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Pov Luli

Los días en Nueva York fueron hermosos. Era verano y las noches eran hermosas. Con Martina fuimos a recorrer todos los días un lugar distinto. Ya habiamos ido anteriormente con nuestras familias, pero esta era la primera vez que ibamos juntas.

Primero fuimos al Time Square con Franco y Delfi, nos sacamos fotos y comimos hot dogs de un puesto que nos cruzamos en la calle. Fuimos a Brodway y entramos a ver una obra de un artista independiente, era un musical con canciones originales y me gusto mucho. Tambien tuvimos una cita en el central park, hicimos un picnic y nos acostamos en el pasto a mirar las nubes, demasiado cursi.

Tambien fuimos a hacer el recorrido turistico de Gossip Girl que Martina se moria por hacer. Visitamos el empire state y terminamos en el puente de brooklyn. Ahora nos quedaban solo dos días antes de volver a Buenos Aires y no teniamos planes más que cenar con nuestra familia.

—Creo que cuando termine la escuela voy a venir a vivirme aca. —dijo mientras observaba la vista que teniamos desde la habitación del hotel.

—¿Y vas a dejarme sola? —la abraze por atrás.

—Pense que era obvio que ibas a venir conmigo. —volteo para que nos quedemos de frente.

—No me lo pediste. —fingí molestia.

—Lourdes Gonzalez, ¿te mudarias a Nueva York conmigo? —preguntó en tono de propuesta exagerada.

—A donde vos quieras, yo iria con vos. —la bese y ella me correspondió.

—Realmente te amo Lulita. —suspiro contra mis labios.

—Hace mucho no me decias asi. —le sonreí.

—¿Te gusta? —me preguntó.

—Obvio que si. —volvi a besarla.

                                                    .....

Ya era la última noche, mi madre, chivin y Delfi habian ido a ver un show de baile, Dan, mi padre y Franco a ver un partido de basquet y con Martina nos quedariamos en el hotel. Eso es lo que ella creía.

—Amor, ¿queres ver una pelicula de terror o más un documental? —preguntó desde el cuarto.

—Mejor una cena. —dije saliendo del baño.

—Podemos pedir servicio a la habitación, creo que...—levanto la vista para verme. —¿Qué estas haciendo asi vestida?

—¿No te gusta? —mire mi outfit dando una vuelta.

—Me encanta. —dijo levantandose y acercandose a mi. —Pero pense que ibas a ponerte tu pijama de paltas.

—Hice una reservación para que vayamos a cenar a un restaurante a unas calles de aca. —le dije.

—Entonces me voy a tener que vestir, no creo que sea adecuando que vaya sin pantalon. —ambas reimos.

—A mi no me molestaria volver a sacartelo cuando volvamos acá. —le dije cerca de su oido y eso la encendio bastante.

—Mejor voy a cambiarme. —se separo rapidamente de mi y eso me hizo largar una pequeña risa. Amaba ponerla nerviosa.

Después de la cena, volvimos caminando. La noche estaba estrellada y el clima estaba perfecto. Mientras caminabamos por un parque cerca de nuestro hotel, un violinista estaba tocando Yellow de Coldplay, una de las canciones favoritas de Marti.

—Por favor, tenemos que bailarla. —dijo la rubia frenandose.

—¿Estas loca? —me reí ante esa sugerencia.

—Por favor amor. —sujeto mi mano y me miro con cara de suplica.

—Solo porque me encanta que me digas asi. —termine cediendo.

Ella se pego rapidamente a mi y comenzamos a bailar. Habian otras personas en el parque pero para mi solo eramos ella y yo. Habiamos tenido las vacaciones soñadas, lejos de todo y de todos, tuvimos momentos romanticos y me ponía mal tener que volver a la realidad mañana.

—Tenes los ojos llorosos. —dijo cuando se aparto para mirarme.

—Es que te amo demasiado. —le conteste. —Y ya mañana volvemos a Buenos Aires.

—¿Y en buenos aires no me amas? —intento bromear con el tema.

—En Buenos Aires no podemos hacer esto. —nos señale a ambas.

—Todo se va a solucionar. —acaricio mi brazo. —Primero voy a hablar con las chicas y después con la entrenadora.

—No quiero que renuncies a cosas por mi. —le conteste. —Se que es contradictorio pero creo que podemos buscar otra solución.

—Tranquila. —acaricio mi mejilla. —Todo va a estar bien.

No dijimos nada más. Continuamos bailando hasta que se hizo lo suficientemente tarde para volver. Al otro día ya estabamos en el aeropuerto volviendo de vuelta a Argentina. Yo desee con todas mis ganas que todo siguiera como esta 2 semanas.

Pero no iba a ser posible.

Pov Marti

Ya habiamos regresado de Nueva York, era lunes y estabamos de vuelta en la escuela. Nos despedimos en la entrada y Lourdes se fue con Angie y Brisa. Yo quede parada en mi casillero sola, reuniendo el valor para ir al entrenamiento y hacer lo que debía: blanquear que estaba enamorada de mi mejor amiga.

—Aca estas. —dijo Lara tomandome del brazo para esconderme atras de los casilleros.

—¿Qué paso? —quise preguntar pero Guada me hizo guardar silencio.

—Hace silencio, esta por entrar. —me dijo la pelinegra.

—¿Quien? —no hizo falta que me respondieran porque en ese mismo momento entro Victoria.

Una vez que abrio su locker, le salpico pintura roja y ella pego un grito de enojo. Todas salieron de atrás de sus escondites y empezaron a reirse.

—¿Qué te pasa estúpida? —se dirigio directamente a Lara.

—Eso es para enseñarte que no te tenes que meter conmigo. —se rió y las demas hicieron lo mismo. —Y te repito, no se te ocurra volver a tocarme porque ni a mi ni a nosotras nos gustan esas cosas raras que te gustan a vos.

Victoria automaticamente me miro a mi. Yo sabia que quizas era el momento de admitirlo, salir en defensa de ella o aunque sea decir alguna palabra. Pero no pude.

Todas se fueron de ahí, y yo solo pude dedicarle una mirada de disculpa cuando por fin sali del vestuario. ¿Como podía estar con Lourdes si era una cobarde?

—Va a tener que renunciar. —dijo Guada.

—Seguro ya esta yendo a decirle a la entrenadora que no quiere ser más parte del equipo. —Lara le dio otro bocado a su almuerzo.

—Es linda encima, mucho desperdicio para que sea lesbiana. —hablo Gian.

—Chicos me parece que ya se estan pasando con el acoso a Victoria. —hable por primera vez. —¿Qué tiene que le gusten las chicas? Ya no estamos en los 50.

—¿La defendes? —me miro Guada sorprendida.

—Ya es la segunda vez que intentas defenderla. —la otra rubia tomo la palabra. —¿Lourdes te mando?

—No..no. —negue. —Pero no esta bueno.

—Y vos no vas a pensar que es malo ya que tu perrito faldero tiene las mismas preferencias raritas. —me contesto. —No entiendo como alguien como vos puede ser amiga de alguien como ella.

—Es mi mejor amiga, no quiero que hablen asi de Lourdes. —dije más firme.

—¿Te contagio ya? —me miro con cara de asco. —Cuidado chicas, mañana Martina va a salir con la noticia de que es lesbiana. —les dijo a todas y comenzaron a reirse.

Las risas, las miradas todas enfocadas en mi, me empezo a faltar un poco el aire y aunque intentaba pilotear de la mejor manera la situación, no podía.

Una mano arrastrandome fuera de la cafeteria fue lo único que senti antes de sentir que se me cerraban los ojos.

LULI'S SONG || MARTULIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora