Pimpinela One Shots

Dependencia II.

Lucía.

Apenas terminé de hablar con Joaquín, corté la llamada. Estaba destrozada, no podía ser posible que él prefiriera quedarse con su ex mujer antes que conmigo. Era un acto inconcebible.

Ya eran vísperas de Navidad, y no iba a dejar que esa conversación tan desagradable afectara mi día.

El hecho de pasar todo el día con mi hija, y amigos lo hacía todo más llevadero. Pasamos un día ameno, lleno de cariño y emoción más que nunca.

La Navidad es una fecha muy sensible y emotiva para todos, y yo no era la excepción. Más con lo que acababa de pasar con Joaquín, tenía todos los sentimientos a flor de piel.

En España ya estaban por ser las 12, nos llevamos 4 horas con Argentina. Y aunque todo mi ser se encontraba en la mesa de aquella casa en Madrid, mi alma y mis pensamientos estaban en Buenos Aires, al lado del hombre al que amo.

Empezamos el 25 brindando, y saludandonos, diciéndonos palabras de agradecimiento y amor. Fue una hermosa veladam. Hasta que un mensaje inesperado me descolocó completamente.

—Lucía, allá ya son las 12, y aunque las cosas no se den como querías, no podía dejar de desearte una feliz navidad, yo te amo, y que no pasemos juntos estas fiestas no significa que haya dejado de hacerlo. Entiende que es fuerza mayor, sabes lo mucho que amo tu presencia y tu cariño, pero así se dieron las cosas. Disfruta de mi sobrina, a la que quiero como la hija que nunca tuve. Y olvidate de la discusión de hace un momento. Pasa lindo estas fiestas y nos veremos para año nuevo.
No podré darte el regalo que me hubiera gustado, pero espero que con este texto te quede más que claro todo lo que siento por vos. Y este tema te lo dedico.
Con afecto y aprecio, Joaquín.

El corazón se me ablandó por completo al ver las hermosas palabras que él me escribió con tanto cariño. Aproveché que todos seguían saludandose y me retiré por un momento a la habitación, dónde escuché tranquila el tema que me había enviado y eso hizo que soltara algunas lágrimas de emoción por la letra tan personal que contenía.

Describía completamente nuestra relación. Era el tema perfecto.

Antes de agradecerle por mensaje, decidí llamarlo. Pero fue la peor idea que pude tener.

No me contestó, ni la primera, ni la segunda vez. Los minutos pasaban y él no devolvía mi llamada. La sangre empezaba a subirme a la cabeza. Y esa impulsividad que me caracteriza, volvía a traicionarme otra vez.

No pensaba salir hasta que él se dignara a llamarme. Y así lo hizo una media hora después.

—Amor, discúlpame. Dejé el celular en el auto y estaba comprando unas cosas con Viviana y Pancho.

—La familia feliz, verdad? Cualquier cosa es más importante que yo. Pensaba responderte de la mejor forma con eso tan lindo que me escribiste y dedicaste, pero sos todo lo contrario a lo que escribis. Todo es de la boca para afuera.

—Maldita sea, mujer. Llamaste para esto? Para tener otra discusión sin sentido? No estaba pendiente del celular. No sirve hacer nada contigo, Graciela. No te hubiera saludado, de igual forma me hubieras llamado solo para esto.

—Dije que te llamé para agradecerte, si estuvieras pendiente de mi como yo de ti, nada de esto estaría pasando.

—Ya basta, Lucía. Me hartaste. Este es mi límite, traté de ser comprensivo y de dar mi brazo a torcer, pero nada te viene bien, mujer. Que por qué hice esto, que por qué hice aquello. Ya basta!

—No me grites, Roberto. No voy a aguantar tus insultos y ofensas como el otro día.

—Y yo tampoco tengo por qué aguantarlos de tu parte.

—Es que te lo mereces..

—Perfecto —Dijo con sarcasmo. —Ya no nos aguantamos. Entonces no iré para año nuevo ni mucho menos para el cumpleaños de Rocío.

—Pe-Pero —Las lágrimas empezaron a salir.

—Pero nada, se acabó. Nos encontramos para el tour por Chile. Lo más prudente será que mantengamos la distancia.

—No podes hacerme esto, Joaquín —Hablé con mucha dificultad.

—Te lo haces vos sola, Lucía. Y es mi última palabra. Te lo buscaste, y ahora tendrás que adaptarte a tus medidas. Me cansé de ser yo quien tenga que ceder siempre.

—Genial, Joaquín. Acordate de todo lo que estás haciendo.

Colgué y tiré el celular por ahí, y luego me acosté a llorar desconsoladamente en la cama.
Perdí la noción del tiempo, hasta que mi hija entró a mi cuarto.

—Mamá, ¿Por qué te quedaste acá? Todos están preguntando por vos en el comedor.

Me levanté frotandome los ojos. —Hijita, me quedé recostada un rato y se me pasó el tiempo.

—Estuviste llorando. Pero que pasó.

—Olvidemoslo y vayamos a disfrutar, después te cuento.

No muy convencida, Rocío aceptó y salimos fingiendo que todo estaba bien, ella me conocía tanto que sabía que no era así, pero de igual forma ambas decidimos conversarlo luego.

Los días pasaron y no había señal de Joaquín. Rocío lo único que me dijo fue que hablaron deseandose unas bonitas fiestas, pero no más que eso.

De hecho, él no se mantuvo tanto en línea durante este tiempo. He estado pendiente de su conexión y han sido pocas las veces que estuvo conectado.

Quedaban tan solo horas para año nuevo, y yo tenía la estúpida ilusión de que me saludara, pero como dice el dicho "Las expectativas reducen el nivel de felicidad" y que frase tan cierta, no tuve que haber esperado que eso sucediera, no tuve que haber esperado que me mandara un mensaje larguísimo disculpándose y diciéndome cuanto me amaba, porque eso solo logró que me dañara más, ya que ni sus luces cuando inició el nuevo año.

Quería escribirle y decirle cuanto lo extrañaba, y que me disculpara, pero yo tenía dignidad y eso jamás lo haría.

Lo único que nos ataba en estos momentos eran las notas de prensa que tenemos en los próximos días para Chile. Así que en cualquier momento se vería obligado a escribirme.

Tenía mucho miedo que todo entre Joaquín y yo se haya terminado, sentimentalmente hablando claro, porque el lazo que hay entre nosotros es más fuerte que todo e imposible de romperse.

Me da miedo pensar que en realidad, el amor no todo lo puede. Es uno de mis mayores temores.

Tardé un par de días más en darme cuenta que verdaderamente Joaquín no quería saber absolutamente nada de mi, al menospor ahora. Ya que para las entrevistas no fue él quién me habló para informarme, sino los directores y encargados de los noticieros y programas. Se comunicaron conmigo y él ni sus luces.

Dimos notas y yo era feliz con sólo verlo tras la pantalla. Los dos fingiamos que nada pasaba pero era todo lo contrario.

Quizá todo esto era el principio del fin.

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acá la parte dos
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