Regreso a casa

227 18 86
                                    

Kyojuro llegó a su casa antes de caer la tarde, su hermano lo recibió con mucha alegría. Senjuro se veía más animado, lo ayudó con sus cosas, aunque para ser precisos, Kyojuro no cargaba con casi nada. Ni siquiera con su espada, rota en el combate con la tercera luna superior.

- ¡Hermano me alegra que estés de vuelta! - el niño lo abrazó cuidadosamente - pensé que Tanjiro san y los demás vendrían contigo...

- Ah, ¡solo traje a la joven Kamado Nezuko! - dijo señalando la caja que Tanjiro le había confiado, y que el buen hombre del transporte que los había llevado había depositado cuidadosamente a la entrada de la mansión de los Rengoku - ¡Los jóvenes acompañarán a Tengen en una misión de infiltración!

- Espero que todo salga bien...- dijo Senjuro preocupado, en verdad le agradaban mucho los otros tres.

- ¡Sí, no te preocupes! ¡Están con Tengen! ¡Es uno de los pilares más fuertes! ¡El mejor en lo que hace! ¡Es un ninja después de todo! - exclamó Kyojuro alegremente mientras daba palmaditas en la cabeza de su hermano.

Senjuro conocía al pilar del sonido pues solía visitar a su hermano. Era el hombre más alto y musculoso que él había visto en su vida, el más extravagante también. Incluso un par de veces había llegado acompañado de tres hermosas mujeres que eran sus esposas. Senjuro no se sorprendió. Había llegado a la conclusión desde muy pequeño que para ser parte del cuerpo de cazadores había que ser bastante... llamativo, según lo que había visto su hermano era el más normal.

- Padre ha estado mejor estos días, hermano. - dijo el chico con una sonrisa - casi no bebe, y sé que se alegra de que hayas despertado.

- ¡Me alegra oír eso! iré a verle enseguida, pero ¿podrías antes ayudarme a preparar una habitación para la joven Nezuko? ¡Debe estar totalmente protegida del sol!

- No te preocupes hermano, en cuanto recibí la noticia de que vendrías con Tanjiro y los demás preparé una habitación para Nezuko san también. Es la habitación que menos luz solar recibe, también mande a reforzar los paneles, y a colocar cortinas. Nezuko san estará a salvo allí.

-¡Magnífico trabajo Senjuro! - exclamo Kyojuro impresionado por la previsión de su hermano menor - ¡no podría esperar menos de ti!

Rengoku Senjuro se sonrojó, su hermano siempre era muy amable, apoyándolo incluso cuando él era débil, y nunca podría ser un espadachín, protegiéndolo de la ira y violencia de su padre y encargándose de todo desde que él tenía memoria.

Kyojuro siempre lo alababa y reconocía su esfuerzo, un claro contraste con las palabras crueles de su padre, pasara lo que pasara, su hermano había estado ahí para él. Verlo al borde de la muerte fue insoportable, la angustia y la desolación, que el otro siempre había ahuyentado con su luz, habían amenazado con estrangularlo en aquellos momentos y pensamientos muy oscuros cruzaron por su mente, por suerte Tanjiro había aparecido cargando la voluntad y las palabras de su hermano, un rayo de aliento y esperanza en tiempos de incertidumbre. Le había consolado saber que si sucedía lo peor, alguien estaba dispuesto a seguir con la resolución y los deseos de su hermano mayor. Senjuro estaba muy agradecido con el mayor de los Kamado por eso.

El chico agradecía a quien fuera el dios que logró el milagro que hizo que su hermano estuviera allí con él ahora. Senjuro había pensado largo y tendido muchas cosas, allí junto a la cama de su hermano, en las muchas visitas que hizo a la finca Mariposa cuando este aún estaba inconsciente.

Kyojuro había estado allí en el tren para proteger a todos de la tercera luna superior, los había salvado a todos, nadie había muerto aquella noche. Pero ¿quién había estado allí para protegerlo a él? Nadie.

Al final del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora