"Whoever fights monsters should see to it that in the process he doesn't become a monster."
No conocía a nadie en la ciudad, a pesar de haber vivido toda mi vida entre sus calles. Mis padres, con su sobreprotectora actitud, habían tomado precauciones extremas para evitar que entablara cualquier tipo de relación con los demás. Me mantuvieron aprisionada, creando un aislamiento que me hizo sentir como una extraña en mi propio entorno. Pero esa noche, me armé de valor y decidí romper con esas restricciones, aventurándome en la búsqueda de conexiones humanas, aunque fuera solo por una noche.
Fue así como me encontré en un animado bar, reconocido por su flujo de estudiantes. Estratégicamente ubicado a pocos kilómetros de la prestigiosa Oregon State University Cascades, era un punto de encuentro para jóvenes en busca de diversión y desahogo. Tomé asiento en la barra, mis ojos se pasearon por la impresionante vidriera que se erguía detrás del mostrador, exhibiendo una variada colección de botellas de licor, cuyos destellos tentadores parecían prometer una velada llena de emociones.
El ambiente estaba cargado de risas, música y la vibrante energía de la juventud. Las luces parpadeantes y los murmullos animados creaban una atmósfera electrificante, sumergiéndome en un océano de sensaciones desconocidas. Observé a mi alrededor, notando las diferentes mesas ocupadas por grupos de amigos, parejas acarameladas y estudiantes universitarios en busca de un respiro de sus obligaciones académicas. Me sentí como un intruso en este mundo ajeno, pero mi determinación superó cualquier sentimiento de inseguridad.
Un mesero detrás de la amplia barra de granito, sonriendo amablemente se acercó a ofrecerme un trago. Con la misma cortesía, solicité un Bushmills en las rocas. El vaso fue entregado con precisión, y mientras llevaba la bebida a mis labios, sentí el frío contacto del cristal en mis dedos. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, pero no era de incomodidad. Era una sensación de anticipación, de emoción por lo que estaba por venir.
Fue entonces cuando un hombre, apoyado descuidadamente en la barra, decidió romper el silencio y poner a prueba mi actitud desafiante.― Chica ruda, ¿eh?
Lo miré con el ceño fruncido, interrogándolo silenciosamente sobre su intromisión. ¿Quién se creía él para cuestionarme?
Escudriñé rápidamente su figura, captando un porte varonil con una pizca de inocencia en su mirada. Vestía una camisa ceñida que resaltaba su musculatura y unos jeans desgastados que sugerían una personalidad despreocupada. Su cabello rubio caía desordenadamente sobre su frente, dándole un aire rebelde y atractivo. No aparentaba tener más de veintitrés años. Relajé mi semblante, tratando de parecer amable mientras le respondía con una mezcla de desafío y curiosidad:
―Sí, ¿tienes algún problema con eso? ―Mi intento de suavizar mi respuesta fue moderado, al menos tuve la decencia de intentarlo.
Para mi sorpresa, su respuesta fue desconcertada y sincera.― No, la verdad es que no.
Fueron breves minutos incómodos en los que el silencio reinó y la tensión en el ambiente se volvió tangible. Consciente de la incómoda situación, decidí tomar la iniciativa y romper el hielo que se había formado entre nosotros.
―¿Cómo te llamas? ―le pregunté, esforzándome por mostrar un genuino interés en conocerlo. Era un intento de conexión, una vía para establecer un lazo, aunque fuera breve.
Soy Oliver, ¿y tú, señorita? ―respondió de manera cortés y formal, como si estuviéramos en una elegante corte medieval y él fuera un caballero en busca de mi favor. Claro está, no estábamos en el siglo XV, y yo no era ninguna damisela que esperara ser cortejada.
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FLEMING
Mystery / ThrillerUna mente retorcida y sin remordimientos, sumergida en un mundo turbio y desconcertante, donde los límites morales se desvanecen y la oscuridad se adueña de todo, deleitándose en el caos y la manipulación. Ella no busca redimirse, por el contrario...