Epílogo

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Soobin nunca se había sentido tan agradecido de haber hecho un cambio tan grande en su vida pero que realmente lo había ayudado demasiado.

Desde que inició su vida en Seúl todo iba mucho mejor de lo que esperaba. Estar más cerca de Sooyoung y Beomgyu con quién compartía la mayor parte de su día, los días de escuela y como había expandido aún más su círculo social, conociendo a nuevas personas.

Pero sobre todo a Yeonjun, que su noviazgo estaba de maravilla.

Yeonjun había sido tan bueno con él al ayudarlo a adaptarse lo más rápido posible a Seúl después de haber estado lejos un par de años.

Después de todo, también pasaban la mayor parte del tiempo juntos. Saludándose cada vez que se encontraban en el campus de la universidad, teniendo citas frecuentemente y también pasando mucho tiempo juntos en la casa del otro.

No podía estar más satisfecho ahora que había encontrado un lugar perfecto para él y tenía al mejor novio del mundo.

—Entonces, ¿dónde vamos a ponerlo?

—Quizás en la entrada, se vería lindo.

—Pensaba que en el salón donde están las pinturas principales se vería mejor.

Yeonjun se detuvo un momento para poder analizar la situación. —Si, dejémoslo en el salón principal.

Entre las múltiples cosas que habían hecho desde que comenzaron a salir oficialmente, habían tomado la decisión de volver a esa casa que se había vuelto tan especial para ellos dos, después de todo, ahí había comenzado todo y los había traído hasta el momento dónde estaban.

Yeonjun se sentía nerviosa por regresar al lugar debido al último antecedente que había ocurrido en el lugar pero aún así quiso animarse a regresar, como una forma de querer abrazar a su yo de un pasado, aceptando su destino y creando una nueva historia al lado del hombre que tanto amaba.

Cuando aparecieron en la casa como una sorpresa, Yoona los recibió con una enorme sonrisa de poder verlos de nuevo y sin problema alguno, volvió a abrir las puertas de ese hogar para volverlo a verlo y apreciarlo con el amor y cariño que se debía.

Terminaron por conocer toda la construcción por completo, descubriendo sentimientos que aunque parecían viejos, era la primera vez que los sentía y era emocionante el poder sentirlos y comprenderlos.

En su recorrido, encontrando un detalle bastante curioso en ella. Se trataba de un lienzo inconcluso que seguía montando encima de un caballete, esperando a ser llenado de color pues apenas se mostraba suavemente las líneas del boceto.

Ambos se sintieron intrigados por ello y Yoona les respondió con una nueva historia sobre los amantes que vivían en la casa. Explicó que nunca pudo ser terminada debido a que el pintor recayó esa tarde en que la estaba por iniciar y debido a su terrible condición, se le fue imposible terminarla.

Soobin y Yeonjun lo meditaron por un par de minutos antes de preguntar por el permiso de Yoona y claramente que cuando Yoona escuchó la petición, aceptó como una gran sonrisa llena de emoción.

Pasaron toda la tarde pintando el lienzo por completo, cubriendo cada pequeño detalle y aunque habían dado su mejor esfuerzo porque fuera una pintura hermosa, sabían que no podía llegar a compararse con las pinturas que el viejo pintor había hecho. Sin embargo, compartían algo en común y era el amor con el que se habían hecho. Originalmente se había creado como un regalo y una prueba más del inmenso amor que sentía el pintor por su musa, pero que había quedado como un amor incluso debido a las circunstancias que tomó su vida pero ahora, años después y gracias a su destino, ese amor se pudo completar, reuniendo a los amantes y haciendo que finalizarán esa pintura como una prueba de que su amor pudo volver a ser.

Así que ahí estaba finalmente completada esa pintura de esas dos mariposas unidas por un fino hilo rojo, volando por un cielo lleno de nubes.

—Me parece adorable pensar que en otro universo tu y yo somos mariposa volando juntas, justo como en esta pintura —dijo Soobin con una sonrisa mientras acomodaba el cuadro en la pared, listo para ser colocado justo a lado de la pintura que le había dado nombre a su novio.

—Yo creo que en un universo alterno yo soy un cantante famoso y tú eres un periodista que escribe sobre mi —Yeonjun mostró una sonrisa divertida por el contrario de Soobin.

—¿Por qué un periodista? —Soobin soltó una suave risa, algo confundido por la idea de su novio.

—¿Por qué no? Sería lindo que escribieras cosas de mi.

—¿Y qué pasa si en ese futuro alterno yo escribo cosas negativas sobre tu carrera? —se volteó hacia él, mirándolo con una ceja alzada, como una forma de querer molestarlo.

Yeonjun negó con una sonrisa. —No lo creo, de seguro te vas a enamorar de mi.

—No lo dudo —Soobin también sonrió—. Yo creo que en otro universo tu y yo somos una pareja de criminales en fuga.

—¿Por qué criminales? —bufó, riendo para el mismo por lo extraña que sonaba esa idea.

—No sé, quizás robamos un banco.

—Suena muy extremo.

—Hay que darle un poco de emoción.

—Si lo dices, de seguro nos conocimos en medio de un apocalipsis zombie —Yeonjun se acercó hasta Soobin y lo miró con una expresión juguetona, como si estuvieran compitiendo por quién tenía la historia de amor más loca para ellos dos en un universo alterno.

—¿Y nos enamoramos en medio de todo ese caos?

—Tu crees que nos podemos enamorar como criminales en fuga y yo creo que nos podemos enamorar en un apocalipsis zombie, ¿por qué no?

—Uhm, estamos siendo muy extremos —soltó una pequeña risa—, ¿y si solo somos dos estudiantes viviendo un amor escolar?

—Eso suena un poco cliché —hizo una pequeña mueca, haciendo reír a su novio.

—Puede ser, pero, ¿sabes? No me importa de qué manera nos conozcamos en un universo alterno, lo que me importa es que me podré enamorar de ti una y otra vez —se acercó hasta Yeonjun para poder plantar un beso en su mejilla—. No importa si solo somos estudiantes normales o si somos sobrevivientes de un apocalipsis zombie, nada de eso importa mientras tú estés a mi lado a pesar del tiempo o el lugar.

Yeonjun sintió nuevamente esa calidez en su corazón, esa calidez provocada por el amor que Soobin le entregaba y que nunca sabía cómo describir, solo sabía que lo hacía sentir bien, lo hacía sentir amado.

—Te amo, Soobin.

—Te amo también, Yeonjun, mi amor.

Unieron sus labios un momento para poder tener un momento en el que se decían lo mucho que se amaban sin la necesidad de usar sus palabras, simples caricias, abrazos y besos eran lo suficiente para hacerse saber el inmenso amor que se tenían.

Finalmente, cuando la pintura ocupó su lugar, decidieron irse de la casa, listo para ir a descansar pues a la mañana siguiente tenían un viaje que tomar para regresar a su hogar.

Cruzaron las puertas de la casa con sus manos tomadas y una gran sonrisa dedicada al otro, siendo observados a lo lejos por dos viejos amantes que finalmente podía descansar en paz al saber que su amor había sido sellado y sin importar el tiempo, el lugar, la situación o las dificultades, ese amor seguiría intacto y conservaría su intensidad.

Porque sabían que en algún lugar, esas dos almas volverían a encontrarse una y otra vez, estando atados el uno con el otro.

Fin.

Jazz Bar | Yeonbin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora