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Los días de Yeonjun, ahora que estaba de vacaciones, se resumían en levantarse por la mañana, tomar el desayuno con sus abuelos y luego irse a un parque deportivo cercano a su casa para encontrarse con sus amigos y jugar un rato voleibol.

Nada fuera de lo común, solo un pequeño pasatiempo que los chicos habían encontrado para que sus días de vacaciones no fueran tan aburridos.

Ese día, no parecía estar fuera de lo normal. Yeonjun estaba sentado en medio de la cancha vacía mientras que del otro lado estaba Taehyun explicándole a Kai cómo podía lograr un saque más limpio. Kai recientemente había estado aprendiendo a jugar voleibol con la ayuda de Yeonjun y Taehyun.

Sin embargo, Yeonjun ni siquiera estaba prestando atención a lo que sea que Taehyun y Kai estaban diciendo entre ellos. Su mente estaba más concentrada en el chico de cabello oscuro que había visto hace casi más de una semana.

Debió ser muy tonto para Yeonjun quedarse embobado por un chico que solo vio una vez en su vida pero juraba por su vida que lo había visto más veces después de ese día, sin embargo, nunca lo había visto con real calidad como ese día que estaba dudando de si mismo, pensando que quizás el cansancio con el que terminaba al final de su jornada lo hacía alucinar sobre el pelinegro.

Pero su mente le hacía pensar que no era una alucinación y se aferró a esa idea porque le hacía feliz pensar que el chico seguía frecuentando el restaurante. Esperando que un día de estos, uno de los dos logrará acercarse al otro y conocerse.

Yeonjun tenía mucho que pensar en ese chico lindo que había logrado acelerar su corazón con un par de sonrisas y miradas. Y seguiría pensando en él, si no fuera porque un balón aterrizó contra su cabeza, sacándolo de sus pensamientos.

—¡Mierda, Yeonjun, lo siento tanto! —escuchó la voz de Kai a lo lejos.

Kai corrió hasta él para asegurarse de que estaba bien mientras que Taehyun corrió detrás del balón que había salido lejos, fuera de la cancha.

—Te dije que apuntaras más hacia arriba, ¡no hacía Yeonjun! —dijo Taehyun mientras se acercaba a los dos chicos. Yeonjun aún estaba sobando suavemente su cabeza mientras Kai lo abrazaba, mirándolo con una gran cara de preocupación—. ¿Estás bien, Jun?

—Estoy seguro que con un poco de práctica serás un buen sacador Kai —dijo mientras se levantaba con ayuda de los dos menores—. Pero procura no darle balonazos a la gente, te pueden sancionar por eso.

—En serio lo siento tanto, Junnie —Kai lo abrazo nuevamente, ocultando su cabeza entre sus brazos y acariciando con mucho cuidado su cabello.

—No te preocupes, culpa mía también —Yeonjun rió ligeramente—. Me perdí en mis pensamientos y no presté mucha atención.

—Aún así, lo siento tanto hyung —Kai abultó sus labios mientras apretaba el abrazo.

—Esta bien, no te preocupes Hyuka —Yeonjun aún riendo se obligó a separar a Huening lentamente de él cuando notó la mirada de Taehyun sobre ellos dos por dicha escena—. Mejor abraza a Taehyun o estoy seguro que el próximo balonazo que reciba va a ser de él y no será intencional.

Taehyun soltó una pequeña risa pero no dijo nada, soltó el balón y recibió a Kai en sus brazos una vez este se apresuró a abrazarlo.

—¿Quieres que nos vayamos ya? —preguntó Taehyun.

—Estoy bien, no te preocupes.

—No te ves bien, Jun —lo miró con una sonrisa divertida.

—Estoy bien —afirmó nuevamente—. De hecho el golpe me ayudó a abrir los ojos. Llevó toda la mañana un poco... Perdido.

Jazz Bar | Yeonbin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora