"To get to Heaven you need to take a step at a time, but to reach Hell, you just need to fall."
La mirada de mi contrincante, Morgenstern, se clavaba en mí como una afilada espada. Me desconcertaba encontrarme frente a alguien distinta de mis habituales adversarios, esas montañas de músculos intimidantes que solían medir el doble de mi tamaño. Sin embargo, había algo en esta mujer que me inquietaba más que cualquier musculoso gigante.
Se sentó a mi lado en uno de los taburetes forrados en cuero de la elegante barra de granito, y con una seguridad innegable, solicitó una margarita al camarero, Nolan, quien no tardó en atenderla con una sonrisa cortés. Observé de reojo cómo sus largos dedos envolvían la copa helada, y cómo su pulgar jugueteaba con el borde mientras sostenía el tallo con elegancia. No podía negar que su presencia era imponente y magnética, pero decidí mantener mi distancia y no entablar conversación con ella.
Nuestros ojos se cruzaron por un instante, y su mirada penetrante parecía querer traspasar las barreras de mi reserva. Sin embargo, decidí no ceder ante la curiosidad y mantuve una expresión imperturbable, ocultando cualquier atisbo de vulnerabilidad.
Sin embargo, a pesar del ambiente tenso y la rivalidad palpable que nos separaba, Morgenstern parecía decidida a romper el hielo entre nosotras. Con una determinación que no pude ignorar, depositó frente a mí un vaso de whiskey en las rocas, como si buscara establecer una especie de tregua momentánea.
La miré fijamente, sin apartar mis ojos de los suyos, mientras mi mente se debatía entre la cautela y el desdén. No tenía intenciones de aceptar un trago de una completa desconocida, y menos aún de mi rival en aquella noche crucial.
El líquido ámbar brillaba con destellos dorados bajo la tenue luz del lugar, pero mi desconfianza hacia Morgenstern era como una sombra oscura que se interponía entre nosotras. Sabía que aquel gesto aparentemente inocente podía esconder una trampa, un intento de debilitarme antes de nuestro enfrentamiento en el escenario.
No obstante, algo extraño ocurrió dentro de mí al verla de cerca. Un vuelco en el estómago y un nudo en la garganta que me dejaron sin palabras. En aquel instante, mis ojos se encontraron con los suyos, y todo cambió. Era una mujer de presencia inolvidable, con una cabellera marrón que caía en ondas suaves sobre sus hombros. Sus ojos azules, prominentes y penetrantes, me miraban fijamente, como si pudieran ver a través de mí. Su mirada era profunda y enigmática, y en ese momento, sentí cómo una sensación de vulnerabilidad se apoderaba de mí.
Sus ojos eran un abismo insondable, como si encerraran secretos y misterios que no estaban destinados a ser revelados. Me sentí expuesta, como si ella pudiera leer cada pensamiento y emoción que se escondía en lo más profundo de mi ser. Aquellos ojos azules eran como dos imanes que atraían mi atención, dejándome sin defensas.
Su presencia tenía una fuerza magnética que me envolvía, y sentí que todo a mi alrededor se desvanecía, dejando solo a ella y a mí en un mundo propio. No podía apartar la mirada de aquellos ojos azules que me observaban con intensidad, como si estuvieran buscando algo en mí, algo que ni yo misma sabía que estaba ahí.
Sacudí mi cabeza ligeramente, como tratando de despejar las nubes que parecían haberse apoderado de mi mente en aquel instante. La sorpresa y el desconcierto se mezclaban en mi interior, dejándome momentáneamente sin palabras. Carraspeé suavemente, sintiendo la sequedad en mi garganta, mientras buscaba recuperar mi compostura.
Esta tomó un sorbo de su bebida sin apartar su mirada. Suspiró y rompió el tenso silencio con sus palabras.
–No pretendo que aquello sea una ofrenda de paz, Inferno. –Señaló el vaso frente a mí con la mirada. –Sin embargo, pareces ser la única persona competente con la cual entablar una conversación en este club.
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FLEMING
Mystery / ThrillerUna mente retorcida y sin remordimientos, sumergida en un mundo turbio y desconcertante, donde los límites morales se desvanecen y la oscuridad se adueña de todo, deleitándose en el caos y la manipulación. Ella no busca redimirse, por el contrario...