Reencuentro.

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Lucía.

Había llegado el día. Finalmente después de una eternidad lo volvería a ver.

Realmente hemos aplicado contacto cero y creo que ha servido.

Me comuniqué con distintas personas que trabajan para nosotros para que fueran por mi al aeropuerto, pero todos nuestros chóferes estaban fuera de la ciudad realizando otros trabajos.

Entonces hablé con mi sobrino, pero tenía reuniones de trabajo importantes en el horario en el que yo llegaba a Buemos Aires. Así que se ofreció en llamar a Joaquín y avisarle de la situación.

Las 12 horas de vuelo estuve completamente nerviosa, no sabía como iba a ser ese reencuentro. No sabía que tan incómodo podría llegar a ser.

Suelo dormir cuando viajo, pero esta vez fue la excepción. No pegué un ojo.

Las horas se me pasaron volando -literalmente-. Y en cuanto menos me lo esperaba, ya me encontraba saliendo a la puerta de Arribos Internacionales de Ezeiza.

Lo vi alli, parado, con lentes oscuros, gorra y un outfit completamente negro. Y mi corazón empezo a latir como si fuera la primera vez que nos reencontrabamos luego de una discusión o separacion.

—Lucía, bienvenida.

Fueron las únicas palabras que salieron de su boca y digamos que me decepcioné pero no podía esperar más.

—Joaquín... gracias.  —Dije en un suspiro.

Tomó mi maleta y fue él quien la llevó. Los 5 minutos que caminamos hacia el estacionamiento fueron en completo silencio. Algo incomodo.

Ya estabamos en marcha a casa, así que para romper el hielo, el hombre decidió hablar.

—Y.... qué tal Europa.

—Igual que siempre, no te pierdes mucho.

—Fuiste a Roma.

—Sí, con nuestro amigo —Aclaré.

—Bueno y como está mi princesa hermosa?

—Muy bien, te extraña muchisimo.

—Ya iré a visitarla.

Como hacía siglos no dormía, a los pocos segundos caí en brazos de Morfeo. Me desperté una hora después cuando finalmente habíamos llegado a casa.

Bajamos dentro del estacionamiento del edificio y hablé. 

—No es necesario que subas, si queres podes ir a tu casa.

—Hace un mes no nos vemos, y ya me estás echando..

Sonreí al escuchar su histeriqueo. Lo había extrañado.

—Simplemente no quería presionarte. Por mí te besaría y saltaría a tus brazos ahora mismo, pero entiendo que no es el momento.

—Sobre todo porque estamos en un lugar rodeado de cámaras.

—Entonces subí a casa, y vamos a un lugar donde no las hayan.

No dijo nada, solo me sonrió y nos dirigimos al ascensor.

Él me había extrañado tanto como yo a él. Ha sido un año dificil desde que arrancó para nosotros, pero así es nuestro amor.

Nos sentamos en el sofá de mi cama. Y quise abrazarlo pero él me detuvo.

—No.. Gachi, antes de hacer como si nada hubiese pasado, tenemos que hablar.

—¿Y qué vamos a hablar? Si es siempre lo mismo, toda la vida nuestro amor fue asi. Idas y vueltas, aventuras con otras personas, me lastimas sin querer, te lastimo sin querer..  Que podemos hablar...

—Pero eso debe parar, no es sano para nosotros.

—Es que yo te amo, cuando estamos tan bien te amo tanto, y no quiero estar un minuto lejos tuyo. Pero cuando menciono Madrid, te enojas y en realidad deberías entenderme.

—Okey, no volveré a reprocharte sobre tus constantes viajes a España. Pero también tenes que entender que yo tengo mis propios asuntos acá, no puedo organizarme a tus tiempos. Yo hago otras cosas, tengo otras actividades, y te acompañaré feliz cuando yo lo decida.

—Está bien.. Tenes razón, más allá de las escenas de celos pasajeras que tengamos ambos, el problema central es España. Así que, si vos me entendes, yo te entiendo.

Joaquín acarició mi mejilla y me sonrió. Yo le devolví la sonrisa y me apoyé aún más en su mano.

—Esa es la sonrisa que quiero ver siempre.

—Entonces causala más seguido. —Dije con doble sentido.

Él no aguantó más las ganas y atacó mis labios, yo por supuesto, correspondí.

Una cosa lleva a la otra, así que, otra vez nos encontrábamos haciendo el amor en esas cuatro paredes que tantas veces ha sido testigo de nuestra pasión.

—Te amo, Lucía. Por siempre. —Dijo agitado luego de unas rondas maravillosas de sexo.

—Yo te amo pase lo que pase. Siempre.

Lo besé y me recosté al lado suyo.

—Te extrañaba... No solo en esto, en general. Tu ausencia en casa se siente demasiado.

—A mi también me hiciste mucha falta, pero sabes que siempre siempre vuelvo a ti aunque quiera irme.

—Ay, amor mío, me encantaría amarte en voz alta y no en secreto. Pero si en esta vida nos tocó vivirlo así, así tendrá que ser.

Luego de mimos, caricias y palabras lindas, los dos estábamos más que feliz. Había sido un reencuentro fenomenal, y por supuesto era más que notorio.

Nadie de nuestro staff sabía de nuestra relación, por supuesto que no. Pero estamos casi seguros que por lo menos todos tienen sus dudas... como el mundo entero en realidad.

Transcurrieron algunos días. Y como hay gente de limpieza en mi departamento, decidimos ir a la casa de Santa Bárbara, dónde grabé algunas historias para mis seguidores, y sin Joaquín, para no despertar sospechas más que nada.

Ya era el día del ensayo así que con todos nos reunimos en Aladino. Y comenzamos a practicar para la gira por el norte.

A último momento Joaquín y yo habíamos tenido la idea de agregar "No necesito tu amor" , justamente por la situación en la que estábamos últimamente. Así que fue la que más practicamos y nos salió hermosa. Esperamos que nuestro público la goce tanto como nosotros.

Grabamos videos y por supuesto que la felicidad irradiaba en nuestras caras. Más que uno lo notaría, pero elegí no tomarle importancia porque luego no subo nada y el público me reta.

El ambiente es totalmente distinto cuando estamos bien. Todo el crew está feliz, y obvio ellos notan cuando hay peleas y cuando no.

A la noche subí una historia promocionando uno de nuestros próximos shows. Según yo en el video no se veía nada raro, hasta que mi gran amiga, Patricia Sosa, me la respondió.

-Jajajajaj, hubo reconciliación y no me enteré parece.

-Pato.... Es tan notorio?

-Ay Lucía, esas miradas y sonrisas dicen aún más que sus bocas todas rojas y paspadas.

-Entiendo lo de las sonrisas pero dale, no creo que mi fandom se ponga a analizar que tenemos los labios rojos.

-Jajajajajaj, yo no estaría tan confiada amiga.

A esas alturas ya era en vano eliminarla, la habían visto miles de personas, amigos, colegas y distintos seguidores.

Solo los mal pensados iban a maquinar en cuanto a eso.

Ahora espero que durante la gira en el Norte, no se note tanto ese amor y esa reconciliación.

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Nuestra pareja volvió... Que nos sigan dando contenido es lo unico q pido.

No olviden votar y comentar y gracias por el apoyo que me dieron en estos días.
No dejaré de escribir. Desde los 14 lo hago y así seguirá siendo.



Pimpinela One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora