❝El Stripper❞ ➳『•MinSung•』

4

JiSung se despertó con la respiración agitada. Se pasó una mano por la frente, sólo para darse cuenta de que estaba empapado de sudor. Jadeando en busca de aire, se sentó en la orilla del colchón y encendió la lamparita de noche. Otra noche más que había soñado con Lee MinHo. Otra noche más que despertaba nervioso y totalmente excitado. Unos brazos lo rodearon por detrás.

—Mi amor—susurró HyunJin, su esposo—, ¿qué pasa?

—Nada—dijo, y se volteó a él para incorporarse mejor—. Es sólo que... tuve una pesadilla—mintió.

—Ven aquí—lo rodeó por la cintura y le hizo acostarse sobre su pecho. Eran pasadas las cuatro de la mañana, y JiSung se había quedado en casa de HyunJin a dormir—. ¿Mañana te quedarás a dormir conmigo?

—No puedo. Tengo la despedida de soltero de Felix que es en mi departamento—murmuró mientras se acurrucaba más hacia él.

—Oh, es verdad—dijo, entrecerrando los ojos.

—Es muy tarde, cariño—dijo mientras estiraba el brazo para tirar del cordón de la lámpara—. Duérmete.

HyunJin se durmió, mientras que JiSung aún seguía metido en sus pensamientos. ¿Cuándo sería el momento en que MinHo dejaría de entrometerse en sus sueños? "Es una obsesión, JiSung. Un deseo erótico, nada más". Se repitió esa frase en su mente hasta que por fin logró quedarse dormido.

Al día siguiente, JiSung se levantó temprano y salió. Hoy sería el día en que Felix tendría su despedida de soltero. Y aún le faltaba el regalo para él. Era su mejor amigo, y no podía saltarse ese detalle tan especial.

Mientras sonreía maliciosamente, Han aparcó el auto en una esquina, y se adentró a la tienda Sex-Shop. De pronto, una mujer se le acercó.

—Hola—sonrió la rubia, amable—, ¿qué estás buscando?

—Busco algo para un amigo en su despedida de soltero—sonrió.

—Oh, ayer nos llegaron cualquier cantidad de juguetes sexuales, ya sabes—le guiñó un ojo. JiSung rió—. Ven aquí, te los mostraré.

JiSung la siguió a través de la tienda. La vendedora le mostró varias opciones y al final se decidió por llevar unas esposas, condones de sabor, una mini falda y una colita de zorro.

Cuando pagó su compra, JiSung se quedó mirando ropa erótica de cuero, sólo por curiosidad. Rió mientras observaba un traje de policía. Era pequeñísimo y se preguntó qué chico cabría en ese disfraz.

—Creo que se vería estupendo en ti—susurró una voz ronca en su oído.

JiSung dio un respingo, y por ende soltó la bolsa. Los regalos se desparramaron por el suelo, y cuando trató de agacharse para recoger las cosas, MinHo se adelantó y las tomó.

—¿Pero qué tenemos aquí?—dijo, mientras tomaba las esposas; una sonrisa traviesa se formó en sus labios—qué travieso eres...

—Dámelas—exigió JiSung, con la cara roja de vergüenza mientras daba pequeños saltitos y estiraba su brazo hacia arriba para alcanzarlas. Pero MinHo era más alto, y el peliazul no las alcanzaba.

—Interesante.... —murmuró MinHo, mientras miraba con detenimiento la ropa interior—¿Son para ti? te deben de quedar de lujo.

—No, no son para mí, idiota—estiró aún más su brazo hacia arriba y dio pequeños saltitos, cosa que hizo que MinHo disfrutará, ya que sus miembros se rozaban—, ahora pásamelas.

—Si sigues haciendo eso me vas a matar, gatito—sonrió MinHo, con los ojos clavados en su cuerpo. JiSung al fin logró quitárselo de las manos y los guardó rápidamente en su mochila—. ¿Tu esposo te mandó a comprar aquí?