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Soobin soltó un pequeño suspiro antes de tomar la valentía de bajar de su auto y entrar a casa después de haberse desaparecido toda la noche.

Esperaba que su madre entendiera sus razones para haberse ido aunque ahora que lo pensaba, no había sido tan buena idea haber silenciado su celular e ignorar todas las llamadas y mensajes que su madre, Sooyoung y Beomgyu le habían dejado. Seguro que habían estado pensando lo peor.

—¡Soobin! —escuchó un grito de una voz familiar a lo lejos una vez bajó de su auto y caminó hacia la entrada—. Gracias a todos los cielos que estás bien, estaba demasiado preocupado por ti.

—Lo siento por preocuparte Gyu, sé que no debí irme de esa manera y mucho menos no responder tus llamadas.

—Está bien, no importa sé que fue algo duro de procesar —se acercó a Soobin para abrazarlo—. Me alivia saber que estás bien, eso es lo importante.

—Lo estoy, no te preocupes —respondió, también abrazando a Beomgyu. Un abrazo que no pensó que necesitaba pero de alguna manera fue así. Lo hizo sentir más calmado después de la guerra de emociones que tuvo la noche anterior—. Vamos adentro para hablar con más calma.

Aunque Beomgyu se tenso por unos segundos al escuchar las palabras de Soobin, rápidamente se calmó cuando el mayor le sonrió con tranquilidad, haciéndole saber que todo estaba bien y que escucharía todo lo que Beomgyu quisiese decir.

Caminaron hacia dentro de la casa, parecía estar totalmente vacía sin rastro alguno de su madre o de Sooyoung pero Beomgyu le hizo saber que ambas estaban en diferentes lugares pero que también habían estado buscándolo.

—Le diré a mi mamá y a Eunseo que estás en casa —dijo mientras tomaba asiento en uno de los sofás de la gran sala. Soobin asintió, sentándose a su lado.

Una vez Beomgyu termino de escribir en su teléfono lo dejo a un lado y se reincorporo en el sillón, mirando a Soobin quién lo estaba mirando atentamente.

—Y bien, ¿por dónde quieres empezar?

—Solo quiero saber con más claridad todo —contestó—, quiero que me cuentes todo lo que tú sabes, Gyu.

Beomgyu asintió lentamente, soltando un pequeño suspiro antes de comenzar a hablar.

—Bueno, lo que sé es que tú papá y mi mamá se conocen desde hace mucho tiempo y se gustaban mutuamente pero nunca llegaron a nada porque antes de poder intentar algo tu papá se comprometió con tu mamá. Ambos venían de familias con un buen estatus así que juntarlos a ambos podría traer un buen beneficio a las dos familias pero al parecer al principio ninguno se sentía cómodo con ese matrimonio por más que intentaron hacerlo funcionar. Tu papá y mi mamá aún sentían cosas el uno por el otro así que intentaron algo a escondidas pensando que el matrimonio pronto acabaría y se quedarían juntos —comenzó a contar, teniendo toda la atención de Soobin quién parecía demasiado atento y tratando de recordar cada detalle que decía—. Pero, naciste tú, un heredero perfecto para la familia así que ya no había manera de echarse para atrás. Tu papá decidió quedarse por ti... Pero, se complicó cuando nací yo, porque fuera de lo que mi mamá dijo, no soy hijo de su ex prometido, soy hijo de tu padre...

—Y eso te convierte en mi hermano... —interrumpió a Beomgyu. Mirándolo con una gran sonrisa.

—Si, soy tu medio hermano —afirmó, también sonriendo.

—Eso suena bien —dijo con emoción—, siempre quise un hermano menor y te veía a ti como a uno sin pensar que de verdad eres mi hermano.

Beomgyu miro a Soobin con una sonrisa conmovida. Sabía que Soobin estaba dispuesto a escucharlo pero aún así le preocupaba la reacción que podría llegar a obtener del mayor pero se tranquilizó cuando tuvo una positiva, más positiva de lo que deseó pues Soobin realmente parecía feliz por esa noticia.

Jazz Bar | Yeonbin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora