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Pov Luli

—Así que ya es oficial...estas saliendo con Martina. —me dijo Bri y yo asentí. —Me alegro realmente.

—Espero que esa idiota no te lastime. —hablo Angie y Brisa la codeo. —Perdón, tambien me pone feliz por vos pero no quiero verte mal por nadie.

—Lo se amiga y te agradezco...les agradezco. —le hable a las dos. —Ahora todo es diferente, se los prometo, Martina es...es tan...

—Esta acá. —me interrumpió la peliazul.

—¿Qué? —la mire confusa y ella me señalo a mis espaldas haciendo que me voltee. Era Martina en la puerta del salón. Me sonrió y empezó a caminar hasta nuestro banco.

—Hola pepe. —me saludo nuevamente. —Hola chicas. —se dirigió a mis amigas. Ellas la saludaron moviendo la mano.

—¿Qué haces aca? —le pregunte.

—Me entere que tenian esta hora libre y vine a verte. —contesto. —No aguanto tanto tiempo sin vos.

—Aghhh que cursi. —intervino Angie.

—Siempre tan sútil vos ¿no? —Martina la miro entrecerrando los ojos.

—Puedo serlo más si queres rubia. —la más bajita la desafio.

—Basta, parecen primitos. —dijo Brisa parando con esta "batalla" entre ambas chicas.

—¡Ella empezó! —dijeron las dos al mismo tiempo haciendo que Brisa y yo nos ríamos.

Después de ese pequeño enfrentamiento entre Angie y Martina, seguimos las 4 hablando. Jugamos al tutti fruti y fue el peor error del mundo. La rubia era tan competitiva que no le importaba nada ni nadie, incluso yo, con tal de ganar y la peliazul era igual o peor. Bri y yo dejamos de jugar en la quinta ronda cuando Marti le discutia a morir a Angie que existia un color llamado Indigo y la otra le recriminaba que no valía. A partir de ahí, el juego paso a segundo plano. Gracias a Dios sonó el timbre que indicaba que era hora del almuerzo. Aunque eso no impidió que sigan discutiendo todo el trayecto hasta llegar a la cafeteria.

—¿Crees que en algún momento se cansen? —preguntó la castaña apoyando su bandeja en la mesa y sentandose al lado mío.

—No lo creo. —conteste. —A excepción que a Martina le de hambre.

—Angie podría estar horas discutiendo, incluso aunque tu novia tenga razón. —dijo y las dos reimos. —¿Esa de allá es Victoria? —me cambio rotundamente de tema y me señalo a una mesa donde la pelinegra se encontraba comiendo sola.

—Si, es ella. —respondí. —Creo que...que deberia ir a hablar con ella.

—¿Sentis que debes hacerlo? —yo asentí. —Entonces anda.

—Pero....—la mire a Martina quien seguia mostrandole desde su celular a Angie que ese color si existia.

—No te preocupes, no es nada malo que vayas a hablar con ella. —me palmeo el hombro. —Además dudo que lo note...

Me levante y fui hasta donde Victoria estaba. Al verme que me sente, levanto la vista y me dedico una leve sonrisa.

—¿Te molesta si me siento? —le pregunte.

—Ya lo hiciste. —levanto los hombros. —Pero no, no me molesta.

—Quería saber como estabas. —fui sincera.

—Mejor que vos no creo. —me contesto. —Me entere que salis con Martina oficialmente, felicidades.

—Gracias. —le dije restandole importancia. —Pero de verdad quiero saber como estas y si Lara volvió a molestarte.

—No, no me molesto más pero porque creo que tiene juguete nuevo. —se referia a Martina. —Ahora le va a hacer la vida imposible a tu novia.

—Lo se. —suspire.

—Entonces deberias estar preocupandote por ella en vez de por mi. —su mala predisposición para hablar conmigo la entendía, después de todo yo le rompí el corazón.

—Escucha, vos me importas y te tengo cariño todavía, yo...—me interrumpió.

—¿Cariño? —rió. —Genial, como a un cachorro o a una vieja camiseta.

—No, no es asi. —le conteste. —Vos me importas porque fuiste especial en mi vida y me gustaria que consideraras mi oferta de ser amigas.

—No quiero ser tu amiga Lourdes, por lo menos no ahora. —negó rotundamente. —Vos todavía me gustas y me siento una idiota diciendotelo pero es la verdad y vos estas enamorada de Martina. —suspiro. —¿Sabes lo terrible que me siento cada vez que las veo y tengo la certeza de que jamas me vas a mirar como la miras a ella? —yo agache la cabeza. —No me hagas sentir más miserable ofreciendome tu amistad.

—No era mi intención. —le dije de forma sincera.

—Ya se. —se quedo mirandome. —No puedo estar cerca tuyo sin pensar en que te quiero para mi.

—¿Perdón? —no se en que momento Martina dejo de pelear con Angie para llegar hacia donde estabamos pero ahí estaba. Para junto a mi y escuchando la peor parte de la conversación.

—Marti, espe...—no pude terminar de hablar porque ella no me dejo.

—Creo que la parte en la que Lourdes esta conmigo no la entendiste ¿no? —se puso en frente de ella.

—Tu novia fue la que vino hasta aca a buscarme, yo no la llame, ella vino solita. —sabía que Victoria estaba enojada y querria provocarla.

—Ja! ¿Y por eso le estabas diciendo que la queres para vos? —levanto su ceja.

—No voy a mentirle. —levanto los hombros. —Lourdes me gusta.

—Es una lastima, porque ella esta conmigo ahora. —volvió a recordarle.

—Y lo aceptaba, sabes, hasta recien me sentía terrible por sentir esto por tu novia pero ahora que veo que sos una estúpida, se que Lourdes esta para algo mejor. —se levanto para ponerse frente a Martina. —Cuidate la espalda porque quizás quiera recuperarla.

—Suerte con eso idiota. —le solto en la cara y se fue furiosa de la cafeteria.

—¿Por qué le dijiste todo eso? —le recrimine a la morocha.

—Te mereces algo mejor Lourdes. —me contesto para finalmente irse tambien.

—Creo que decirte que vayas a hablar con Victoria no fue buena idea. —Brisa se paro al lado mio y yo me voltee a mirarla.

—¿Vos crees? —me lleve mis manos a la cien.

¿Días de paz en mi relación con Martina? Cero. Esperaba que esto no se hiciera costumbre y todos se dejen de meter en lo nuestro. Sino iba a ser bastante complicado.

LULI'S SONG || MARTULIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora