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"Philosophers have only interpreted the world, in various ways. The point, however, is to change it."


El aire vibraba con un aura de júbilo y triunfo. Voces cargadas de emoción celebraban la exitosa caída de Constantine y Aleixander Lamarque. Risas, aplausos y felicitaciones llenaban la habitación. Pero para mí, la emoción de la victoria era tan efímera como el destello de una llama. Con una copa de champán en mano, mis ojos vagaban por la multitud, escudriñando rostros y buscando cualquier indicio de interés genuino. Había logrado lo que buscábamos, derrotar a los Lamarque, pero yo comprendía que esto era solo el primer movimiento en un juego más grande.

En medio de la efusión de mis compañeros, sus felicitaciones llenaban el aire como una sinfonía de entusiasmo. Mientras sus voces vibrantes creaban una atmósfera de alborozo, yo permanecía en calma bajo la fachada que mostraba al mundo. Cada sonrisa y gesto de aprobación que recibía era recibido con gratitud y cortesía, pero en mi interior, mi mente operaba a una velocidad vertiginosa, analizando cada interacción, escudriñando cada mirada y tono de voz en busca de matices ocultos.

En medio de la vibrante celebración, las risas y el chisporroteo de las burbujas del champán creaban una sinfonía de alegría en el aire. Mi copa sostenía el líquido áureo, cuyos destellos parecían bailar en sincronía con el ambiente festivo que me rodeaba.

En un momento, mientras saboreaba la bebida con un atisbo de satisfacción, una presencia familiar se materializó a mi lado. No fue necesario un vistazo directo para saber quién estaba allí. El jefe de operaciones, Darren White, había decidido unirse a mi pequeño rincón de celebración. Su expresión, aunque seria, estaba teñida con un matiz de camaradería, como si compartiéramos una comprensión única en medio de la algarabía.

—Hell —, su voz resonó en mis oídos, su tono lo suficientemente bajo como para evocar un sentido de confidencialidad en medio del bullicio—. Tenemos que hablar en privado —, continuó, su tono firme y decidido, revelando que las palabras que tenía que decir no eran para oídos indiscretos.

Asentí levemente, tomando otro sorbo del champán antes de apartar mi mirada del grupo con el que conversaba. Con una delicadeza calculada, posé mi copa en una pequeña mesa cercana, sintiendo el ligero tintineo del cristal al hacer contacto con la superficie pulida. Era como si aquel acto marcara una pausa en medio del bullicio festivo que llenaba la habitación. Los murmullos animados y las risas difusas se desvanecieron mientras mis oídos se centraban en el suave eco de la música de fondo.

Nos alejamos de la masa de invitados, trazando un camino que nos llevaba a través de los espacios más recónditos de la sala. Las luces tamizadas proyectaban sombras danzantes en las paredes de tonos cálidos, creando un ambiente de intimidad sutil. A medida que avanzábamos, el sonido de nuestros pasos se convirtió en el latido de fondo, un contrapunto rítmico a la anticipación que se tejía en el aire.

El murmullo de voces disminuyó gradualmente, y nos encontramos en una especie de isla de tranquilidad en medio de la marea de la celebración. El latido de mi corazón, normalmente constante y controlado, pareció cobrar vida propia, acelerándose de manera imperceptible. Una mezcla de curiosidad y aprensión se entrelazaba en mi interior, como hilos que tejían un tapiz de expectativas.

—Vale, ¿qué ocurre? —, pregunté con aparente neutralidad. Mis ojos, observadores y analíticos, se posaban sobre su figura, buscando cualquier matiz en sus gestos, cada matiz en su tono.

Darren me miró directamente a los ojos, su expresión seria pero tranquila—. Particularmente me sorprendería si no supiese que realmente has hecho un muy buen trabajo en lo que a la misión concierne —, comenzó, su tono firme pero respetuoso—. Los superiores han quedado verdaderamente sorprendidos con la buena labor que has realizado; me han solicitado que te comente la posibilidad de una vacante dentro del cuerpo si es que esta es de tu interés.

FLEMINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora