9. |Sorpresas Desagradables|

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Capítulo 9

*Adrien en multimultimedia, ojalá se vea :D*

Sorpresas desagradables

29 de Marzo

Me rasco la nuca nerviosa y doy un paso atrás, liberándome de su fuerte agarre. Escondo mis labios con incomodidad, porque a decir verdad, es bastante raro que el chico que te insulta y que te cataloga como una vil prostituta, te haya salvado.

- Gracias, supongo... - musito cohibida. Trago saliva de forma ruidosa y me aclaro la garganta -. Por no dejar que me atropellaran.

Adrien me observa por largos minutos, tantos, que me parecen infinitos. Una serie de emociones se reflejan en su hermoso iris, mas no puedo identificar alguna. Él es un tipo muy complicado.

-No lo hice por ti, si no por mí. No me apetece cargar con la culpa de que te pasara algo estando yo para prevenirlo, no soy tan animal -replica desdeñoso.

Chasqueo la lengua inconforme con su respuesta. ¡Vaya excusa se montó! Él simplemente no puede aceptar que me ayudó. Sin embargo, debo reconocer, que muy en el fondo de mi corazón, sabía que idearía algo con qué defenderse. No es común que me ayudara y apretujara contra su firme torso, cuando yo le había pedido a nuestro jefe, explícitamente, que le ordenara que se alejara de mí y ahora, de forma irónica, gracias a sus brazos, estoy con vida.

El karma tiene el control.

Además, tengo que agregar, me alegra y sorprende su acto de caballerosidad y valentía. Otro, con el historial que él y yo tenemos, me hubiese lanzado con mayor gusto hacia la a calle.

-Ajá.

Es lo último que digo, para girar y volver a marcarle a Liam. Necesito marcharme, estoy cansada, transpirada y con el corazón latiendo de forma desembocada. Joder, las horas de hoy han sido intensas.

Un pitido, dos pitidos, tres pitidos y nada. El imbécil de mi novio no coge el celular. Estoy enfadada, muy enfadada. Hace frío y el delgado short no me ayuda mucho. Este es uno de esos días donde toca quedame hasta tarde y esa es la razón por la que aún, a media noche, me encuentre aquí.

Respiro profundo y repito la acción. Transcurren unos diez minutos y ni siquiera una señal de humo recibo del cavernícola de mi novio. Comienzo a desesperarme, ¿y si le sucedió algo? No es como si Fuller fuera un blandengue que no sabe defenderse, claro que no, pero el peligro en las calles es gigante; Dios, tengo entendido que él salió de su trabajo hace media hora, por lo que estoy preocupada de no saber nada de él en estos momentos.

- ¿Por qué no te has ido? - cuestiono a mi acompañante no deseado. Se supone que él tiene que estar en su casa, hundiéndose en lo que sea que hace y no aquí, aguardando el Bar como perro carcelero. No me molesta, si es lo que piensan. Mas bien, me intriga.

- ¿Tienes el descaro de siquiera dirigirme la palabra? ¿Después de pedirle a Leblanc que me ordenara no hablarte? O mejor todavía, que no me acercara a ti - devuelve, su voz cargada de pesadez e ironía.

Aprieto la mandíbula fastidiada y me trago una sarta de imprudencias que quieren colarse por mi afilada lengua. Adrien tiene la manía de ser alguien odioso la mayoría del tiempo.

- Solo te hice una pregunta, no tenías porqué ser grosero.

Él ríe sin humor, su piel tornándose de un carmín explosivo. Pestañeo confundida por la forma en que sus expresión se vuelve gélida y cortante.

-Eres una... ¡Dios!, ni siquiera sé cómo llamarte. Es mejor que no hablemos, no puedes simplemente venir y entablar conversación después de todo. No quiero insultarte y que Paul venga con otra mierda, prefiero evitar las cosas. Me he dado cuenta que eres demasiado quejica.

Save Him ® Secretos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora