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Pov Luli

Llegue a la casa de Martina apenas sali del restaurante. Tarde 10 minutos en llegar, abri la puerta con la llave duplicado que tengo y subi hasta su habitación. La rubia estaba tirada con una toalla humeda en su frente, un balde al lado de la cama, la tele a medio volumen y pañuelitos repartidos por todas partes.

—¿Lu? —preguntó cuando me escucho entrar.

—Soy yo pepe. —le dije casi susurrando. —¿Como estas?

—No muy bien. —contesto.

—Estas hirviendo. —le toque la frente. —Vamos a tomarte la fiebre ¿si? —ella asintió.

—El termometro esta en mi mesita de luz. —me indico y yo lo tome. Lo sacudi 3 veces como mi madre me habia enseñado y lo puse debajo de su brazo. Después de unos minutos sonó indicando que lo retire. —Tenes 39 y medio, ¿como es que no estas delirando ya? —intente bromear pero estaba preocupada. Era mucha fiebre.

—Quizás estoy imaginando que estas aca pero en realidad sos producto de mis alucinaciones. —ambas reimos.

—Voy a llamar a la ambulancia. —le avise.

—Sabes que le tengo miedo a los medicos. —me tomo el brazo impidiendo que agarre el celular.

—Pero tenes fiebre muy alta y la única forma de curarte es con un doctor. —quise hacerla entender. —Aparte yo estoy aca para cuidarte de cualquier cosa.

—Esta bien. —termino cediendo.

Llame a la ambulancia y en cuestión de media hora ya estaba en casa de la rubia. El medico le dijo que estaba somatizando por los nervios y estres, le dio unos antibioticos para bajar la fiebre y que si esto persistia, la lleve a un hospital.

—Así que estas estresada y nerviosa. —le dije apenas volvimos a estar solas. —¿Se puede saber por qué?

—Todo en mi vida es complicado últimamente, quiero hacer las cosas bien y termino empeorando todo. —me contesto. —Pero mi cuerpo me esta pasando factura y creo que me esta advirtiendo que debo relajarme.

—Unos días de reposo no vendrian mal. —me senté al lado suyo.

—Mañana es el baile. —me recordo. —Tengo que ir de cualquier forma.

—Entonces dejame que te cuide esta noche. —le dije. —Toma el antibiotico y vamos a darte una ducha ahora para bajar un poco la fiebre.

Ella asintió. Fui hasta su baño a preparar todo para llevarla a ducharse, cuado deje todo listo, volvi hasta su cama y la ayude a levantarse, la lleve hasta el baño y comence a sacarle la ropa. Estaba algo nerviosa porque jamas habia visto a Martina desnuda y que la primera vez sea de esta forma era...raro. No sabía si ella se sentiria comoda o no, así que hacia todo con cuidado y casi pidiendo permiso.

—Esta no es la forma en la que queria que me desnudaras. —Martina bromeo.

—Date la vuelta. —le dije y ella hizo caso. Comence a desabrochar su soten. Una vez que ya estaba desnuda, hice que entrara a la ducha.

Después de 15 minutos me aviso que termino y la envolvi en una toalla, la cambie, le peine el cabello y la acoste en su cama con las sabanas que recien habia cambiado.

—Acostate conmigo. —me pidió.

—Voy a ponerme algo más comodo y me acuesto. —me cambie poniendome una remera grande de Martina sin nada más abajo.

—Te voy a contagiar. —me dijo ella cuando me acoste a su lado.

—No me importa. —la abrace.

—¿Estabas con Victoria? —preguntó.

—Si. —conteste. —Era nuestra cena de aniversario.

—Ah. —se separo un poco de mi.

—Termine con ella. —dije rapidamente.

—¿Si? —me miro con los ojos algo brillosos y cansados por la fiebre. —¿Por mi?

—Por todo. —conteste. —Yo no estoy enamorada de ella, estoy enamorada de vos y sos con la única persona que yo quiero estar.

