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  Despierta en plena floración con el sol dormido / Joya de granada entre el labio y el pulgar / Solo somos amor y anhelo

Harry apretó los labios contra el dorso de la mano de Lady Greengrass antes de estrechar brevemente la de Lord Greengrass

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Harry apretó los labios contra el dorso de la mano de Lady Greengrass antes de estrechar brevemente la de Lord Greengrass. Luego se inclinó ante los dos como Astrid le había enseñado, con una pierna estirada y apuntando detrás de la otra, la mano derecha abanicando el dobladillo de la túnica, una suave inclinación en la cintura y la mirada dirigida hacia abajo. Tom hizo lo mismo.

—Estamos encantados de conocerla —dijo Harry con sinceridad, una vez que se hubo enderezado.

Lady Greengrass sonrió. Su magia era como la de sus hijas, nubosa y elegante, con el potencial silencioso de una tormenta.

—Estamos encantados de conocerlos —dijo.

—Encantados —repitió Lord Greengrass, también sonriendo. Su magia era suave como las gotas de lluvia al caer sobre las hojas.

Astrid le hizo un gesto de aprobación y le sonrió desde detrás de sus padres.

—Le traemos una pequeña muestra de nuestro agradecimiento —dijo Tom, ofreciéndole con cuidado las orquídeas en maceta. Eran pálidas y cremosas con salpicaduras de violeta y rosa.

—Orquídeas. Oh, qué hermosas —dijo Lady Greengrass. —Alegrarán perfectamente nuestro rincón de lectura.

Harry ofreció a continuación el té Sencha. Las hojas estaban envasadas en una lata de acero inoxidable, con un dibujo de ondas rizadas.

—Té verde —dijo Lord Greengrass, sorprendido al aceptar la lata.

—Greta mencionó que ambos compartían una taza cada mañana —explicó Harry. —Esperamos que lo encuentre muy... eh, bueno.

La capacidad de Harry para hablar en sociedad se estaba deteriorando rápidamente.

—Y placentero —intervino Tom con suavidad.

—Sí. Muy agradable —repitió Harry, aliviado. —Y de su gusto —añadió.

Lady Greengrass torció los labios.

—Qué considerado —dijo.

—Por favor, pasen al salón —dijo Lord Greengrass.

Astrid y Greta los abrazaron rápidamente a modo de saludo antes de llevarlos al salón.

Blanchefleur, la mansión de los Greengrass, era todo ricas cremas yuxtapuestas a maderas oscuras elegantemente talladas. El salón principal tenía una araña de cristal y una gran escalera que conducía al piso superior. Harry podía imaginarse a Greta deslizándose por la barandilla, como hacía a veces en Hogwarts cuando tenía prisa. La casa estaba impregnada de una cálida brisa mágica, como un campo de flores. Harry pudo notar al instante la diferencia en cómo el espacio rozaba su piel.

Holly & YewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora