┃17┃

959 132 21
                                    

Juro que es verdad / El pasado no está muerto / Está vivo, está sucediendo / En el fondo de mi cabeza

Habían pasado horas desde la visita del profesor Dumbledore y Harry aún parecía aturdido, apenas prestaba atención cuando Tom o alguno de los otros huérfanos le hablaban

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado horas desde la visita del profesor Dumbledore y Harry aún parecía aturdido, apenas prestaba atención cuando Tom o alguno de los otros huérfanos le hablaban. Su magia se sentía quebradiza como el cristal. No tocó ninguna de sus cartas a pesar de la ardiente curiosidad de Tom por la segunda carta del Ministerio.

Finalmente, en mitad de la noche, después de que Tom fingiera estar dormido, Harry empezó a llorar. Su cuerpo se estremeció con sollozos. Tenía la mano apretada contra la boca, amortiguándose. Tom se acercó a él inmediatamente.

—¿Qué pasa, mi Harry? —preguntó Tom, aunque sabía exactamente lo que le pasaba.

—No lo sabía, Tom —dijo Harry, con la voz entrecortada. —Te prometo que no lo sabía. O nunca habría traído de vuelta al conejito.

Harry se clavó las uñas castigadoramente en los muslos, y Tom le agarró ambas manos.

—Para ya —le ordenó Tom. —¿Esto es por lo que dijo antes el profesor Dumbledore?

Harry asintió, con la cara húmeda por las lágrimas.

—He estado haciendo magia maligna todo este tiempo —dijo Harry, sollozando. —Ya has oído al profesor Dumbledore. Mi alma ha sido corrompida. Soy inmoral.

—Estás siendo muy dramático ahora, cariño —dijo Tom.

Harry se quedó con la boca abierta. Frunció el ceño, con los ojos encendidos, apartando a Tom. Inmediatamente, Tom volvió a acercarse a él, sujetándolo con fuerza para que Harry no pudiera apartarse. Harry hizo un sonido de tetera furiosa y Tom le besó la linda oreja roja de enojo, acercándolo aún más. Para Tom, un Harry irritado era mejor que un Harry angustiado y lloroso.

Tom no podía entender la interminable obsesión de Harry por ser bueno, pero le arrancaría esa obsesión a Harry dedo a dedo, sin importar cuánto tiempo le llevará.

—¿No me digas que te creíste todo lo que dijo? Eres tan ingenuo —se burló Tom. Harry se sonrojó. Hizo un sonido de protesta, pero Tom continuó, más alto. —¿Quién hizo de Dumbledore la autoridad suprema en magia? Solo nos estaba contando sus propias creencias, Harry. Y estoy seguro de que se equivocaba en algunas cosas. Por ejemplo, dijo que los hablantes de pársel nacen capaces de hablar con las serpientes. Pero luego dijo que era la marca de un mago oscuro. ¿Crees que la gente nace malvada, Harry?

—No —dijo Harry inmediatamente con gran convicción.

—Exactamente. Algo de eso eran tonterías. Es imposible que seas malo, Harry. Si tú eres malo, nadie más puede llamarse bueno.

—Hay mucha gente buena —protestó Harry. —Yo no soy especial.

—No creo que los malvados se preocupen tanto por ser buenos como tú, Harry. No es que vayan por ahí cometiendo crímenes y llorando de culpa, al mismo tiempo —señaló Tom. Harry sonrió con desgana. —Además, ¿no crees que es un poco idiota definir la magia de la Luz y la Oscura como buena o mala? Si lo piensas bien, puedes hacer muchas cosas malas con la magia de luz. ¿Qué pasaría si hicieras flotar a alguien desde un edificio?

Holly & YewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora