┃29┃

754 102 23
                                    

Porque hace demasiado frío / Para ti aquí / Y ahora, así que déjame sostener / Ambas manos en los agujeros de mi suéter

Porque hace demasiado frío / Para ti aquí / Y ahora, así que déjame sostener / Ambas manos en los agujeros de mi suéter

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Este. ¿Qué te parece? —preguntó Harry, señalando la rama baja de un árbol de hoja perenne.

Caminaban por la cúspide del Bosque Prohibido, buscando una rama para decorar este año. La nieve era espesa y crujiente, cubierta de una brillante capa de hielo.

—No hay suficientes ramitas de las que colgar adornos —replicó Tom después de inspeccionarla minuciosamente.

—Oh, vamos —se quejó Harry. —Tiene por lo menos cinco ramitas. Puedes doblar tus pequeños adornos de papel, ya sabes.

Tom soltó un resoplido escandalizado.

—Exijo siete ramitas como mínimo —dijo mandón.

Harry puso los ojos en blanco, pero siguieron caminando por la espesa nieve.

—¿Qué clase de cosas crees que hay ahí dentro? —se preguntó Harry con curiosidad, mirando hacia la maleza. —¿Por qué está Prohibido?

—Estoy seguro de que tienen su variedad de monstruos de jardín —dijo Tom despreocupadamente con un encogimiento de hombros. —Sus mantícoras, sus kappas, sus ogros, sus lepidópteros.

—¿Lepidópteros? —dijo Harry, con los ojos muy abiertos. —¿Qué es eso?

—¿Nunca has oído hablar de los lepidópteros? —preguntó Tom.

Harry negó con la cabeza.

—El lepidóptero es una bestia de aspecto desprevenido —susurró Tom. —Su piel es delgada como el papel y frágil, pintada en los tonos y diseños más complicados. Flota en el aire, ligera como una hoja, en busca de su imago.

—¿Qué es un imago? —preguntó Harry.

—Es una imagen idealizada —explicó Tom. —Pero para los lepidópteros, los imagos son ojos.

—¿Ojos? —repitió Harry, confuso.

—Sí. Los lepidópteros llevan ojos en la piel.

Harry jadeó de horror.

Tom continuó.

—Los lepidópteros creen que hay unos imagos perfectos para ellos, un par de ojos perfectos que están destinados a llevar. Así que van por ahí buscando, examinando los ojos de cada ser que se cruza en su camino.

—¿Qué hacen cuando encuentran su imago? —preguntó Harry, asustado y fascinado.

—Al principio los siguen —dijo Tom. —Esperando. Observando. Luego, cada noche, se deslizan hasta la cara de su objetivo, mordisqueando el nervio oculus...

—Nervio óptico —corrigió Harry.

Tom sonrió, parecía muy cariñoso.

—Sí, mordisquean el nervio óptico. Hasta que los ojos de su imago se aflojan lo suficiente como para salirse.

Holly & YewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora