LULI'S SONG || MARTULI

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Pov Luli

Ya era tarde y después de jugar con Delfi a las muñecas, subi a mi habitación. Prendi mi computadora y empece a buscar información para el trabajo de ciencias.

Mi celular sonó sacandome toda la concentración que llevaba hace 1 hora escribiendo sobre el informe. Cuando abri el mensaje, era de Martina. "Casa del arbol en 5". Mire por la ventana que daba a la de su habitación y estaba ella sonriendome con el celular en la mano.

Cuando eramos más chicas, nuestros padres construyeron una enorme casa del arbol en el medio de ambas casas, como nuestras ventanas estaban en frentadas, decidimos hacer un puente de cada lado para llegar directamente desde ahí. Cuando eramos niños, soliamos jugar todos en ella, pero ahora solo la usamos Martina y yo. Era como nuestro lugar.

—Aca estoy. —dije haciendome presente.

—Tengo chocolates. —me mostro una caja de bombones.

—Dejame adivinar, te los regalo Ramiro y esta juntada urgente es para hablar de su cita. —yo la conocía a la perfección.

—Me encanta que leas mi mente. —ella se rió pero yo no. —Veni. —se acosto entre los cojines que estaban tirados por todo el suelo del lugar. Yo me acoste a su lado.

—¿Como te fue? —me senti con la obligación de preguntar.

—Excelente me fue. —no estaba tan segura de si iba a poder soportar esta charla. —Él es muy atento, me llevo a tomar helado, después fuimos al parque y compro una cometa para que la volaramos. —cliché, pense. —Y cuando me vino a dejar en mi casa, saco esta caja de chocolates y me la dio.

—Eso es tan tierno. —dije falsamente.

—Lo es. —suspiro. —No creí que podía gustarme más hasta hoy, que lo vi en su faceta de chico tierno conmigo.

—Que extraño, con la pinta de malo que tiene. —rode los ojos.

—¿Viste? Yo pense lo mismo. —se rió. —Pero es realmente un amor.

Y asi estuvo hablandome de él por horas. Si escuchaba una vez más el nombre Ramiro sentia que iba a vomitar. Pero tenia que hacerlo, Martina era mi mejor amiga y si ella estaba enamorada de este pibe, entonces yo la iba a apoyar. Aunque eso me doliera.

Cuando se hicieron las 11, cada una volvio a su casa. Martina antes de despedirse me dio uno de sus famosos abrazos, que solo me los daba a mi, porque ella odiaba el contacto fisico o cualquier otro tipo de demostración de amor con la gente, entonces yo los sentia completamente especial.

Pero después de todo lo que me conto hoy, me dormi más que nunca pensando en que Brisa tenia razón. Tenia que buscar a alguien más. Perdi mucho tiempo cegada con la rubia y admito que queria sentirme querida, o poder experimentar lo que era un amor correspondido. No lo se. Pase años creyendo que eso era una tonteria si no se trataba de Martina y yo, pero ahora creo que podria ser lo correcto.

—Buenos días. —Marti entro a mi habitación.

—¿Que hora es? —pregunte aún adormilada.

—Las 7 de la mañana. —dijo ella recostandose al lado mio.

—¿Y que haces aca? —me frote los ojos para despertarme.

—Tenemos que ir a la escuela tontita. —me dijo como algo obvio.

—Lo se pero nunca llegas tan temprano, incluso viniste más temprano que ayer. —le hice notar.

—Sabes que mis padres no estan entonces tu mamá me dijo que venga a desayunar con ustedes. —los papás de Martina siempre la enviaban de vuelta con nosotros cuando finalizaban las vacaciones y ellos se quedaban en el sur un tiempo más. Hasta que se cansaran o algo como el estilo, por lo que Martina pasaba mucho tiempo sola y eso la hacia estar más en mi casa que en la propia.