Capítulo 41
Lo mejor de mí
12 de Julio
Adrien A. Le Brun
Adrien en multimedia
¿Cuánto puede doler el corazón? ¿Qué tan grande puede ser el sufrimiento de un hombre enamorado?
Creo que sería idiota ponerle algún límite, esa mierda no tiene comparación, es imposible. No podemos controlar esa maldita agonía que quema cada vértebra y hueso de nuestro cuerpo; o quizás la rabia que se expande como pólvora ante el simple hecho de percatarnos que hemos perdido aquello que tanto anhelábamos y a la vez, a la que tanto resistimos. Que lo hemos tenido en la palma de nuestras manos y que por los jodidos juegos del destino, se nos fue arrebatado.
Nunca pensé que volvería a estar así por una chica, y mucho menos por la que se supone es la gemela de la mujer que me hizo tanto daño en el pasado. ¡Por la mierda! Es hasta irónico.
¿Quién iba a creer que yo acabaría babeando por esa pequeña y terca bailarina? Ni en mis más remotos sueños veía venir algo como aquello. ¡Puta, que me siento como un crío cuando estoy a su lado! Es como si cada uno de mis demonios y traumas decidieran esconderse porque su luz es demasiado cegadora como para estar en su presencia. No voy a negar que me siento frágil e inmerecido de su amor, de estar con ella, ¡joder! De tan siquiera mirarla. La culpa de todas las barbaridades que hice siempre va a quedar en mi mente y van a torturarme con sus recuerdos. No me siento orgulloso de lo soy... y de lo que me convertí. Pero no puedo cambiarlo, y mucho menos ahora que ella se va.
Estoy tentando a emborracharme hasta perder la conciencia. Esnifar algo de cocaína para perderme por un rato, y con ese pase, ir al maldito aeropuerto e impedir que cometa una locura. ¡Carajo, no se ha ido y ya la extraño!
Sé que lo hace por... Larissa, pero ella es parte del pasado. La amé, no voy a negarlo, pero... Me mintió, no confió en mí y con eso, me destruyó. Y ahora..., ahora Madi se está yendo y vuelvo a quedar sólo en esta miseria de vida. Tengo muchas ganas de llamarla y reclamarle su promesa... recordarle cada palabra dicha ese día, en ese momento antes de que toda esta basura se desatara y creara un caos imposible de detener.
Doy un respingo cuando el cacharro que tengo por teléfono, vibra en mi bolsillo. Lo saco de inmediato y me llevo la mala sorpresa de que es el desquiciado de Hugo.
Lindo.
—Viejo amigo.
—Que te den.
—Oh, ¿y ese mal humor? ¿La muñequita no te funcionó bien? Creí que haría un buen trabajo, por cómo la defendiste y te arriesgaste por ella, juré que sería una buena inversión.
—Mierda Hugo, deja de hablar como si fuera un objeto. Es una mujer.
—Ya, ya, bravucón. —Se ríe y lo escucho dar una orden a uno de sus hombres—. Te llamaba para recordarte el pago de la deuda del cabrón de Liam.
Chasqueo la lengua.
—Lo tengo pendiente.
—Pues ya sabes qué hacer.
—Mañana te llevo los papeles, no me busques más.
—Solo si tú cumples.
—Sabes que lo haré. —dicho esto, cuelgo la llamada y arrojo el aparato al mueble. Detesto a ese tipo, cada día me arrepiento más de haber pertenecido a esa banda, creo que es un error que jamás podré enmendar.
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Save Him ® Secretos #1
Chick-LitUna bailarina con sus sueños frustrados. Un hombre lleno de secretos y dolor. Dos personas totalmente diferentes, buscando distintas cosas de la vida, que por los juegos del destino, son llevados por el mismo camino. Ella es luz y vida. Él es oscuri...