—Y yo solamente quiero estar con vos. —me dio un beso en la clavicula ya que su cabeza estaba a esa altura.

—Mañana te voy a tener que ver con él en el baile. —suspire algo triste.

—Perdón. —se limito a decir.

"Ella no se va a sacrificar por vos como yo lo hice" esas palabras de Victoria volvieron a mi mente. No quería creerlo pero en esta posición todo era más dificil.

Después de estar cuidando a Martina hasta la tarde del sabado, me fui a mi casa. No tenía muchas ganas de ir al baile, menos de ver a la rubia pasearse con Ramiro por todas partes luciendo como una pareja, y encima ahora tampoco tenía pareja porque había terminado con Victoria, no tenia motivos para ir pero Angie y Brisa me convencieron de que vaya con ellas.

—Estan hermosas eh. —dije al ver a mis amigas. —Son la pareja del año sin dudas. —las tres reímos.

—¿Nos vamos ya? —hablo Brisa casi desde la puerta y salimos en el auto de Angie hacia la escuela.

Llegamos y estaba todo ambientado como baile de invierno. Copos de nieve colgando, cortinas azules, bolas de espejos y esculturas de hielo. Estaba todo muy lindo.

En toda la noche no pude hablar con Martina, me saludo de lejos pero estaba con todos sus amigos y Ramiro. Se veia que no se sentía bien y eso me preocupaba un poco pero no podía hacer nada.

Las horas pasaban, y aunque mis amigas le ponian onda para no dejarme sola, tampoco quería ser la tercer rueda o cagarles su noche.

—Atención a todos, por favor..—empezó a hablar el director del colegio. —Vamos a decir el nombre del Rey y la Reina, escogidos por ustedes.

Todos nos amontonamos frente al escenario esperando a que diga quienes habian ganado. Habian 3 parejas que llegaron hasta la instancia definitoria y entre ellas estaban Ramiro y Martina.

—Los ganadores son....—abrió el sobre con los resultados. —Martina Benza y Ramiro Barreto.

Era lo obvio. Todos empezaron a aplaudir y ambos subieron al escenario. No queria ver esta escena.

—¡Felicitaciones! —dijo el director cuando subieron al escenario entregandoles sus coronas.

—Gracias por votarnos. —se limito a decir la rubia.

—Ahora si, es momento del baile de los Reyes. —todos se movieron para un costado, la luz bajo y una música lenta instrumental empezo a sonar.

Ramiro le extendió la mano a ella para bajarla del escenario y empezaron a bailar cerca. Demasiado cerca. Yo suspire viendo todo ese show. Me dolía verla con alguien más.

Aunque estuvieramos "juntas" no la sentía mía.

—Lourdes...—una voz a mis espaldas me hizo volver a la realidad.

—Vicky. —dije cuando voltee y vi a la morocha frente a mi.

—Quería pedirte perdón por todo lo que te dije ayer. —se la veia algo apenada. —Estaba enojada pero agradezco que me hayas sido sincera.

—Vos no sos la que tiene que pedir perdón claramente. —la tranquilice. —Toda la culpa fue mía.

—Creo que no hay culpas aca, te enamoraste de otra persona y esta bien, puede pasar. —hablo comprensiva. —Y lo que dije sobre Martina fue porque no quiero que salgas lastimada.

—Y lo agradezco, pero no creo que eso pase. —me quise autoconvencer.

—¿Segura? —me dijo señalandome hacia donde estaban Ramiro y Martina besandose en el medio de la pista y en frente de todos.

No pude contestarle a Victoria porque esa escena me dejo sin palabras. El sentimiento que tenía en este momento era como cuando alguien te pega una patada en la boca del estomago y te deja completamente sin respirar. Así me sentía yo, sin aire.

—Lourdes, vamos a casa. —la voz de Angie agarrandome del brazo ayudandome a caminar para salir de ahí se escuchaba lejana.

Ella no iba a sacrificarse por mi. Ahí estaba resuelta mi duda.

LULI'S SONG || MARTULIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora