10. Estuve ahí porque quise

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Le mandó cientos de mensajes y la llamó muchas veces, pero no contestaba, se sentía preocupada, no tenía el número de teléfono de su hermano y no se atrevía a llamar a la habitación, por si tal vez Liana dormía o algo así, por lo que con muchas dudas se dirigió a su puerta, tocó con cuidado y esperó unos segundos, vio a Elizabeth abrir, no entendió lo que sucedía, pero con rapidez percibió cómo se aferró a ella ni bien la vio.

Scarlett caminó hacia adentro despacio mientras la sostenía de la cintura y cerraba con la otra mano, le agradaba que al entrar había un pasillo pequeño que bloqueaba la vista desde la cama de la habitación.

– Lizzie ¿Qué pasó? – Susurró acariciando su cabello – Me tenías preocupada

– Liana se enfermó – Soltó en un sollozo alejándose a verla a los ojos – Su pediatra me mandó la receta con sus medicamentos, pero no me aceptan en la farmacia una receta que no sea francesa, así que Aaron me mandó una con las mismas medicinas, pero de aquí, yo no entiendo nada y... Aaron está trabajando, así que me tengo que hacer cargo sola, esta es la segunda vez que se enferma a mi cuidado... – La voz se le cortó

– Tranquila – La abrazó con fuerza besando su cabello – Je vais acheter les médicaments, ne t'inquiète pas

Elizabeth se alejó sorprendida – ¿Sabes francés?

– Un poquito – Sonrió apretando su mejilla entre su dedo medio e índice, le dolía verla desesperada llorando – Pásame la receta

– Voy contigo – Asintió

– Lizzie, debes quedarte con Liana – Dijo lo obvio, la veía tan nerviosa que se imaginaba la situación por la que afrontaba ella cuidando a su hermana menor, la tomó de los hombros y la vio a los ojos

– Tienes razón – Respondió sintiéndose realmente tonta, desde la muerte de sus padres ese sentimiento de ser inútil en la crianza de su hermana siempre estaba presente, trató de calmarse y le pasó la receta a Scarlett por su teléfono

– Vuelvo en veinte minutos – Se acercó a dejarle un beso corto, sonrió cuando vio a Elizabeth hacer lo mismo y sentirse más relajada por su gesto

Scarlett salió y fue a comprar todo lo que Liana necesitaba incluyó algunos extra para que se sienta mejor, como unas compresas frías, un termómetro, alcohol y un peluche, al volver vio a Elizabeth un poco más repuesta, justo porque Liana ya había despertado.

– A ver, princesa... – Scarlett se acercó a la pequeña dejando todas sus compras en la mesa de noche – Primero pondremos todo tu cabello hacia atrás y... – Posó la mano en su frente con cuidado – Quitaremos tu cobertor unos minutos, voy a medir tu temperatura ¿De acuerdo? – La pequeña asintió débilmente, Scarlett tomó el termómetro de calor para niños que se pegaba en su frente y se lo colocó – Mientras esperamos te pondré un poco de alcohol en las manos y en los pies para que te refresques ¿Sí? – Liana volvió a asentir, vio como tomaba un poco de algodón y lo empapaba con alcohol, la pequeña sonrió ante la sensación fría

Scarlett después de unos minutos notó que efectivamente la pequeña tenía fiebre, sacó las medicinas de las cuales no estaba segura cuál era para qué, así que seguiría lo que dice la receta.

– Okay, cariño, vas a tomar este jarabe que es para la fiebre – Emitió agitando el jarabe para ponerlo en una cuchara

– No quiero – Negó asustada haciéndose para atrás

– Es por tu bien – Emitió Elizabeth sintiendo que no aportaba nada más que su presencia a la situación

– Si tomas tus medicinas, yo te daré un regalo que compré para ti – Afirmó con una sonrisa

Trouvaille | ScarzzieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora