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"Amidst the shroud of night's obscurity, two conflicted souls dance on the edge of the abyss, forging their destiny on the edge of uncertainty."


Arrow Bertinelli:

La noche se cernía sobre la ciudad de Nueva York, pintando el cielo con tonos oscuros y profundos mientras las luces parpadeantes de los edificios creaban una sinfonía luminosa en la distancia. Mi camino me llevaba hacia la base de operaciones de la agencia, y cada paso que daba resonaba con una determinación palpable. Cada pisada era como una nota en una partitura secreta, y en cada una de ellas llevaba la seguridad que había sido una constante en mi vida. El aire estaba impregnado de una anticipación tensa, una sensación de misterio que se mezclaba con la brisa nocturna, como si el propio destino estuviera al acecho en las sombras.

A medida que avanzaba, las luces y las sombras jugaban en mi rostro, resaltando mis rasgos firmes y mi expresión imperturbable. Cada línea de mi semblante parecía esculpida por la experiencia y la resolución. Había enfrentado peligros antes, pero esta misión era una entidad diferente. La organización criminal con la que ahora lidiaba era un enigma complejo y desconocido, y mi mente estaba preparada para enfrentar cada desafío con la precisión de un relojero.

La entrada a la sede se erguía ante mí, una estructura majestuosa que parecía desafiar al tiempo mismo. Cada detalle, desde la arquitectura imponente hasta los relieves en la fachada, hablaba del poder y la incertidumbre que acechaban dentro. Mi confianza no dudaba en lo más mínimo mientras cruzaba el umbral, mis pasos resonando en el suelo con una cadencia medida. Cada movimiento estaba cargado de propósito, cada gesto calculado en anticipación de lo que estaba por venir. Sin embargo, toda esa seguridad se detuvo en un instante cuando mi mirada se encontró con una figura que reconocí al instante.

La imagen de aquellos cabellos cobrizos y la mirada penetrante de Hell Fleming emergieron en mi mente como un relámpago del pasado. Era ella, la mujer con la que había tenido aquel enfrentamiento en el club de peleas clandestino. Aquel día quedó grabado en mi memoria como un desafío en toda regla, una confrontación de tenacidad y valentía que raramente encontraba en otros.

Ahora, ese recuerdo se entrelazaba con la realidad presente. Aquí estaba Hell, en un entorno completamente distinto pero igualmente peligroso. La sorpresa de verla aquí, en medio de una situación que trascendía las luchas cuerpo a cuerpo, chocaba con la familiaridad que había sentido antes al enfrentarla en el ring. Las emociones se agitaron en mi interior como un torbellino, un torbellino que se desató en nuestro breve pero intenso encuentro de miradas.

A pesar de la marea de sentimientos que amenazaba con desbordarse, mi rostro permanecía imperturbable, sin dar lugar a la sorpresa. Una calma calculada se reflejaba en mis gestos mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho. Mis labios se curvaron en una sonrisa sarcástica, una expresión que pretendía ocultar cualquier rastro de desconcierto. —Parece que finalmente nos encontramos, Fleming. —pronuncié las palabras con un tono frío, infundido con una carga de ironía. No estaba dispuesta a permitir que su inesperada presencia me desestabilizara, aunque por dentro, un torbellino de preguntas y emociones rugía en mi interior.

La hostilidad que emanaba de Hell no estaba en lo más mínimo oculta. Sus ojos parecían lanzar llamas y sus palabras eran como dardos afilados, una provocación directa que buscaba penetrar bajo mi piel. —Así que tú eres la tal Arrow, ¿eh? — su tono resonaba afilado, como el filo de una espada desenvainada, lista para el ataque. — Es que no tienes ni un ápice de respeto por nada, ¿verdad? Vuelve a usar el puto nombre de mi hermano muerto como seudónimo y verás de lo que soy capaz.

FLEMINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora