11. Tuba II parte

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Haber ido a ese bar, fue una de las mejores decisiones que habían tomado, no solo habían disfrutado de una excelente comida, sino de una muy buena compañía, amena charla y anécdotas de aventuras del pasado que terminaron por ser fructíferas para la investigación.

Durante la charla con Angus a la cual se unió también Fergus; dueño del bar, en cuanto se mencionó el planteamiento de varias hipótesis, basadas en los reportes históricos pasmados en antiguos libros, el tema se puso aún más interesante. Angus y Fergus expresaron sus puntos de vista, basados en las creencias y relatos históricos generacionales familiares locales. Sin falta, Lucrecia tomó apuntes de las personas y familias que ellos referían como descendientes directos de los antiguos pobladores. Incluso ofrecieron hablar con aquellos pobladores y ayudarles a concretar las entrevistas.

Samanta se ofreció para acompañar el día siguiente a Fergus y que este la presentara a los habitantes en mención, ya que ella por su carisma amistoso, poseía la tendencia a crear fácilmente sinergia con las personas. Lucrecia concordó con Angus la revisión de algunos libros de la biblioteca de la familia Macleod, ya que Angus le aseguró que el señor Liam Macleod era el propietario de una de las colecciones de libros antiguos, alusivos al tema, y que todos ellos se encontraban resguardados en la biblioteca privada, ubicada en la villa a las afueras de pueblo, residencia de Liam Macleod, justo en las medianías de la destilería.

- ¿Y sería posible que pudiéramos visitarla? – pregunto entusiasmada Lucrecia.

- En efecto, es donde vamos a instalarlas mientras se realiza todo el documental de nuestra destilería. Tan pronto arriben sus compañeros. – aseguró Angus.

- Oh y no podrían adelantarnos la estadía... si no es mucha molestia.

- Creo que sí. – contestó pensativo Angus. – El jefe no se encontrará en la casa los próximos días, y ya tenemos todo preparado para su llegada.

- ¿Y por qué hospedarnos allá?. – preguntó Samantha.

- ¿Por qué próximamente tendremos un evento social muy importante. El castillo completo ha sido alquilado aproximadamente durante un mes por una adinerada familia extranjera, con el fin de realizar una boda.

- ¿Un mes? – Preguntó curiosa Samantha.

- En efecto. Pero por favor no me pregunte, señorita Samantha, es información confidencial.

Ella asintió, manteniendo los ojos bien abiertos ante la sorpresa.

- Este evento lo tenemos confirmado y reservado desde el año pasado, así que no habrá disponibilidad de habitaciones. Por lo tanto, y en vista de que su investigación es supremamente importante para nosotros, el jefe accedió a hospedarlos como invitados en la villa. Además hay varias cabañas alrededor de la casa, las cuales fueron anteriormente ocupadas por el personal que trabajaba en ella. – Informó Angus. – Durante los tiempos de opulencia, claro está.

Las dos chicas asintieron, sin entender claramente a lo que se refería.

- El actual señor Macleod, es mucho más sencillo que sus antepasados, y ahora solo labora menos de la mitad del personal, solo el estrictamente necesario para mantener la casa, y casi todos son externos, llegan en la mañana y se marchan en la tarde.

- Oh, vaya – expresó samanta. – Entiendo.

- Exacto, y las cabañas de su uso, están deshabitadas, pero en muy buen estado. Ya tenemos dos de ellas prácticamente listas, para su uso.

- ¿Y podríamos trasladarnos mañana? – preguntó impaciente Lucrecia.

Angus lo pensó durante un momento.

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