26

5 0 0
                                    



"In the dark play of betrayal, when secrets become weapons and loyalties fade like shadows in the night, the real challenge lies not in uncovering the traitor but in discovering ourselves in the abyss of treachery."


El armario en el que nos refugiamos era un espacio tan angosto que podía sentir las paredes rozando mis hombros, y la falta de espacio para moverme solo aumentaba la creciente ansiedad que surgía dentro de mí. La oscuridad era opresiva, envolviéndonos como un manto, y el silencio era tan denso que incluso el latido de nuestros corazones parecía ensordecedor.

Mantenía mi respiración bajo control, inhalando lentamente para no emitir ni el más mínimo sonido. Arrow, a mi lado, estaba igualmente inmóvil, sus ojos fijos en la puerta del armario que se encontraba apenas entreabierta.

La tensión en el aire era palpable, como si todo el mundo se hubiera reducido a este pequeño espacio claustrofóbico. Cada segundo que pasaba parecía una eternidad, y mis pensamientos eran una mezcla de esperanza y temor. Rezaba para que el recién llegado no tuviera motivo para explorar este armario y deseara irse rápidamente, sin notar nuestra presencia.

Y luego, la voz de O'Connell, con su tono inconfundible, se coló por la rendija de la puerta. Estábamos atrapadas en un tenso limbo, ocultas en las sombras del armario, mientras el hombre que buscábamos estaba a pocos pasos de nosotras, completamente ajeno a nuestra cercanía.

Este parecía hablar con alguien al otro lado del teléfono, y sus palabras resonaron en mi mente. "¿Qué pasa? Estoy ocupado ahora. ¿Qué? No, no he descubierto quién me sigue, pero... ¡Joder, ya voy para allá!".

Mis pensamientos se aceleraron mientras trataba de procesar la información. ¿Con quién estaba hablando? La confusión se mezcló con la tensión en el aire, y mis sentidos estuvieron alerta mientras intentaba descifrar el enigma que se desarrollaba ante nosotras. Las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar, pero todavía había muchas incógnitas en juego.

La tensión en el interior del armario incrementó hasta hacerse casi palpable. Mis sentidos estuvieron en alerta máxima, y el silencio de la pequeña habitación pareció vibrar con la anticipación. 

Oí claramente los pasos apresurados de O'Connell acercándose a la puerta. Cada paso resonó en la habitación, y mi corazón latía con fuerza mientras nos manteníamos inmóviles en el oscuro rincón del armario. La tensión era palpable, y el silencio en el que nos encontrábamos era casi abrumador.

En ese preciso instante, un pequeño sonido involuntario se escapó de los labios de Arrow. Fue apenas un susurro, apenas un aliento, pero en la quietud de la habitación, se amplificó como un grito. El ruido, aunque tenue, fue suficiente para que O'Connell se detuviera en seco. Pude sentir mi propio pulso en mis sienes mientras aguardaba, cada músculo tenso, cada sentido alerta.

Los pasos de O'Connell se acercaron al armario con una lentitud angustiante, como si cada milímetro que recorriera en dirección a nuestra escondida posición fuera una eternidad. Mi mente corría a toda velocidad, cada pensamiento agudo como una navaja mientras me concentraba en los sonidos que me rodeaban. La madera del suelo crujía ligeramente bajo el peso de sus pies, y el roce de su ropa al caminar era un murmullo sordo en el aire enrarecido.

La tensión era asfixiante, y podía sentir el latir de mi propio corazón en mis sienes. Cada uno de nuestros movimientos estaba coreografiado para pasar desapercibido, cada inhalación era contenida y silenciosa. 

Pero antes de que O'Connell alcanzara el punto en el que se encontraba el armario, su teléfono móvil sonó de nuevo. La vibración estridente del timbre me sobresaltó, y Arrow y yo compartimos una mirada de tensión. O'Connell respondió con palabras maldicientes y exasperadas. Su urgencia era evidente en cada frase, y sus palabras crípticas me llenaron de intriga. "Me cago en tus muertos. ¡Deja de llamar, que ya voy de camino!".

FLEMINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora