y artista con quien Bella había tenido la posibilidad de compartir en las grabaciones de 'Plastic Beach', ya que había sido colaborador de la banda en uno de los temas.

Bella le ofreció una sonrisa, a lo que Gruff atinó a excusarse un momento con los demás productores para acercarse a ella.

-Bella, ¡que gusto verte!- Exclamó el hombre dando un beso en su mejilla.

- Lo mismo digo, Gruff.- Contestó la joven imitando su acción de forma cariñosa.

-¿Cómo va esa gira mundial, eh? Escuché cosas increíblemente positivas- Dijo el músico mientras palmeaba su hombro.- Te felicito, en serio.

-Dios, muchas gracias. Verdaderamente significa mucho que lo digas.- Respondió Bella tímidamente pero con una gran sonrisa.- Va bien, estamos en un pequeño break de unos pocos días, podríamos decir.
Pero ya pronto volveré a dormir 2 horas por día.

Gruff rió ante el comentario. Bella siempre le había parecido súper simpática desde la primera vez que la conoció, y supo inmediatemente que fue un acierto por parte de Damon incluirla en su trabajo.

-¿Cómo está Damon? Hace siglos no se nada de él. ¿Lo has visto recientemente?.

Bella mordió su labio levemente intentando ocultar el sonrojo en su rostro mientras recordaba la última vez que lo había visto: en su cuarto de hotel.
En su cama.
Sobre ella, mientras le hacía el amor de forma salvaje.

-Pues si, lo vi hace dos días, en el último día de la gira antes del break de medio término.

.

Bella nunca había agradecido tanto llegar a su casa.
Luego de pasar el día entero con Miles y luego explicarle que realmente no le apetecía salir de fiesta, condujo directo a su hogar, y una vez dentro de su departamento, se desplomó pesadamente.

Optó por darse una ducha, que luego de un viaje en avión, más mil horas fuera, de aquí para allá, consideró que no le vendría para nada mal.

Una vez fuera de la ducha, observó su reflejo en el espejo del baño detenidamente.

De alguna manera se veía cambiada.
Sentía que, si bien había similaridades con su versión de hace tan sólo unos meses, había algo que definitivamente no era igual en ella. Y podí sentirlo.

Se cambió rápidamente a su pequeño camisón de seda rosa y se echó pesadamente en su sofá a ver tele mientras revisaba su celular.

No tenía ningun mensaje de Damon, aunque para ser justos, ella tampoco le había escrito.

Estaba ansiosa.

Sentía un cosquilleo en la piel, una sensasión de tener que escribirle, llamarle, lo que sea para saber de él, para saber cómo había llegado, cómo estaba, ya que no sabía nada de él desde el avión que los dejó en el aeropuerto, pero se había dicho a sí misma que no iba a perseguirlo.

Él de seguro estaba muy ocupado con su pequeña hija, con su vida más allá de ella.
Sabía que tenía mil cosas en su cabeza aparte de su pequeña aventura, y ella de ninguna manera iba a ser una carga para él.

Ya iba por su tercer capítulo seguido de 'Los Simpson' y su primer copa de vino cuando el sonido del interlocutor la sorprendió por completo.

Miles tenía sus llaves, y Bella no estaba esperando a nadie, por lo que, confundida, se apresuró a entreabrir la puerta, ocultándose levemente tras ella para tapar el hecho de que el corto vestido que traía puesto era la única prenda que traía puesta.

Instantáneamente entreabrió su boca en una mueca de sorpresa al ver al objeto de sus lamentos,
Y sus deseos,
Parado frente a ella.

-Damon, ¿Qué estás haciendo aq...?-

Sin mediar palabra, se acercó a ella y devoró su boca en un apasionado beso.

Bella dió un paso hacia atrás, casi trastabillando de no haber sido por el fuerte brazo de Damon que la sostuvo con fuerza, mientras la levantaba rápidamente, entrando al apartamento y cerrando la puerta.

-Te extrañaba demasiado, no podía soportar un día más- dijo él, separándose apenas de su boca para mirarla.

Bella sólo atinó a soltar una pequeña risita a la vez que volvía a lanzarse sobre él, besándolo con la misma intesidad que él.

-Me encanta que estés aquí- contestó Bella enredando sus piernas en la cintura de él.- Vamos a mi habitación.

-Traje pizza, pensé que podías llegar a tener hambre- Contestó el músico entre besos mientras agitaba la bolsa con la caja de pizza que traía en su mano.

-Tengo más hambre de ti- susurró Bella en el oído de él, logrando que tire todo lo que tenía encima sobre la mesa y deje de alzarla, tomando su mano y dejando que ella lo guíe hacia la pieza.

La cálida luz de la habitación mezclada con su perfume lo abrumó totalmente, por lo que apenas pudo atinar a sentarse en la cama mientras la miraba atentamente.

Bella se paró frente a él mientras tomaba los bordes de su pequeño vestidito, sacándolo lentamente mientras lo miraba.

De forma casi mecánica, las manos de él se posicionaron en la cintura de ella y se incorporó, quedando a unos centímetros de distancia de su rostro.

-Eres demasiado ansioso, hoy te toca esperar- dijo Bella dándole un pequeño empujoncito, logrando que el vuelva a caer sentado en la cama, y muerda levemente su labio. Ardiendo de deseo.

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The selfish giant (Damon Albarn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora