Historias para el camino

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El trayecto al Distrito Rojo fue muy animado, al parecer Uzui les había metido en la cabeza al joven Kamado y al joven Hashibira que era el dios de lo vistoso, o de los festivales, Rengoku no estaba seguro. Naturalmente su amigo bien podría serlo, con lo extravagante y divertido que era. También podría ser el dios de lo humillante, como ahora.

-Oh, ¿a qué no saben que Rengoku aquí, también es un dios? - dijo alegremente el pilar del sonido.

- ¿Eh? - Tanjiro miró a su maestro sorprendido.

- Seguro es el dios de los búhos jajajaja - exclamó Inusuke.

Zenitsu miró a Rengoku con lástima. El pilar de las llamas se había puesto rojo, al parecer por la vergüenza.

-Tengen, no. - Kyojuro miró a su amigo amenazadoramente.

- ¡Oh, vamos! ¡a todo el mundo le encanta esta historia! - replicó el ninja - oh y en la que tú, Tomioka y Shinazugawa se disfrazaron de ¡mmhh! - le pusieron una mano en la boca para que se callara, Tengen miró a su amigo divertido, ya había ganado, los ojos de Rengoku lo miraban diciendo: "si cuentas algo de eso te mato", a lo que él respondió con los suyos: "tú eliges cual cuento", el pilar de las llamas rodó los ojos dando su respuesta.

- Tengen, ¡por tu culpa ya no puedo pasar ni cerca de esa región!

- Jajajaj, le tienen estatuas hechas y todo jajajaja - se reía Tengen, dándole un codazo al chico pelirrojo.

Rengoku se palmeó la cara.

La cosa fue así:

Era un pueblo que mantenía una extraña tradición, había un demonio que se autodenominaba el dios de aquellas tierras, cada luna nueva exigía un sacrificio, generalmente los sacrificios eran forasteros o cualquiera que corriera con la mala fortuna de pasar por aquellos lares, nadie desobedecía al "dios". El cuerpo de cazadores se enteró debido a que una pareja de forasteros logró escapar del culto antes de ser devorados por el demonio. La gente allí era muy cerrada y casi no se pudo recabar información, por lo que que tocó intentar un acercamiento distinto.

-¿Para qué es todo esto Tengen? - preguntó Rengoku Kyojuro, mirando el alijo de ropas que el otro pilar le había tirado encima.

- ¡Solo póntelas Kyojuro! Hay que intentar algo distinto con estas gentes.

- ¡Ya veo! - exclamó el pilar de las llamas - ¡sigo sin entender nada!

- Solo ponte eso y haz lo que yo te diga!

- ¡Está bien!

El pilar del sonido sonrió al ver que el otro le seguía el juego.

Se disfrazaron de viajantes y se dejaron capturar. Los del pueblo estaban muy felices de poder ofrecerles al dios una cena tan suculenta, incluso discutían a cuál de los dos hombres darle primero.

-Deberíamos sacrificar uno al dios y dejar al otro para el próximo mes por si no viene nadie. - dijo uno de los ancianos.

- Es una sabia decisión, los caminos ya no son como antes... pero ¿a cuál sacrificamos esta noche? - preguntó otro.

- Opino que deberíamos ofrecerle a este - dijo otro de los ancianos señalando a Rengoku - su cabello parece fuego, y el invierno este año ha sido un poco duro.

- Estoy de acuerdo con Izagaya sama, démosle este mes a ese hombre y el próximo le damos al otro más alto. - Mientras, Tengen refunfuñaba para sus adentros porque nadie había comentado nada sobre su cabello, ni lo exótico y guapo que era él.

Tomada la decisión el consejo de ancianos se despidió. Uzui fue arrastrado por unos guardias mientras Rengoku fue llevado en la dirección opuesta. Los dos opusieron un poco de resistencia para no levantar sospechas.

Al final del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora