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  Y salen, cálidos jirones de amor / Sonrío porque quiero / Sonrío porque tú quieres  

  Y salen, cálidos jirones de amor / Sonrío porque quiero / Sonrío porque tú quieres  

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Rosier, Mulciber y Abraxas se habían ido cuando Harry regresó. Fue un alivio.

—Ya he vuelto —llamó Harry.

Tom estaba sentado en su sillón junto al fuego, leyendo. Estaba irritantemente guapo, como siempre. Un retrato de la gracia doméstica.

—Ven aquí, mi Harry —llamó Tom, haciéndole señas sin levantar la vista de su libro.

—¿Por qué no vienes aquí? —refunfuñó Harry, pero se acercó de todos modos, manteniendo cuidadosamente las palmas de las manos fuera de la vista, tratando de no juguetear con la bata.

Fue inútil.

Tom le agarró inmediatamente la mano izquierda, acercándosela para examinarla.

—¿Cómo lo has sabido? —preguntó Harry, exasperado.

—Tu postura no era natural, tu voz sonaba más fatigada que antes y prefieres lesionarte la mano no dominante a curarte —dijo Tom con voz tensa y fría. —Ahora, dime quién.

Harry lanzó una mirada desafiante a Tom en respuesta, manteniendo la boca cerrada.

—No te vas a librar. ¿Por quién te has hecho daño, Harry? —espetó Tom.

—Déjalo, Tom —dijo Harry, exasperado. —Prometí no contarlo.

—Lo averiguaré —siseó Tom.

—¿Y luego qué? —preguntó Harry.

—Me aseguraré de que sepan las consecuencias de aprovecharse de ti.

—Tom, nadie se aprovechó de mí —dijo Harry, poniendo los ojos en blanco. —Me ofrecí por mi cuenta.

—¿Fue una chica? —Preguntó Tom con voz venenosa.

—¿Y eso qué tiene que ver con la curación? —espetó Harry, cansado.

Tom se quedó mirando melancólicamente el fuego.

Harry suspiró.

—Vamos, amor —reprendió Harry, acunando la cara de Tom y besándole la frente. —No seas tan dramático.

eres un drama —replicó Tom malhumorado, tirando de Harry hacia su regazo. Tom desató la corbata de la bata de Harry, envolviéndolo con ambos brazos por debajo, por encima de la camisa del pijama. Su magia le siguió inmediatamente, pegajosa y exigente como siempre. Harry dejó que su propia magia se enroscara en la de Tom.

Harry le devolvió el abrazo, disfrutando de la cercanía. Después de un minuto, chocó sus frentes antes de bajarse del regazo de Tom y dirigirse al otro sillón. Tom le lanzó una mirada hosca por irse.

Holly & YewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora