14: Prensado

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Cuando la cebada esta lista, es necesario someterla a un proceso de molido para poder trabajar con ella, debe ser procesada, molidas y combinada.

Destilando la historia del Whisky.

L.R

Cuando Liam hubo regresado a su despacho, horas después de la discusión con la investigadora, se sorprendió al encontrar absolutamente todos los libros en el lugar correcto correspondiente a cada uno. Él mismo se puso en la tarea de averiguarlo, revisando los tomos que alcanzó a ver que la mujer tenía en su poder y fue completamente de su agrado comprobar el compromiso de la misma era verídico.

Después de las comprobaciones, encendió su computador y empezó a revisar datos y cifras de la destiladora, encontrando las pérdidas de dinero recientes por la metedura de pata de la empresa transportadora, frustrándole demasiado.

Liam se sentía completamente en una encrucijada, todo lo que hacía encaminado en hacer resurgir la destiladora, parecía no tener ningún efecto. Siempre encontraba cualquier tropiezo, haciéndolo todo aún más difícil, parecía como si la mala suerte lo hubiese tocado y conspirara para que las cosas salieran mal.

Agradeció infinitamente que el hotel fuera de maravilla, bajo la tutela de su cuñada Lisa y sus estrategias de mercadeo y publicidad, y la excelente gestión de Owen como director. Le daba escalofríos pensar que de lo contrario, con tanta perdida de dinero por parte de la destiladora, prácticamente su familia estaría en la ruina y eso era algo que no se podía permitir, sus antepasados habían luchado con uñas y dientes por salir adelante.

La destiladora no podía seguir generando pérdidas, necesitaba una inyección de dinero, o una muy buena negociación que le permitiera resurgir. Dinero, esta fue precisamente, la única razón por la que le permitió al museo realizar la investigación en su destiladora y sus tierras, aunque fuese una persona recelosa de sus propiedades, pero obligado por el generoso pago realizado por el museo, accedió. Aquel pequeño aporte, le generaría a un pequeño respiro en las obligaciones.

Liam cavilaba aquella situación y las posibles soluciones cuando sintió un tímido golpeteo en la puerta de entrada a la biblioteca. Seguro de que no se trataba de Angus, ya que la actitud de este nunca sería tan tímida. Convidó a la persona de fuera a que ingresara.

- Adelante.

La puerta se abrió, solo un espacio pequeño, para permitir el acceso de una tímida cabeza castaña que se asomó detrás de esta.

- Disculpe, señor Macleod. – Era de nuevo la chica investigadora. – me permite un momento, por favor. – pidió con mucha educación.

Liam asintió con la cabeza en aceptación, manteniendo su expresión tosca y malhumorada.

- Creo que empezamos, con el pie equivocado. – afirmó la mujer que había ingresado a la biblioteca y se había ubicado de pie en frente del escritorio. – Antes que nada, de nuevo quiero disculparme por haber abusado de la buena voluntad de sus empleados y haber tomado sus preciadas pertenencias sin su autorización. – indicó Lucrecia con expresión seria, recatada y contrita. – Después de haber dicho esto...

Una gran sonrisa se formó en el rostro de la mujer, pero no era una sonrisa cualquiera, de aquellas a las que él estaba acostumbrado. Sonrisas seductoras de mujeres interesadas, o sonrisas fingidas de personas hipócritas, o sonrisas cordiales de negocios. No, aquella sonrisa, era una sonrisa tierna, sincera, a la vez tímida y muy radiante, muy parecida a las que le otorgaba su madre, su cuñada, o la misma Brena. Aquel simple gesto de ella, lo desarmó por completo.

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