Trouvaille | Scarzzie

25. Esto no va a salir nada bien

Antes de comer fueron a los juegos, se quedaron viendo a Liana saltar y correr con más niños en un laberinto de plástico con pelotas y paredes mullidas para no golpearse, ambas sonreían y se veían de reojo, sólo se habían saludado cuando Scarlett subió al auto, el resto del camino era Liana hablando con ambas y ahora estaban en completo silencio, se sentían como madres divorciadas que tenían que verse por la hija.

– Oh, casi lo olvido... – Escuchó Elizabeth y volteó a verla, Scarlett sacaba una pequeña caja de su bolso

Sonrió inevitablemente – ¿Qué es esto? – Emitió tomando la caja que le pasó

– Un obsequio

– Le das demasiadas cosas a Liana y en serio lo agradezco, pero...

– Es para ti – La interrumpió

– Scarlet... no debiste, en serio... yo...

– Si no lo abres me sentiré realmente mal – Confesó

Elizabeth apretó los labios viéndola y abrió la pequeña caja con una sonrisa, era un collar de dinosaurio, era dorado y sabía que de una joyería muy prestigiosa, su mamá sólo tenía cajas de ahí cuando le regalaban accesorios.

La risa que emitió sumada a la mirada que me dirigió cuando vio mi pequeño regalo reavivaron la chispa que creí muerta en mí sobre lo nuestro, pero aunque me moría por besarla en ese momento, sabía que no debía porque ella tenía que ganarme de vuelta, no al revés, me sentía herida. Había ordenado ese collar por la mañana, le dije a Maria que por favor lo adquiera para Lizzie, claro que me dio mil advertencias antes de subir a ese auto, pero aunque soy una adulta, mis ilusiones a veces cobran vida en la realidad.

– Sé que no es un peluche, pero es pequeño y puedes dejarlo en tu tocador sin que te moleste... – Se encogió de hombros

– Escucha, lo que dijo Liana hace rato...

– Elizabeth – Volvió a interrumpirla – Está bien, sólo quiero que tengas algo, no es de París, pero recién me di cuenta de que no te di nada en ese momento

– Eres increíble – Sonrió – Gracias en serio – Era un lindo gesto y sentía que ya se había comportado mal cuando la vieron como para seguir con la misma actitud – ¿Me lo pones? – Preguntó sosteniendo su cabello en una cola

– Sí, claro

Ahí estaba yo temblando intentando ponerle un collar a Lizzie, no había vuelto a estar tan cerca de ella desde esa noche, no sabía lo que hacía, estoy segura de que ella tampoco, pero no podíamos negar que nos llevábamos muy bien, a pesar de todo.

– Ya está – Susurró Scarlett, después de respirar profundamente y sentir su aroma tan de cerca

– Está lindo – Sonrió alzando la vista hacia ella

– A ti todo te queda lindo – Mordió su labio inferior

Pasamos toda la tarde con Liana, comimos con ella y después paseamos en el carrusel, la pequeña estaba cerca mío, las dos compartimos un caballo, aún tenemos las fotos de ese día, habíamos dejado la situación extraña atrás, queríamos creer que era por Liana, pero repito que no quería alejarme de Lizzie y ella tampoco quería alejarse de mí, después de nuestro día juntas fueron a dejarme a mi oficina porque mi auto se encontraba ahí, Liana estaba dormida en su silla para auto en el asiento de atrás, yo me sentía nerviosa de que este sea el último día que las vea, era la despedida que había pedido, pero que no quería aceptar.