❝El Stripper❞ ➳『•MinSung•』

1

Felix abrió el champán. El corcho saltó a lo lejos a un lado de la sala, mientras las risas de los chicos inundaban el lugar. JiSung rió, tomando de su copa y de repente el timbre sonó. Felix se acercó hacia la puerta, mirando por la mirilla y al instante gritó de la emoción.

—¡Ya llegó el stripper!
                           
Los chillidos se escucharon por toda la habitación. Chan, uno de los amigos de JiSung lo tomó por los hombros y lo sentó en una silla al medio de la sala. Tapó sus ojos con una venda.

—¿Qué haces?—preguntó JiSung tocándose el rostro.

—No te lo quites, eso lo hará aún más excitante. Verás al stripper cuando te empiece a bailar sexy.

—Hola, preciosos.

La voz finita y masculina de un hombre llenó los oídos de JiSung con satisfacción, y supo al instante que el stripper ya había entrado a su departamento. Sus amigos gritaron una vez más, y Han no hizo nada más que reír.

—¡Que se desnude, que se desnude!—empezó a decir Felix mientras aplaudía.

—Báilale al protagonista de esta noche—dijo alguien en un tono pícaro.              

La canción "You Can Leave Your Hat On" se escuchó por toda la sala y supo entonces que alguien había encendido el equipo de música.

JiSung podía sentir la mirada del stripper sobre él.

Ardiente.

Sintió cómo las manos de Chan empezaban a desatarle el nudo de la venda detrás de su cabeza y luego cayó al piso. Los ojos de JiSung se posaron en el stripper que tenía al frente y quedó boquiabierto. El hombre desprendía sensualidad hasta por los poros. Todo en él era magnífico, fascinante e increíble. No pudo evitar morderse el labio inferior, mientras que con los ojos recorría cada parte de su cuerpo. Llevaba unos pantalones negros estrechos y de la cintura para arriba estaba completamente desnudo. Tenía unos abdominales de muerte. Su piel era naturalmente blanca, y su cara.. ¡Oh, Dios! Era hermoso. Sus ojos de un color marrón precioso, y él le sonrió cuando ambas miradas se encontraron. Una sonrisa seductora que hizo a JiSung enrojecer. El hombre tenía un cuerpo que cualquiera desearía poseer. Cada fracción de su cuerpo parecía como si fuese esculpido hasta con el más mínimo detalle por un escultor griego.

—Dios mío... —musitó JiSung en cuanto el stripper comenzó a bailar.

Cada movimiento que hacía era probablemente el más erótico que había visto jamás. Sus amigos gritaban frases y palabras obscenas mientras que Han apenas podía respirar. Estaba tan maravillado con el hombre, que por un momento se le olvidó que se iba a casar. Se sintió excitado y necesitado sexualmente. Su miembro se empezó a endurecer mientras el hombre seguía bailando únicamente a él.

Los ojos del stripper jamás se despegaron de él. JiSung gimió cuando le sonrió y guiñó un ojo. Y de pronto tuvo la necesidad de tocar sus abdominales para comprobar si eran tan duros como se veían. Se preguntó si haría el amor tan bien como bailaba. Sacudió su cabeza y trató de alejar los pensamientos impuros que se formaban en su mente.

El stripper de repente se detuvo de bailar y estiró su mano hacia él. JiSung se apuntó a sí mismo, como diciendo: "¿Yo?" Él asintió, sin quitar esa seductora sonrisa de su rostro.

—¡Vamos, JiSung! ¡Baila con él! 

Los gritos de sus amigos lo alentaron a levantarse, animándolo. JiSung finalmente aceptó y se levantó de la silla con la ayuda de él. La mano del stripper se cerró sobre la suya, y pudo sentir fuerza en el apretón. Poderoso. Se le erizó la piel cuando él lo apegó a su abdomen y Han pudo sentir la dureza de sus músculos cuando tocó los bíceps ajenos con sus propias manos. Aspiró, y el exquisito olor de su perfume llenó sus fosas nasales, haciéndolo enloquecer.

—¿Lo estás disfrutando, mi amor?—murmuró él sobre su oído—Porque aún tenemos toda la noche para divertirnos...

JiSung se estremeció ante esas palabras que lo hicieron ponerse más duro.