40. Calor de hogar

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– ¡Lizzie! – Exclamó viéndose en el espejo, estaba poniéndose un par de aretes

– Mi amor... – Respondió entrando a la habitación

– No encontré mi vestido azul y agarré uno tuyo...

– Ya vi – Sonrió acercándose a ella – Te queda muy bien – Acarició su cuerpo desde los muslos hasta los costados de sus pechos

– Mi sol... – Volteó entre sus brazos – Yo te amo y amo pasar todos los días aquí contigo

– Pero... – Rio con suavidad

– Pero amor... ya no tengo espacio, mis cosas no caben aquí y las dos tenemos toda la ropa desordenada...

– A ver, amor... – La tomó de la cintura, besando su mejilla y atrayéndola a la cama, ella llevaba una especie de traje, saldrían a comer con Liana y Pietro a un lugar elegante

Elizabeth se sentó con su novia encima de sus piernas, no dejaba de pasar las manos por su cuerpo, se veía realmente hermosa, Scarlett acarició su cabello suelto y largo.

– Mi sol, te ves realmente guapa esta noche... – Susurró encima de sus labios

– Tú más – Le dejó un beso – Esta conversación quería que la tengamos en otro momento, pero... llevamos un tiempo siendo novias, yo te amo mucho, tenemos algo de tiempo juntas... te amo, te amo, te amo tanto... quiero que estés cómoda – Juntó su frente a la de ella – Y... estaba pensando... está bien si aún crees que es muy pronto, porque es un compromiso muy grande, a parte que sabes que somos Liana y yo, no nada más yo sola...

– Lizzie – Interrumpió su parloteo tomándola de las mejillas – Sólo pregúntame lo que quieres preguntarme – Dijo brindándole la seguridad a su novia de que su respuesta era afirmativa

– Mi Scar, mi amor... ¿Quieres mudarte conmigo? – Vio a su novia sonreír, la abrazó más a ella besando sus labios – Sé que prácticamente ya vives aquí, pero como bien dices necesitamos más espacio, a la vez debemos tener un clóset más grande, y Liana también se está quedando sin espacio – Susurró estando cerca, aún se sentía incrédula de que su novia era Scarlett, una mujer demasiado hermosa, casi que perfecta y etérea, muchas veces se quedaba viéndola por horas

– Entonces... mi amor – La tomó de la mejilla – ¿Me harías el honor de ir a buscar una casa conmigo?

– ¿Casa? – Boqueó nerviosa – Yo pensaba en un departamento de dos habitaciones o un dúplex... – Emitió nerviosa

– Amor... yo necesito una oficina en casa... prácticamente me adueñé de tu espacio aquí – Besó su mejilla abrazándola a ella – También quiero que nuestra sala no tenga las consolas que tienes aquí, porque debemos tener una habitación de juegos y... no sé amor tal vez necesitemos otras habitaciones... – Intentó restarle importancia a su última frase, pues no habían hablado al respecto

– Una casa, amor... nuestra casa... – Mordió su labio inferior viéndola a los ojos – ¿Vamos a tener una casa?

– Vamos a tener una casa – Afirmó besándola con una sonrisa

Elizabeth sintió como se recostaba con su novia encima, desde que habían incluido el sexo a su relación prácticamente no habían parado, sintió las manos de Scarlett recorrer su cuerpo, no evitó hacer lo mismo, de tan sólo verla se sentía caliente de por sí.

– ¡Liz, Scarlett! – Liana entró a la habitación – ¿Ya están listas?

Ambas voltearon sorprendidas, pero Liana estaba con los ojos cubiertos por su pequeña mano, ambas rieron, pero no se apartaron por completo, pues oficialmente eran una pareja y no lo ocultaban de Liana.

Trouvaille | ScarzzieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora