Jazz Bar | Yeonbin.

15

El día parecía estar particularmente nublado. Al menos la última semana habían empezado algunas lluvias de verano y no había dejado de llover en los últimos días.

A Soobin le pareció agradable el clima y la vista tan bella que tenía desde el ventanal de su casa hacia la ciudad lluviosa. Se perdió totalmente en apreciar con cuidado cada detalle que podía apreciar que no se dió cuenta que ya era hora de ir a recoger a Yeonjun y que este lo llevará a su nuevo destino. Suponía que ya lo estaba esperando así que se apresuró.

Salió de casa sin más. Su madre no estaba así que no se molestaría en avisarle que saldría, sabía que le daba un poco igual si salía o no mientras ella no estuviera en casa. Sooyoung y Beomgyu no lo habían visitado ese día así que tampoco les dijo nada, solo salió de la gran y vacía casa donde estaba.

No supo el porqué pero quiso atribuirle al clima melancólico que esa sensación de soledad que lo había envuelto era por ello. Había lidiado ya por mucho tiempo con ese sentimiento pero decidió sobrellevarlo y aprender a vivir con ello que poco a poco se esfumó y dejó de ser parte de él, pero ese día, volvió. Atrapó sus pensamientos y lo dejó atascado en lo más bajo de su mente durante todo el camino que le tomó llegar desde su casa hasta la de Yeonjun.

Pero todo pensamiento pareció esfumarse cuando bajó del auto y Yeonjun salió de su casa tomando un pequeño paraguas y mirándolo con una linda sonrisa.

—Lamento la demora —Soobin se disculpó rápidamente cuando Yeonjun camino hacia él—. Me ocupe un poco y se me hizo tarde —dijo mientras abría la puerta de su auto para que Yeonjun entrará.

—Está bien, no hay ningún inconveniente con ello —dijo Yeonjun una vez Soobin también subió al auto—. El clima es un poco lluvioso pero felizmente no arruina ninguno de mis planes contigo. Te quiero mostrar uno de mis lugares favoritos.

—¿A dónde iremos hoy?

—Lo verás cuando lleguemos, así que solo sigue mis instrucciones.

Yeonjun sonrió feliz y Soobin imitó su acción, echando a andar su auto y siguiendo las instrucciones que Yeonjun le proporcionaba durante el camino, aunque también entablaron una pequeña conversación, nada no muy interesante.

Soobin se estacionó dónde Yeonjun le indicó y después de caminar unas pocas calles, llegaron al dichoso lugar; un museo. Ya había considerado la opción de que Yeonjun lo traería a un lugar como ese pero aún así le sorprendió y también le alegró cuando entraron juntos por la enorme puerta llena de detalles perfectamente diseñados.

Había visitado museos anteriormente pero siempre le hacía la misma ilusión entrar a uno como si fuera la primera vez. Aunque, está vez se sintió como una nueva experiencia. Miró a su alrededor admirando cada detalle del lugar y apareciendo cada detalle que podía ver apenas desde la puerta una vez pagaron sus entradas. Yeonjun pareció notar su asombro, riendo.

—Usualmente puedes pagar por un recorrido —dijo Yeonjun, parándose al lado de Soobin—, pero no creo que lo necesites, porque yo seré su guía por esta vez, jóven Choi.

Yeonjun hizo una pequeña sonrisa y Soobin lo miró riendo divertido.

—¿Serás mi guía? Si te soy honesto, pensé que eras una pintura que se acaba de escapar de un cuadro porque realmente eres una obra de arte, Yeonjun.

Yeonjun soltó una carcajada, golpeando suavemente el hombro de Soobin con su mano. —Dios, basta con eso.

Ambos rieron pero no dijeron nada más, Soobin se dejó guiar por Yeonjun quién parecía haber estudiado cuidadosamente cada uno de los rincones y detalles del lugar, no solo haciendo énfasis en las obras exhibidas, también mencionó un par de cosas sobre la construcción y decoración que había en el museo y también un par de datos curiosos que Soobin se esforzó por guardar y recordar en un futuro.