Capítulo 9

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Llevaba días percibiendo el olor a chocolate, creía que estaba alucinando, había días que el olor se hacía más fuerte, haciendo que pudiera descansar mejor, que el dolor en su pecho se sintiera más ligero, solo se recostaba en su cama intentando crear un nido, lo que era imposible. Al no tener alguna prenda del alfa, le era bastante imposible poder crear algún nido, así que lo único que podía hacer era recostarse en la cama, cerrar los ojos y abrazarse a algunas almohadas, era lo único que lo mantenía seguro en esos momentos.

Respiro con tranquilidad, percibiendo de nuevo el olor a chocolate, al mirar por la ventana no vio nada, creo que ahora sí se estaba volviendo loco, así que tomo su celular para llamar a Rosé.

– ¿Paso algo? ¿Te sientes mal? – pregunto preocupada.

– No – bajo las escaleras dirigiendose al sofá – ¿Es normal oler las feromonas de tu alfa?

– No, claro que no es normal – la chica se quedó pensando – de seguro alguien está preparando chocolate, me comentaste que tú alfa tenía olor a chocolate así que debe ser por eso.

– Claro, gracias – suspiro, para luego despedirse y colgar – pequeño bebé – sonrió, hasta que sintió un nuevo antojo – ¿Fresas? ¿Quieres comer fresas, amor? – se sintió triste – no podemos salir, así que no se cómo conseguiré esas fresas.

Sintió el dolor incrustarse en el pecho, pero está vez no podía hacer nada, no podía salir, si su olor llegaba a ponerse agrio en la calle podría hacer que muchas personas se sintieran mal, además que no tenía a quien llamar para que le trajera algunas fresas.
No podía molestar a Rosé, así que lo único que pudo hacer fue soportar el dolor, aunque se estaba volviendo más doloroso a medida que pasaba el tiempo, de seguro cuando avanzará más sentiría el dolor más fuerte, solo esperaba que pudiera soportarlo.

Al pasar una hora sintió unas inmensas ganas de vomitar, cuando estaba a punto de correr hacia el baño alguien tocó la puerta, cosa que lo desconcertó así que se acercó para abrirla, notando que estaba un chico con un paquete.

– ¿Puedo ayudarlo en algo? – creyó que se había equivocado de dirección.

– ¿Es aquí la casa del señor, Kim Taehyung? – el Omega asintio – esto es para usted, por favor firme aquí – le entrego una hoja, así que la firmo – tenga un lindo día.

El chico se fue dejandolo bastante confundido, hasta que abrió aquella caja notando que habían muchas fresas, su corazón se acelero.
¿Quien podía ser? Él jamás había pedido fresas, lo que hizo que llorara de felicidad, no sabía el porque estaba llorando, pero se sentía tan feliz de ese pequeño gesto.

(...)

Hoseok lo había sentido, había sentido aquel dolor que estaba sintiendo Taehyung, no sabía que hacer, hasta que lo escucho, escucho decir que quería algunas fresas. No lo pensó dos veces para tomar su auto e ir por aquellas fresas, aunque sabía muy bien que sería difícil conseguirlas, haría todo lo posible por tenerle las fresas a su pequeño cachorro, había leído que los antojos los pedía el bebé, así que suponía que el dolor que estaba sintiendo Taehyung era porque él bebé le estaba pidiendo aquella fruta y si no la obtenía entonces el Omega sentía dolor.
Bueno, eso solo pasaba porque él no estaba ahí para él, aquellos dolores se harían más fuertes, pero no podía hacer absolutamente nada si el Omega no quería.

Manejo por una hora, hasta que las encontró, claro que él no sería el que le llevaría las fresas, sabía muy bien que si Taehyung lo veía podría sacarlo de aquel lugar, así que la mejor opción sería mandar a alguien más para que pudiera llevarle aquellas fresas. Claro que cuando sintió la felicidad de Taehyung, se sintió en paz.
Se quedó otro rato recostado en aquella puerta, esperando a que el Omega decidiera irse a dormir, hasta que sintió como alguien tocaba su hombro.

– ¿Que haces aquí? – no sabía que decirle a Seokjin – Hobi, está haciendo bastante frío.

– Lo sé, no me importa mientras él se sienta bien – Seokjin se sentó a su lado – Jin, solo quiero que esté bien, no sabes la paz que me da cada vez que siento que está feliz.

– Oh, Hobi – lo abrazo – quisiera decirte que no hicieras nada de esto, que lo dejaras aquí para que él pueda lidiar con todo – empezó a acariciar su cabeza – cariño, esto podría ser muy dañino para ti.

– No me importa, si tengo que estar aquí cuantas horas sean necesarias lo haré.

– No te mereces esto, ese Omega te va a herir más, Hoseok – lo alejo para mirarlo a los ojos – te va a lastimar peor, no le basto con romper el lazo, se muy bien que él está sufriendo, pero no te quiere cerca. Estás haciendo todo esto ¿Por qué? ¿Por qué sigues aferrandote a algo que jamás va a ocurrir?

– Porque lo amo – empezó a llorar – lo amo y daría todo de mi para que esté bien, Jin él podrá odiarme, podrá herirme, pero no puedo simplemente dejarlo así.

– Tienes que alejarte, alejate antes de que sea tarde y te termine hiriendo peor – Hoseok simplemente lo ignoro – cuando te des cuenta que te tienes que alejar, sabes muy bien que estaré aquí.

– Yo sé que va a herirme, se que lo hará, porque él pretende que puede hacer esto solo, que no me necesita – se abrazo al Omega – yo haré solo pequeñas cosas, él no tiene que saber que estaré aquí, seguiré trabajando, pero si me necesita estaré aquí, estaré siempre aquí.

– Hobi, mi pequeño alfa – lo abrazo – vas a sufrir como no tienes idea.

A Hoseok no le importaba, si llegaba a sufrir, entonces solo entonces, decidiría irse, pero por el momento solo estaría ahí sin recibir nada a cambio.

Blue & Grey [HopeV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora