6. Las casualidades de la vida

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Desde que volvimos a Los Angeles y Elizabeth prácticamente huyó de mí en el aeropuerto, hablé con ella por mensajes de texto, nunca nadie había sido tan cortante conmigo, me respondía con monosílabos o frases cortas, no me preguntaba nada de vuelta, no pasó mucho en lo que terminé mi libro, le pregunté su apartado postal para enviárselo, me repitió mil veces que no era necesario y que no debía molestarme, yo insistí tanto que me terminó dando su dirección, creí que podía llegar con el libro y tal vez algún otro regalo para invitarla a algún lugar, pero entendía que no me quería cerca, que sólo cedió a darme su dirección porque persistí demasiado en lo mismo, así que eso hice, firmé la copia avanzada de mi libro, lo metí en un sobre y se lo envié...

Se encontraba en el desayunador, había dejado a Liana en la escuela, debía ir a trabajar, pero dejaría a Carol encargada de eso, ahora sólo se centraba en el libro que tenía entre manos se ponía cada vez mejor y mejor, era realmente exaltante, no podía despegar sus ojos de el, estaba realmente emocionada por lo que sucedía, no sabía si era un gran efecto en ella por haber conocido a Scarlett o si tal vez era realmente tan bueno como lo percibía, todo era tan apasionante, romántico y emocionante que estaba incrédula de lo que leía.

La verdad... yo sentí lo mismo cuando lo escribí, no podía parar, sólo tenía la idea en la mente y necesitaba escribirla lo más rápido posible para que cada detalle esté plasmado como debía.

– Hola, Liz – Escuchó la voz de Liana, frunció el ceño viendo a la pequeña

– Hola, mi corazón – Dejó el libro y la tomó en brazos – ¿Cómo llegaste? – Emitió confundida

– Carol me trajo – Indicó señalando a la rubia

– ¿Qué haces aquí? Yo te hacía trabajando... – Indicó Elizabeth abrazando a la pequeña

– Bueno... sabía que eres algo explotadora, pero no tanto como para no dejarme comer – Se quitó el abrigo y dejó su bolso en la sala

– ¿Comer?

– Elizabeth, es la una y media de la tarde...

– ¿Qué? – Preguntó sorprendida

– Liana, cariño, ve a lavarte las manos ¿Sí?

Okay – Sonrió la pequeña sintiendo como Elizabeth la bajaba al suelo – Traeré mi muñeca

– De acuerdo – Aceptó Carol y se sentó enfrente de su amiga – ¿Enamorada de la historia que te escribió Scarlett?

– Scarlett no me escribió este libro – Rodó los ojos hacia un lado

– ¿Ah sí? ¿Y por qué la protagonista se llama Sarabeth?

– Mejor no digas nada y elige un restaurante para almorzar...

– ¿Se te olvidó cocinar por estar leyendo cómo Sarabeth tiene más sexo que tú en años?

– Carol – La regañó

– Tú eres la que rechazó a Scarlett

– No rechacé a Scarlett... es sólo que yo no quiero ilusionarme con una mujer casada – Se cruzó de brazos

– Podrías tener una amistad con ella, pero la rechazas...

– Hay un punto en la vida en el que te das cuenta de que por más maduro crees que seas realmente no es así y prefiero olvidarme de ella, fue lindo conocerla, es una persona increíble, mil veces mejor de lo que pensé, me firmó todos mis libros, me envió una copia avanzada del nuevo, hablamos lo necesario y soy feliz con eso, a parte que en poco tiempo ella ni siquiera recordará mi nombre, así que por favor, deja de insistir en que me acerque a ella porque no será así...

Trouvaille | ScarzzieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora