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JiSung se despertó y, al abrir los ojos perezosamente, se dio cuenta de que HyunJin no estaba a su lado. Se acomodó mejor en la cama y miró el reloj de mesa. Eran las diez y tres de la mañana, seguramente ya se había ido al trabajo. Se levantó y bajó a prepararse el desayuno.

Después de un tiempo, JiSung se encontraba en su estudio de pintura, dibujando un frutero que tenía en una mesa frente a él. El dibujo era su única distracción para alejar de su mente todos los problemas que tenía con su esposo. Apretó el pincel con fuerza en su mano y, sin querer, trazó una línea demasiado gruesa sobre el lienzo. Intentó arreglar su error pasando un pañuelo sobre la pintura, pero en lugar de eso, solo logró que la pintura se esparciera aún más.

—¡A la mierda!—gritó y tiró el lienzo al suelo.

Sentía tanta frustración y rabia. Odiaba a HyunJin y odiaba la idea de que le hubiera sido infiel. Le dolía mucho. Si tan solo se hubiera quedado más tiempo en Nueva York y nunca hubiera regresado...

JiSung miró por la ventana mientras anochecía. Aunque HyunJin ya debería haber regresado a casa hace un rato, ya no le importaba. Nada de él le importaba. Todo había cambiado y lo que más deseaba en ese momento era estar con MinHo. Sonrió al pensar en él y de repente recordó que lo había llamado. Rápidamente sacó el celular de su bolsillo para llamarlo.

¿JiSung?—escuchó la voz de MinHo al otro lado de la línea.

JiSung notó música de fondo y se preguntó si estaba en el club.

—Hola—sonrió—, ¿estás en el club?

Sí. Últimamente ha habido más gente en el club y MinGi me obligó a trabajar los miércoles también —bufó—. Te he estado llamando desde ayer, ¿por qué no contestabas?

—¿Recuerdas lo que te dije por mensaje? —preguntó JiSung. Del otro lado de la línea se escuchó un "sí" — bueno, el asunto importante es que HyunJin regresó, y cuando me llamaste, estaba con él, por eso no pude contestar.

¿Tu esposo ya regresó?

—Sí.

Hubo silencio. JiSung no escuchó nada más que la música de fondo. Antes de que pudiera decir algo, MinHo se adelantó.

Debo irme. Estoy a punto de comenzar mi presentación.

—Está bien, pero...

Adiós, JiSung — y colgó.

El peliazul suspiró y guardó su celular cuando escuchó la puerta principal de la casa abrirse. Salió de su estudio de pintura y al pasar por la sala principal, se encontró con HyunJin.

—Buenas tardes — dijo el menor de manera irónica.

—Lo lamento, tenía muchas cosas que hacer en el trabajo.

JiSung asintió y cuando se giró para dirigirse hacia la cocina, HyunJin lo tomó del brazo y lo volteó hacia él.

—Por favor, ya no estés molesto conmigo — pidió.

—¿Cómo quieres que me comporte? —cuestionó—. Si tú...

—¡No!—gritó HyunJin, lo que hizo que JiSung se sobresaltara. Cerró y abrió lentamente los ojos, tratando de mantener el control—. No es como tú crees.

—¿Y entonces qué pasó? Necesito explicaciones, HyunJin.

—Te las daré, pero ahora lo único que quiero es tener a mi hermoso esposo a mi lado — dijo, mientras se inclinaba para besarlo, pero JiSung se alejó.

Cínico idiota —pensó—. No. Ahora no es el momento, HyunJin.

—Por favor, te necesito — dijo y el peliazul no pudo ignorar el temblor en su tono de voz. Lo miró y la súplica en sus ojos lo conmovió—. Después te daré todas las explicaciones que quieres.

❝El Stripper❞  ➳『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora