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Parece ser que desde el encuentro que tuvo con Soobin y que por fin logró aclarar sus dudas, la vida de Yeonjun pareció volver a sentirse normal, pero un poco modificada.

Conocer y dejar que alguien nuevo entre a tu vida siempre es emocionante y te da un ligero cambio en tu rutina. Ahora estaba conociendo a Soobin, habían hablado un par de días e incluso quedaron en reunirse un día de estos cuando estuvieran libres. Yeonjun sencillamente no podía estar más feliz de haberse encontrado con ese chico de cabello oscuro.

Aún tenía dudas. Yeonjun se preguntaba si es que Soobin también lo recordaba por lo sucedido en el bar o solo lo había olvidado y el hecho de que se hayan vuelto a encontrar fue solo casualidad. Pero Soobin no había mencionado nada sobre haberlo visto antes o algo relacionado al restaurante, pero tampoco es como Yeonjun haya mencionado algo sobre eso. Decidió sacar esa conversación para otro momento.

Su jornada terminó con éxito como todas las otras noches, bajo del escenario sin antes despedirse con una amable sonrisa y deseándole una buena noche a todos.

El restaurante estaba aún un poco lleno aunque poco a poco la gente se comenzaba a retirar. Taehyun le había dado un pequeño aviso de que posiblemente tardaría un poco más de lo normal en salir pero que estaría ahí pronto para irse juntos como siempre lo solían hacer.

Yeonjun sin problema lo espero, adelantándose a salir por la puerta trasera del restaurante para esperarlo afuera, en el callejón de siempre. Se recargó contra la pared a un lado de la puerta y sacó su celular, dispuesto a revisar sus notificaciones.

—¡Yeonjun! —escuchó una voz a lo lejos que lo hizo levantar su cabeza y buscar quién lo había llamado, pues la voz no parecía ser de Taehyun como creyó que sería.

—Ah, Soobin —una gran sonrisa apareció en sus labios cuando miró al de cabello negro caminar hacia él, también sonriendo—, ¿qué haces aquí?

—Quería verte —se paró delante de Yeonjun—. Sé que trabajas aquí y me pareció buena idea venir a verte.

—Oh, ¿así que me recuerdas? —Yeonjun lo miró con una sonrisa divertida—. Sentía que te conocía de otro lugar pero pensé que me habías olvidado así que no mencioné nada.

—Pensé lo mismo —una pequeña ola de emoción recorrió todo el cuerpo de Soobin, haciéndolo sonreír ante las palabras de Yeonjun. ¿No estaba equivocado al pensar que Yeonjun también tenía la misma extraña sensación de familiaridad con él?—. Quería hablar contigo esa noche que nos vimos por primera vez pero no pude, te busqué un par de veces más pero tampoco pude. Fue hasta que te ví a lo lejos que no quise perder la oportunidad nuevamente.

—Ya veo, pensé que era el único loco que te seguía buscando todas las noches en el restaurante —Yeonjun rió ligeramente avergonzado, recargando su espalda contra la pared nuevamente—. Es lindo poder conocerte, finalmente.

—Lo mismo digo de ti, Jun —Soobin de la nada se sentía un poco tímido por la cercanía, seguían respetando su espacio personal pero se sentía lo suficiente cerca como para poder ver con más detalle el rostro de Yeonjun—. No me equivoqué al pensar que era un chico increíble.

Yeonjun soltó una risita tímida, bajando su mirada y jugando infantilmente con sus dedos que estaban detrás de su espalda. —No es para tanto, Soobin. Tú también eres increíble.

De la nada, ambos se sentían como un par de adolescentes intentando coquetear el uno con el otro pero solo dando cumplidos simples porque su vergüenza no les podía hacer pensar en algo más apropiado.

Extrañamente, ninguno se sentía disgustado o incómodo por la situación, parecían estar bien con sus inútiles intentos de coqueteo. Cómo si ya estuvieran acostumbrados a esos halagos tontos y tímidos.

