Han JiSung estaba a punto de casarse.
Por lo que sabía, sus amigos habían contratado a un stripper para que le bailase en su despedida de soltero. Pero lo que nunca imaginó fue sentirse sexualmente atraído por aquél hombre.
La noche era joven, y L...
JiSung suspiró cuando MinHo lo dejó sobre la cama y empezó a besarle el cuello. Subiendo sus manos hasta su nuca, el menor enterró sus dedos en su cabello y apretó las manos en puños, acariciándolo de una forma que lo hacia gemir de placer.
El pelimorado se alejó un poco y lo besó con una desesperación que lo dejó sin aliento, mientras que las manos de él bajaban y desabotonaban en un ágil movimiento los botones de su camisa, uno por uno. Se relamió los labios al ver los apetecibles y rozados pezones del peliazul. Se acercó lentamente hasta capturar con la boca uno de sus pezones.
JiSung cerró los ojos, gimiendo y echando la cabeza hacia atrás.
—Eres tan hermoso, JiSung —habló el pelimorado, su aliento caliente chocando sobre su pezón endurecido—. Me vuelves loco.
Lo decía de una manera tan sensual e íntima que provocó que el miembro de JiSung doliera. Este bajó sus manos hasta la cadera de MinHo y tomó el borde de su camiseta, tirándola hacia arriba y quitándosela para dejar a la vista su bien trabajado torso. El menor apoyó sus manos en su pecho y fue bajando lentamente, acariciando y enmarcando sus abdominales. Los músculos del mayor se tensaron.
—Dios—gimió—. Me gustaría saber para qué otras cosas sirven tus manos además de pintar.
JiSung le sonrió y se mordió el labio, para luego desabrochar la hebilla de su cinturón y bajar la cremallera de su pantalón. Jadeó cuando vio su enorme erección, cubierta por la fina tela del boxer. Estiró su mano rozando con sus dedos la erección de MinHo para después apretarla, gimió.
—Sung, de verdad me gustaría que volvieras a hacer eso, pero esta vez sin nada de por medio.
JiSung se rió y MinHo suspiró cuando le bajó los boxers de un tirón, liberando su miembro. El menor se mordió el labio.
¿Cómo iba a poder describirlo? Su miembro era imponente, y demostraba masculinidad y autoridad en cualquier dirección que apuntara. Con el dedo índice, tocó la punta de su miembro y lo escuchó gruñir. Luego lo tomó con el puño cerrado y empezó a, muy lentamente, deslizarlo de arriba hacia abajo, por toda su longitud. MinHo entreabrió los labios, gimiendo.
—Oh, sí~ si, justo así bebé, no pares por favor—gimió.
MinHo bajó la mirada y observó como las manos de JiSung lo masturbaban. Aumentó la velocidad. El pelimorado gruñó con fuerza y con los ojos oscuros por la lujuria, vio como el menor sonreía y se inclinaba. Lee se apartó al instante, jadeando.
—No. Si me la chupas, terminaré corriéndome y no lo quiero hacer sin ti —le dijo con la voz excitada.
Y lo volvió a besar. Cerrando los ojos, JiSung enrolló sus brazos alrededor de su cuello para profundizar el beso y lo acercó más a él. Fue un beso exigente y salvaje, demostrándole lo mucho que lo deseaba.
De pronto, el teléfono sonó.
Alguien estaba llamando al teléfono de la casa. MinHo gruñó sobre sus labios.
—Ignóralo — pidió MinHo.
JiSung asintió y lo volvió a besar, mientras el teléfono no paraba de sonar.
¿Qué tenía MinHo que cada vez que lo besaba, lo hacía olvidarse de todo?
El teléfono dejó de sonar, pero a los pocos minutos empezó a sonar de nuevo. MinHo y JiSung seguian en lo suyo hasta que el teléfono dejó de sonar, de nuevo, pero no tuvo que pasar mucho tiempo para que la contestadora respondiera y se escuchara la voz de HyunJin.
—Sunggie, no puedo esperar para volver a verte, tengo tantas cosas que contarte—suspiró—. Como sea, sólo quería recordarte que la próxima semana estaré de vuelta a casa. No olvides que te amo a pesae de todo, adiós.
MinHo se alejó de JiSung y se levantó de golpe. Lo miró. Su mandibula se marcaba más de lo normal y sus manos se empuñaron. El menor se asustó al ver como el semblante del mayor cambió.
—No le creas — dijo, suavizando su expresión—. Por favor, no le creas —pidió.
—Te lo dije, ¿no? — habló Han, acariciando la mejilla de Lee—. HyunJin ya me da igual. Es a ti a quien quiero y necesito en este momento.
MinHo lo miró, sus ojos brillando con sinceridad.
—¿De verdad?
—Si. Ahora ven aquí y desmuéstrame cuanto me deseas — lo llamó con el dedo.
MinHo sonrió.
🌸
Holis, vengo a decirles que subí un nuevo fanfic, léanla y comenten.
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Si la leen y recibe apoyo, prometo subirles el siguiente capítulo pa que disfruten del sin respeto jaaja. Besito ♡