"If you believe that the natural world is good, then you must also accept its brutality."
"Era una hermosa tarde de primavera del 5 de junio de 1995, cuando el sol brillaba radiante en el cielo y sus cálidos rayos acariciaban cada rincón del entorno. El aroma fresco y dulce de las flores perfumaba el aire, creando una atmósfera mágica y llena de promesas. En aquel escenario idílico, se encontraba mi hogar, una casa de ensueño con un balcón majestuoso que se asomaba al exuberante jardín delantero.
El balcón se había convertido en mi refugio personal, en un lugar donde podía escapar del bullicio del mundo exterior y sumergirme en mis pensamientos más profundos. Desde allí, contemplaba extasiada el paisaje que se desplegaba ante mis ojos: un manto verde de césped perfectamente cuidado, adornado por una variedad de flores multicolores que bailaban al ritmo de la suave brisa primaveral. Mariposas revoloteaban en el aire, añadiendo un toque de gracia y encanto a la escena.
En ese entorno de ensueño, vivía una amistad especial con Jude, una niña dulce y valiente que se había convertido en mi mejor amiga. Nuestra amistad era un vínculo sólido y genuino, forjado a través de aventuras compartidas y risas contagiosas. Jude era mi confidente, alguien con quien podía ser yo misma sin temor a ser juzgada. Juntas, explorábamos el mundo, descubríamos nuevos rincones de nuestro vecindario y nos embarcábamos en travesuras que solo dos almas valientes podrían concebir.
Jude era un espíritu libre, con una energía contagiosa que iluminaba cada lugar al que iba. Tenía una risa melodiosa que llenaba el aire y una mirada llena de curiosidad y asombro. Sus ojos brillaban como estrellas, siempre dispuestos a descubrir nuevas maravillas en cada rincón del mundo. Era una compañera leal, alguien en quien podía confiar plenamente, y eso me hacía sentir afortunada de tenerla a mi lado.
El día en cuestión, mientras Jude se dedicaba a cepillar el cabello de mis muñecas, me dejé llevar por la belleza que se extendía más allá del balcón. El jardín parecía cobrar vida propia, con sus colores vibrantes y sus aromas embriagadores. Quería compartir ese momento especial con Jude, quería que ella también pudiera sumergirse en la magia que me rodeaba. Por eso, con emoción desbordante, le pedí que se acercara y disfrutara de las grandiosas vistas junto a mí.
Pero Jude, perdida en sus propios pensamientos y ocupaciones, se negó a abandonar sus quehaceres. Parecía ajena a la belleza que nos rodeaba, concentrada en su mundo particular. Aquello despertó en mí una impaciencia creciente, un deseo irrefrenable de compartir ese momento único con mi amiga. Fue en ese arrebato de emoción que decidí tomarla del brazo y llevarla hacia el balcón, anhelando que ella también pudiera experimentar la maravilla que estaba frente a nosotros.
Sin embargo, Jude se resistió con todas sus fuerzas. Peleamos brevemente, cada una aferrada a su voluntad y perspectiva. Mi deseo de compartir el encanto del balcón chocó con su determinación de no ser arrastrada. En medio de aquel forcejeo, el destino jugó en nuestra contra, y un accidente trágico se desató. En mi intento desesperado por llevar a Jude al balcón, tropezó con el travesaño inferior de la puerta y cayó al vacío, precipitándose desde una altura considerable hasta el jardín delantero.
El sonido ensordecedor de su caída resonó en mis oídos, acompañado por un grito de angustia que se ahogó en mi garganta. La preocupación y el miedo invadieron mi ser, y una mezcla de culpa y desesperación se apoderó de mi corazón. Corrí hacia el barandal del balcón, llorando desconsoladamente, asomada al abismo en busca de cualquier rastro de Jude. Mis padres acudieron a la habitación, alarmados por el estruendo y mi llanto desgarrador.
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FLEMING
Mystery / ThrillerUna mente retorcida y sin remordimientos, sumergida en un mundo turbio y desconcertante, donde los límites morales se desvanecen y la oscuridad se adueña de todo, deleitándose en el caos y la manipulación. Ella no busca redimirse, por el contrario...