—Yo... Pensé que podríamos salir —Soobin aclaró su garganta—. No conozco mucho la ciudad, hace un par de años que no visitó Seúl así que no estoy seguro de cuándo ha cambiado. No tengo un lugar exacto a dónde invitarte por eso te dejaré elegir, vayamos a dónde tú quieras, yo te invito todo.

Yeonjun sintió una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, dándole una extraña sensación; una extraña y dulce sensación.

—Puedo mostrarte la ciudad —dijo sonriendo—. Estoy de vacaciones ahora mismo así que estoy libre la mayoría de los días. Puedo llevarte a mis lugares favoritos y conocer nuevos, también podemos ir a viejos lugares que recuerdes.

—Suena bastante divertido —dijo emocionado—. ¿Te parece bien si nos vemos el próximo lunes? Puedo pasar por ti si lo deseas.

—El lunes suena bien, me da tiempo para planificar nuestro recorrido —una risita se escapó de sus labios—. Te avisaré entonces, ¿bien?

—Está bien por mi —Soobin asintió—. Yo... Tengo que irme ya, es un poco noche, ¿quieres que te lleve a casa de nuevo?

—Estoy bien, no te preocupes —Yeonjun negó suavemente—. Aún tengo que esperar a uno de mis amigos.

—Oh, claro. Avísame cuando llegues bien a casa —Soobin se alejó un poco de Yeonjun, aún sonriendo—. Nos vemos pronto, Yeonjunnnie.

—Nos vemos pronto, Soob.

Soobin todavía se despidió moviendo su mano de un lado a otro y se retiró. Yeonjun lo miro con una sonrisa embobada, aún cuando Soobin se esfumó de su vista.

El sonido de la puerta fue lo que lo sacó repentinamente de sus pensamientos.

—Lo siento por la tardanza, pero ya estoy aquí —dijo Taehyun cerrando la puerta cuidadosamente—. ¿Por qué esa cara?

—¿Qué cara?

—Tienes como una especie de sonrisa boba. Te ves como un estúpido —dijo con una sonrisa divertida—, más de lo que ya eres.

Taehyun se llevó un pequeño golpe de Yeonjun debido a lo que dijo, pero ambos rieron.

—No es nada, yo solo... —Yeonjun hizo una pausa cuando algo en sus labios tiró para que arqueara sus labios hacia arriba. Ahí estaba, esa sonrisa de estúpido que Taehyun le describió—, yo solo... Me encontré con alguien —completó.

—¿Alguien? —elevó una de sus cejas.

—Si, alguien —asintió. Empezó a caminar junto con Taehyun de regreso a sus casas mientras seguía con su conversión—. El día de la fiesta en la universidad, conocí a un chico.

—¿El chico que dijiste que te llevo a casa? Ya nos lo habías contado.

—Si, eso ya lo sé. Pero no te dije quién era ese chico —Yeonjun usó un tono de voz que fue inevitable para Taehyun despertar aún más su curiosidad por el tema de conversación que estaban teniendo—. Por más irreal que suene, el mismo chico que he estado buscando en estos días, es el mismo con el que me quedé toda esa noche. Se llama Soobin.

—Soobin —chasqueó su lengua.

—Lindo nombre, ¿no? —Yeonjun se encontraba dando casi pequeños saltos de emoción, como si fuera un quinceañero de nuevo conociendo a su primer amor. Quizás, no muy lejos de la realidad—. Vino hoy porque quería verme, ¿no es adorable?

—Suena como un gesto muy cursi, siendo honesto.

—A mi me parece muy lindo de su parte —Yeonjun seguía sonriendo—. Tenemos una cita el lunes, me ofrecí a mostrarle la ciudad.

—¿No es de aquí? —preguntó, curioso por el comentario de Yeonjun.

—Me dijo que nació aquí pero que hace unos años se mudo a Londres con su madre —respondió—. Hace tiempo que no viene a Corea así que está un poco perdido, por eso me ofrecí a darle un pequeño recorrido.

—¿Londres? Suena bien —sonrió, con un poco de desinterés en sus palabras—. Apuesto que debe tener un atractivo acento británico cuando habla inglés.

—Lo tiene —afirmó con una enorme sonrisa.

Jazz Bar | Yeonbin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora