La cama de Becky solía ser tan fría en las noches de invierno, pero a diferencia de otras mañanas donde despertaba sola, estar en brazos de Freen piel a piel era una experiencia diferente y única.
Los dedos de la tailandesa peinaban el suave cabello de su novia mientras le besaba la frente y sentía la calidez del cuerpo de la patinadora con su brazo rodeando su abdomen.
—Me encantaría poder viajar contigo para la ceremonia de apertura —sus palabras se mezclaron con un profundo suspiro y con ello los brillantes ojos de la inglesa se encontraron con los suyos.
—No quiero que pienses en eso, aunque me parece algo extraño que hayan agendado tu prueba para la próxima semana, no hay otra opción, debes hacerla y sé que te irá increíble —besó la línea de su mandíbula —Lo harás perfecto. Eres la mejor patinadora que conozco y sería una lástima que tu no compartas tu experiencia con otros.
—Intentaré llegar para la primera ronda, quiero estar ahí para apoyarte.
—Me apoyas desde hace meses y nunca podré agradecerte lo suficiente —los brazos de Becky se aferraron con más fuerza al cuerpo de la joven y el abrazo fue correspondido de la misma forma.
—Nunca pensé que me enamoraría de una molesta chica en patines que llegó a mi bar pidiendo ayuda.
—Freen —la inglesa se separó y se apoyó en su antebrazo para poder ver mejor el rostro de su novia. Con las yemas de sus dedos acarició su mejilla y sonrió levemente teniendo dos palabras a punto de salir, pero el sonido de una llamada entrante hizo que quedaran atrapas en una risa ahogada.
—¿Bueno? —la patinadora se recostó en el pecho de su novia y volvió a cubrir a ambas con las cobijas que impedían que el frío las alcanzara —Lo siento, no había visto la hora —la mano en la espalda de la castaña le regalaba una preciada sensación y cerrando sus ojos grababa en su mente lo bien que se sentía estar así —Estaremos ahí en una hora —Freen colgó y dejó su teléfono en la mesa de noche —Parece que ha llegado la hora de levantarnos —la voz que usó fue delicada al ver como su chica estaba relajada sobre ella.
—Solo un poco más, por favor —con esa respuesta no pudo negarse y sus brazos de nuevo envolvieron al amor de su vida.
La camioneta de Freen fue aparcada afuera de una taller de costura. Con ayuda de la tailandesa Becky descendió del vehículo y tomadas de la mano entraron al lugar.
Heng y Billy conversaban con una mujer que en su cuello llevaba una cinta métrica, pero su atención se dirigió hacia las chicas en cuanto las vieron cruzar la puerta.
—¡Becky! —la mujer se acercó con mucha euforia para abrazar a la inglesa, gesto que no le encantó a Freen y por ello su sonrisa se transformó en una línea recta que sus labios apretaban para evitar que sus cejas delataran su incomodidad.
—Hola, Sally —la pelinegra de regordetas y rojizas mejillas no dejaba de sonreír —Ella es Freen —la chica presentó a la mayor y ésta se adelantó a estirar su mano al intuir que la modista se lanzaría a abrazarla.
—Mucho gusto, Freen. Becky me ha hablado mucho de ti.
—El gusto es mío —aunque se preguntaba cuando es que habían conocido a aquella mujer sus modales no dejaron que su duda fuese evidente.
—Becky, linda —la modista las invitó a adentrarse al taller haciendo una seña para que la siguieran. En su corto recorrido saludaron rápidamente a sus amigos y de inmediato su atención regresó a Sally —Ya tengo dos de los tres trajes que son para ti y los tres trajes de Heng están listos, pero uno de ellos está siendo planchado así que no podré mostrárselos ahora mismo.
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Patinando sobre el destino
FanfictionLos accidentes pasan, las ganas de ser la mejor en lo que te gusta existen, pero ¿qué pasa cuando ambas cosas se unen? Freen, una ex patinadora artística de alto rendimiento sobre hielo y Becky, una chica que sueña en grande estarán envueltas en un...