—¿Así que papá y tu hablaron? —Freen estaba cerrando la puerta de la habitación del hotel mientras Becky veía dos camas individuales.
La inglesa sonrió pensando en lo considerada que había sido su novia al no suponer que una sola cama para las dos era lo correcto aún así sintió sus mejillas sonrojarse al pensar en que no le hubiese molestado dormir entre los brazos de la mayor.
—Sí, ayer por la noche fue al bar y parece que tu mamá le dijo que estamos saliendo —se sentaron en diferentes camas quedando de frente —No sabía que le habías dicho. Digo, no es que me moleste, pero pensé que sería algo que me contarías —Becky se inclinó para tomar las manos de la tailandesa.
—Tranquila —dejó que una pequeña risa saliera de entre sus labios —Ella sabe que me gustas, lo sabe desde que nos acompañó a Chicago, aun así, no le he dicho que me pediste ser tu novia —la menor se sentó junto a Freen sin soltar sus manos —Creo que las mamás saben esas cosas. Si se lo dijo a papá es porque está de acuerdo en que estemos juntas. Mi papá quizá no esté contento de tener otra patinadora en la familia pero que seas dueña de un bar deportivo lo compensa —la ternura en la mirada de Becky ayudaba a calmar los nervios en el estómago de la mayor hasta el punto de poder sonreír al escuchar eso último —Seguramente tendrás a papá en el bar cada vez que juegue su equipo favorito y mamá te amará porque él no estará gritando en la sala de la casa.
—Tu papá es una muy buena persona y te quiere mucho. Me alegra el saber que a tu alrededor hay tantas personas queriéndote y claro que eso me incluye a mi —la tailandesa besó la mejilla de Becky y esta le regaló una gran y dulce sonrisa.
—Esto me recuerda que papá te invitó a cenar el domingo en la casa —Freen suspiró.
—Bueno, no creo que pueda negarme —entre risas la inglesa negó.
—He escuchado que la pizza de Chicago es de las mejores del país —comentó Becky mientras caminaban por las frescas calles de la ciudad tomadas de las manos.
—No he probado todas las del país, pero en definitiva conozco las mas deliciosas de Chicago —la gran sonrisa de Freen hacia que la inglesa imitara su gesto.
En ese momento Becky pensó en que algo se veía distinto en la mujer que tan enamorada la tenía.
Definitivamente Freen estaba cambiando poco a poco. Sus holgados pantalones habían cambiado por jeans, su cabello y su rostro ya no estaba ocultos bajo una gorra, sus chaquetas universitarias comenzaban a quedarse en casa y en cambio usaba suéteres o abrigos de colores claros y, sobre todo, había dejado de fumar lo que alegraba a la inglesa. Su ropa y hábitos habían sido un reflejo de sus emociones y de su actitud hacia la vida, es por ello que se notaba como la patinadora influía el cambio en la tailandesa y esperaba que solo fuera para bien.
—Buenas tardes. Bienvenidas a Chicago's Pizza —la pareja acompañó a la rubia chica que las recibió y las llevó a la única mesa libre del lugar.
Becky dio una mirada rápida a su alrededor mientras Freen ordenaba la comida. La menor vio que los colores hueso y rojo predominaban en la decoración y que al fondo había unas mesas de billar las cuales estaban ocupadas por un puñado de jóvenes que bebían cerveza y se divertían.
—Cielos, si Billy viera esto seguro me pondría a hacer mil abdominales —el comentario de la inglesa hizo reír a Freen pues además su cara era de sorpresa ante el abundante queso que desbordaba de la rebanada que la mayor ponía en el plato de su novia.
—Seguramente eso haría, pero tranquila, te prometo que no diré nada —la tailandesa estiró su brazo y puso su meñique frente a Becky quien lo enlazó con el suyo alegremente —Además, quizá quemes esas calorías mas tarde —la menor entrecerró los ojos e intentó descifrar lo que escuchó, pero solo vio a Freen comer con mucho gusto.
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Patinando sobre el destino
FanfictionLos accidentes pasan, las ganas de ser la mejor en lo que te gusta existen, pero ¿qué pasa cuando ambas cosas se unen? Freen, una ex patinadora artística de alto rendimiento sobre hielo y Becky, una chica que sueña en grande estarán envueltas en un...