Si me dejas no vale

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Joaquín.

Esa canción no paraba de repetirse una y otra vez en mi cuenta de Spotify.

Como gran admirador de Julio Iglesias que soy, siempre encuentro algún tema de su repertorio para representar cualquier parte de mi vida.

Por ejemplo, Abrázame, para aquellos momentos en los que hago mía una y otra vez a la que a pesar de todo sigo considerando la mujer de mi vida. Una canción no para tener sexo, sino para hacer el amor. Llena de sentimiento y sensaciones inexplicables.

Y en este caso, este tema que oigo desde muy chico; Si me dejas no vale. Diría que Julio Iglesias es un visionario de mi vida, pero es técnicamente imposible, sino, tengan por seguro que pondría las manos al fuego por ello.

Flashback.

—Nuevamente a España, y esta vez con otra compañía que no es tu hija.. nuestra hija, mí princesa.

—Joaquín, te amo. Es lo único que debe importar. Pero hay situaciones que nos sobrepasan a los dos.

—¿Qué es lo que nos sobrepasa? Únicamente tu mente, y nada más que eso. Vivis pensando que la gente sospecha de nosotros, y ni el perro se debe dar cuenta de eso.

—No es momento para bromas. Y ojalá fuera solo mi mente, pero ya sabes como es la gente. Les gusta hablar, y hablar. Mi supuesta aventura con Facundo los mantuvo entretenidos un rato, pero ya ha quedado en el olvido. Debo hacer esto. Ale es nuestro amigo, no debes preocuparte.

—¿Ahora es Ale y no Alejandro? Lucía tal vez a vos te da igual, pero yo en las fotos tengo que fingir que nada pasa, tengo que hacer de cuenta que está todo bien y que soy el de siempre. Pero no es así, este tipo de ideas maravillosas —Dije con sarcasmo. —que se te ocurren siempre terminan dañandome y se que no solo a mi.

—Joaquín, la cantidad de veces que he tenido que aguantar que te vayas con otra mujer para tratar de olvidarme —Hizo comillas con los dedos. —Y yo al menos aviso y aclaro que es por una cortina de humo, no me engancho de cualquier prostituta que se me aparece como solías hacer.

—Como si vos no te hubieras agarrado al primero que se te cruzaba. Bien sabes que eras conocida como la que no dejaba títere con cabeza. Papel de santa conmigo no, Graciela, que si alguien te conoce a la perfección soy yo.

¿Me había propasado con las cosas que había dicho? Probablemente si. ¿Me arrepiento de decirlo? Absolutamente no. No dije ninguna mentira.

Enseguida Lucía saltó como aceite hirviendo cuando le cae agua. Y me soltó tres cachetadas, probablemente las peores que me ha dado en toda su vida.

Cuando estaba por darme la cuarta frené su brazo con mi mano derecha. La enana furiosa se soltó bruscamente y tomó distancia.

—No servimos. La relación no sirve. Nunca tuvimos que haber cruzado el límite de nuestra verdadera relación; la fraternal. Sos mi hermano, y yo tu hermana. Si no nos hubiéramos involucrado nuestras vidas serían más sencillas.

—Sos la única que se vive complicando, Lucía. Buscás excusas.

—Después de las cosas horribles que me dijiste, y que siempre sueles decirme cada vez que te enojas, me parece que es una prueba suficiente de que no servimos como pareja y nunca lo hemos hecho. Pelear todo el día y mantener apariencias me consume.

—Entonces andate de una vez. 

—Sí, Joaquín. Me voy a España el 11 de marzo y será mejor que esta vez no vengas. De verdad necesitamos un espacio..

Fin de flashback.

Este día estaba siendo probablemente de los peores de mi vida emocionalmente hablando.

Pimpinela One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora