Un pequeño accidente II.

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Lucía.

Ayudé a Joaquín a secarse.

-Amor, necesito que colabores y me ayudes a llevarte al menos al inodoro -Asintió y me ayudó a levantarlo. Con quejas, logré sentarlo. -Cariño te traigo una remera, y una bermuda, cambiate mientras yo me seco el pelo, sino la ambulancia llegará enseguida y no pueden encontrarnos así.

Hice lo que le dije y el hombre comenzó a vestirse. Me sequé el pelo muy rápido, y me vestí enseguida. Con mucha prisa comencé a arreglar el desastre de aquella habitación, metí todo como sea en el ropero de mi cuarto. Cuando de pronto tocaron el timbre. Atendí y ya había llegado la ayuda.

-Joa, ¿estás listo?

-Sí hermosa, abrí.

Pasaron a alzarlo en una camilla. Estaba algo preocupada, temía que sea algo serio. Más que por los shows, es por su salud.

Subimos a la ambulancia y en unos 15 minutos ya estabamos en el hospital. Se lo llevaron a rayos x para hacerle una radiografía.

Cuando estaba por ir a buscar un café, en una de las pisadas sentí de repente un fuerte dolor.

-Mierda -Murmuré.

Al momento de la caída, seguro me doblé el tobillo y como Joaquín fue el más afectado y cargué con mucha preocupación, en ese momento no sentía otra cosa, nisiquiera el dolor.

Me senté en uno de los asientos, y me toqué el pie izquierdo, tenía algo de dolor y se veía ligeramente hinchado. Podía pisar, pero con dificultad, y así llegué hasta rayos x nuevamente, donde también me hicieron una radiografía.

A los minutos nos entregaron y dijeron los resultados.

-¿Pero que habeis estado haciendo?¿Vosotros haceis todo en conjunto? -Dijo divertida la doctora.

Joaquín rió nervioso. -Somos hermanos... hacemos todo a dúo. -Bromeó.

-Bueno, Joaquín, tú tienes una fractura, te pondrán yeso y lo tendrás durante 7 días, luego deberás usar una bota, y muletas para no realizar tanta fuerza con el pie derecho. Lucía, tú tienes un esguince, puedes simplemente usar muletas, o solo colocarte la bota por una semana, no hay problema, con ella pisarás tranquila.

-Perfecto doctora. Compraré una bota así yo uso esa, y luego de los 7 días se la paso a mi hermano.

-Sí.. será genial. Así que pasado estos días, vuelven a verme, y hacemos un chequeo. -Miró a mi hermano. -Joaquín, ahora van a pasar a buscarte para llevarte a la sala de yesos.

Y así fue, el procedimiento no duró demasiado, volvió en unos pocos minutos. Yo llamé a Rocío y a Damián para que vinieran a buscarnos, y de paso trajeran alguna bota de una ortopedia, y así fue, enseguida llegaron a traernos las cosas que había pedido.

-Cuídense -Habla aquella medica. -En caso de sentir mucho dolor pueden tomar un ibuprofeno. -Nos dio un beso a ambos. Y cuando se despidió de Joaquín volvió a hablar. -Sí necesita asistencia médica con gusto estaré aquí.

-Gracias doctora. -Habló el hombre dandole un apretón de manos.

Me enojé, porqué tenía que ser tan atento con cualquier mujer que se le cruzaba. Era angustiante.

-¿Dónde están los chicos? -Preguntó mientras un enfermero lo llevaba en la silla de ruedas.

-Fueron a buscar el auto, porque había mucha gente en el estacionamiento.

Cuando llegamos a la puerta, nos estaba esperando Damián, agradeció al joven que estaba llevando a mi hermano, para ser él quién lo lleve.

-Dale que se mejoran... Lo que no entiendo todavía es cómo es que realmente hacen todo juntos

Pimpinela One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora