25. Embotellado

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Tras la destilación el licor producido se envejece en cubas de madera. Cada destiladora tiene un proceso especial en el uso de barriles, aquello es lo que da el sello en el sabor de cada marca. La duración del envejecimiento varía mucho, pero en general es entre 2 y 5 años, hasta que se embotella.

Destilando la historia del Whisky.

L.R

La noche fue buena, después de terminada la cena en casa de su madre, regresaron al hotel, donde se reunieron Liam, las chicas, Owen y su esposa Lisa a degustar un suave vino antes de retirarse a dormir.

Liam admitía que lo había pasado bien en la cena y posterior reunión. Hace mucho tiempo no veía a su madre, tan feliz y el mismo disfrutó de los espacios. Hablar con Lucrecia era muy fácil, ya que ella siempre tenía algo interesante que contar y Samantha aunque pareciera que siempre estaba demasiado feliz, era muy entretenida.

Liam se encontraba sumido en sus pensamientos al día siguiente, mientras tomaba el desayuno en una mesa del jardín. Ese día le apetecía la compañía de otros comensales del restaurante en lugar de la soledad de su suite.

Pidió el desayuno que acostumbraba tomar en el hotel; café negro, churros españoles y un sándwich de jamón. Esta era una de las ventajas de desayunar allí, el menú era muy internacional, a razón de sus clientes.

En una mesa cercana reconoció uno de los huéspedes que también tomaba su desayuno. Perdió su vista en el cabello negro brillante de la chica y se sorprendió viéndola desayunar.

Lucrecia ajena a los ojos que la observaban, daba cuenta de su desayuno. Ella acostumbraba ingerir un desayuno copioso, debido a que usualmente se consumía demasiado en su trabajo, al punto que olvidaba comer. En varias ocasiones le había pasado que se percataba de su ayuno hasta casi la hora de la cena, cuando su propio cuerpo se lo recordaba. Así que allí estaba ella, tomando jugo de naranja, fruta picada, café caliente con biscochos, huevos revueltos con salchichas tradicionales escocesas, tostadas y queso.

Liam desde la distancia, observaba divertido como ella poco a poco, leyendo un diario se actualizaba de las noticias mundiales, mientras despacio iba comiendo plato a plato. Finalmente, no lo resistió, se puso en pie y se acercó silenciosamente a la mesa.

- Nunca en toda mi vida había visto a una mujer comer tanto. – Expresó casi al oído de Lucrecia.

Ella se sobresaltó del susto y por poco vuelca el vaso de jugo del que estaba a punto de beber un sorbo.

- Santo Dios... ¿tiene usted la costumbre de irrumpir de manera estrepitosa siempre? – Le preguntó algo molesta.

- Mmmm... en verdad no suelo hacerlo, lamento si le asuste. – contestó juguetón, mientras sin ninguna invitación tomaba asiento en su mesa, justo frente a ella.

Liam con una seña del rostro y la mano derecha le informó al camarero más cercano que le llevase su servicio de desayuno desde donde se encontraba antes, a la mesa de ahora.

- Pues, permítame decirle. – Lucrecia dio el sorbo a su bebida y continuó desayunando. – Que es la tercera vez que lo hace conmigo, desde que nos conocemos.

- ¿Enserio? – preguntó divertido mientras esperaba que el camarero terminara de servir su comida.

- Es verdad. - contesto ella después de pasar el bocado de comida en su boca, levantó su mano izquierda y empezó a enumerar. – En la biblioteca el primer día que lo vi, interrumpió una lectura muy interesante. – levantó un segundo dedo. – El día de la fábrica en que me arrastró con usted al suelo.

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