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—JiSung, calmate. Respira hondo—pidió Felix

JiSung cerró los ojos y respiró hondo, pero no le sivió para nada. Volvió a insultar a HyunJin, y de los insultos pasó al lloriqueo, y de las lágrimas pasó a lo dramático.

—Yo lo amaba, Felix—sollozó—. No sé como pudo hacerme eso...

—Ya, tranquilo. Tan solo piensa bien las cosas, tal vez ese tipo te mintió. ¿HyunJin te ha llamado?

—No—gruñó—. Ni un puto segundo. Lo odio, lo odio.

—No digas eso. Tú lo amas.

—Lo sé—suspiró. Sus ojos se inundaron de lágrimas—, es solo que me duele pensar que HyunJin me engañó.

—No hablemos más de ese tema. No quiero que estés triste. ¿Qué te parece si salimos esta noche?

—No lo sé, no estoy de humor para salir.

—Oh, vamos, es sábado. Sé de un buen lugar para divertirse. Te encantará.

—Esta bien—aceptó, no muy convencido.

—Perfecto, ponte bonito. Paso por tu casa en media hora—dijo y colgó.           

JiSung guardó el celular en su bolsillo. Pensó que nunca antes se había sentido tan débil. Frágil. Tambaleándose, subió las escaleras y se encerró en el baño. Se lavó la cara, quitando cualquier rastro de las lágrimas. Le temblaron las manos cuando tomó la secadora, cuando logró que su mano dejara de temblar se arreglo su cabello. Agarró un pantalón negro rasgado, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra.

El timbre sonó en el primer piso.

JiSung bajó las escaleras a paso lento. Cuando abrió, Felix se abalanzó a sus brazos.

—Lo siento tanto. HyunJin es un estúpido, él se lo pierde.

—Gracias—sonrió debilmente. Trató de mirarlo a los ojos sin pestañear. Si lo hacía, las lágrimas caerían, y no quería seguir llorando.

—Bien, es hora que dejes de pensar en HyunJin—lo tomó del brazo y lo jaló hacia el auto—. Ahora vamos a divertirnos.

JiSung se subió al auto de su amigo. En el camino Felix trató de animarlo, pero casi no hablaba. Y el pelirrojo lo entendía. Podía sentir su dolor, la decepción y eso era algo que él mismo se encargaría de reparar.               

Cuando Felix aparcó el auto y JiSung salió, fue solo entonces ahí cuando se dio cuenta a donde iban. Y él reconocía ese lugar perfectamente.

—¿Qué estamos haciendo aquí? —preguntó JiSung con la voz alarmada.   

—Ya te dije, vamos a divertirnos—le guiñó un ojo.

—¿A un club de strippers? ¿Estás loco? Estoy casado, y tú igual Felix.

—Oh, vamos ¿y que tiene? No estamos haciendo nada malo, JiSung. Solo trato de levantarte un poco el ánimo, además un privadito no te vendria nada mal—levantó ambas cejas.

JiSung iba negarse a entrar, pero la mirada de cachorro de su amigo terminó por convencerlo. Realmente, no le preocupaba el hecho de entrar a un club de strippers. Si no le preocupaba el hecho de que MinHo trabajara ahí.       

—Está bien, entremos—suspiró. Felix chilló de alegría y lo jaló del brazo a la entrada del club.

La música retumbaba fuertemente en sus oídos. Y los magníficos strippers, se encontraban bailando exactamente como él lo recordaba. El griterío de hombres y mujeres se escuchaba por todo el lugar. Hombres semidesnudos se paseaban por todo el club, y él, se sentía cada vez más incomodo.

—Espérame aquí—dijo Felix, señalando una silla que había en la encimera del puesto del bar. 

JiSung asintió y vio a Felix pedir algo al barman. Cuando volvió hacia él, dejó frente a sus ojos un vaso llenísimo que parecía contener, ¿agua?

—¿Qué es?—preguntó JiSung, acercándose al vaso para olfatearlo un poco. El olor era fuerte. 

—Vodka—sonrió—. Pruébalo, te gustará.

La oferta era tentadora. Esbozando una sonrisa, JiSung agarró el vaso y cuando lo probó, sintió la adrenalina correr por sus venas. El líquido quemaba por su garganta y era una sensación fenomenal.

—¿Más?—dijo Felix, sonriéndole.           

JiSung terminó de beberse el vaso de un trago y antes de responder, se pasó la mano por los labios.

—Si—dijo, jadeando por más.                 

Felix pidió otros dos vasos más al barman. Dejó uno frente a JiSung.         

—Vamos, JiSung. Emborrachémonos.     

Cinco copas más tarde, JiSung ya ni recordaba donde se encontraba. Se reía a carcajadas descontroladamente. Felix sabía que una vez que el peliazul probaba el alcohol no podía controlarse. Él lo conocía perfectamente y sabía que era un peligro estando borracho. Pero hoy eso no importaba, le gustaba verlo así, totalmente despreocupado. Se merecía un poco de diversión.               

De repente, los gritos se hicieron aún más fuertes. JiSung se volteó para ver que era lo que pasaba. Sonrió, los ojos le brillaron. Su sexy stripper estaba ahí, bailando arriba del escenario. Tan atractivo. Tan masculino. Tan Lee MinHo.

Antes de que pudiera pensar que era lo que estaba haciendo, se levantó y con pasos torpes, caminó hacia el montón de gente quienes expectantes, miraban con demasiada atención la actuación. JiSung observó con detenimiento a MinHo bailar y mientras lo veía desvertirse al ritmo de la música. El menor se mordió el labio inferior y antes de detenerse a pensar lo que estaba a punto de hacer, se encontraba sacando unos billetes de su bolsillo trasero y estirando su mano hacia él, uniendose a los demás que le ofrecían todo su dinero.

—¡Eso es! ¡Muévete, chiquito!

JiSung se cubrió la boca, no podía creer que de sus labios haya salido esa frase. No se reconocía. Pero todo su cuerpo le exigía ir donde MinHo y pedirle que le bailara solo una vez más.                 

MinHo jaló la corbata que traía en su cuello y la tiró a la multitud. Con un ágil movimiento JiSung capturó la corbata, aunque no con tanta suerte. Un chico rubio la habia tomado también, y no tenía intención de soltarla.

—Es mía—gruñó el chico, estirando la corbata.

—Ni te lo creas. Suéltala, estúpido—dijo y lo empujó.

El chico chilló y cayó al suelo, pero casi al instante se levantó mirando con odio al peliazul.

—Esto no se quedará así—dijo, dando media vuelta y llendose.

JiSung sonrió con satisfacción y se enrolló la corbata alrededor de su cuello, a modo de premiación. Se llevó la punta de la corbata a la nariz y aspiró, embriagandose con su exquisito olor. Ágilmente, logró posicionarse hasta el frente del escenario. Tenía de frente a MinHo y a su escultural cuerpo. Podía ver con claridad sus abdominales, su hermoso rostro, su amplía espalda y sus anchos hombros. Era un perfecto Dios Griego.

De pronto, MinHo se volteó. Cruzaron miradas. Y al instante la sonrisa en el rostro del pelimorado se borró, sus ojos lo miraban con preocupación.

 Y al instante la sonrisa en el rostro del pelimorado se borró, sus ojos lo miraban con preocupación

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Vengo a promocionar mi nueva adaptación, es algo nuevo que les traigo. Leenlo y comenten. ♡

❝El Stripper❞  ➳『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora