Después de cortado el trigo, es necesario transportarlo hasta los silos, anteriormente esta labor la hacían las mulas de carga, caballos o bueyes. Pero el mundo a avanzado lo suficiente, como para que los enormes tractores recolectores sean quienes trasladen el grano.
Destilando la historia del Whisky.
L.R
Las dos semanas siguientes fueron caóticas. Hacer el equipaje, fue un poco indeciso. Debían tener en cuenta las estaciones, cómo los países en donde estarían. Lo más probable, tendría que comprar ropa en el destino. Finalmente acordaron con Sam que no llevarían demasiado equipaje.
Organizar todo lo referente a su pertenencias, cosas y obligaciones, fue un poco más fácil de decidir, aunque no de realizar. Empacó todas sus pertenencias en cajas muy organizadas, nombradas y enumeradas. Solicitó uno de los depósitos con los que contaba el edificio en el cual vivía y lo alquiló a un valor bastante asequible. Concretó con Tamy y Jared que se trasladaran a su pequeño apartamento de una habitación, cancelando solo la administración del condominio y consumo de servicios de energía, agua y demás durante el tiempo que estuviesen allí.
El pequeño apartamento de Lucrecia, solo tenía unos 50 mts², se encontraba muy bien ubicado en un bonito y moderno edificio, justo en Uper West Side, frente al Central Park. Contaba con ventanales grandes de piso a techo, ubicado en un piso 10, con vista al parque. Una habitación gigantesca con baño privado, sala con baño auxiliar y cocina con barra americana. Era muy hermoso y bastante costoso. El cual había adquirido como un regalo de parte de su madre. Generalmente Lucrecia no recibía muchas cosas de su madre, pero este era uno de esos regalos de por obvias razones no había podido negarse a recibir. Además de la oportunidad que esto representaba para ella, su abuelo le había aconsejado que lo aceptara sin dudar, y terminó aceptándolo. Tamy y Jared estaban mucho más que felices de poder vivir allí con las ventajas que Lucrecia les estaba brindando.
El fin de semana antes de la partida, Lucrecia viajó a México, exactamente a la población de Ixtlán del Rio, a visitar a sus abuelos. El tiempo que ella pasaba allí siempre era mágico. Lo sentía desde el momento en que bajaba del auto que la llevaba hasta la hacienda, y recibía el abrazo demoledor de huesos de su abuela Luciana, para luego pasar a los cálidos y tiernos abrazos de su abuelo. Comer la comida preparada por la nana Petra, cabalgar en su hermosa yegua Cocoa, tomarse un par de tequilas con sus primos, y celebrar por cualquier excusa que se les ocurriera. Los cuatro días que permaneció allí, no paró ni un segundo. Entre salir con sus amigas, visitar a todos sus familiares, acompañar a su abuelo en las mañanas a verificar las funciones de la hacienda, comer todas las comidas típicas que cupieran en su estómago y por último, pero no menos importante, visitar y llevar flores a la tumba de su padre.
En aquellas visitas le gustaba recrear un pequeño día de los santos, llevar una merienda, hacer un pequeño picnic y tomarlo junto a su tumba. Contarle sus cosas y actualizarlo de todas sus vivencias, recordarle que lo extrañaba todos los días de su vida y que siempre lo llevaba en su corazón, aunque la llenaban de nostalgia, le hacía sentirlo cerca.
Hablar incansablemente con su abuelo, era otra de sus preferencias, contarle cosas acerca de sus investigaciones, que su abuelo generalmente no entendía, pero que escuchaba y disfrutaba. Pasaba con él y con la abuela mucho tiempo, sentados a la mesa, hablando de todo y de nada.
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Destilando Historia *** En Curso***
RomanceLucrecia Riveiro, una chica de 25 años, de corazón puro, que solo vive por y para la historia, historias que la atraen como un imán y que cree como si fuesen de ella misma. Duncan Macleod, un hombre fuerte, arrogante y extremadamente entregado a su...